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Aquellos grandes almacenes del centro de A Coruña: así era El Pote, un emblema "de calidad"
- El edificio que ocupa el hotel Hesperia de Juan Flórez fue hasta 2001 una gran superficie comercial con una amplia oferta que fidelizó clientes antes de la llegada de El Corte Inglés. Antiguos trabajadores y comerciantes resaltan la huella que dejó en la ciudad
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Dice Miguel Agromayor, veterano comerciante jubilado y presidente de la Federación Provincial de Comercio de A Coruña, que en el pasado una ciudad adquiría la categoría "de primera" si tenía en sus calles un El Corte Inglés. Si se aplicase esta condición, A Coruña no fue de primera hasta 1986, cuando el gigante de distribución abrió su gran superficie en la calle Ramón y Cajal. Pero el propio Agromayor se corrige al decir que antes de aquella fecha "El Corte Inglés de A Coruña era El Pote, era un emblema".
Diecinueve años antes de que se formasen colas de clientes en las puertas para conocer cómo era El Corte Inglés de Cuatro Caminos, los coruñeses asistieron al estreno de otro gran almacén en el Ensanche, en la esquina de las calles Juan Flórez y Médico Rodríguez: siete plantas y un sótano con ropa, ferretería, complementos, artículos deportivos, muebles, electrodomésticos, papelería, juguetes... y escaleras mecánicas. Hasta los Reyes Magos fueron por Navidad a retratarse con los niños en los años siguientes.
Aquel El Pote, que tras su cierre dio paso el hotel Hesperia Coruña Centro, había abierto en 1967, pero su origen se remonta a más de treinta años antes muy cerca de esa ubicación. Fue el empresario Julio Conde Vázquez quien en 1930 dio como nombre El Pote a un negocio de ferretería en el cruce de la plaza de Pontevedra con la calle Francisco Mariño, un establecimiento que también fue armería.
La silueta de un tradicional pote gallego enmarcaba el rótulo distintivo con el nombre del comercio, que lució hasta el año 2001 en el edificio de Juan Flórez, cuando la familia vendió el negocio; en la tienda de la plaza de Pontevedra, que se mantuvo abierta hasta comienzos de 2015 vendiendo muebles, menaje y artículos de decoración y el hogar; y también en la nave de Perillo, que vio su fin como mueblería en agosto de 2016 y hoy es un concesionario de Toyota.
Ropa "muy buena" y una ferretería "de lujo"
Antes de que El Corte Inglés aterrizase en la ciudad y mucho antes de que lo hicieran sucesivamente otras grandes superficies comerciales, de las cuales algunas cerraron en un periodo de masificación de oferta comercial, los coruñeses iban a comprar (además de en las tiendas de sus barrios) a El Pote. También lo hacían en Barros, que en la calle Torreiro estuvo abierto entre 1968 y 1987, y en Maisonfor, de 1971 a 2000 en la calle Real.
"En El Pote se vendían productos de alta calidad, ropa muy buena, y venían clientes de alto standing. La ferretería tenía de todo, era de lujo". Lo recuerda María Luisa Torres Cancelo, que desde 1968 fue empleada durante cinco años y medio. En su memoria es capaz de recrear el diseño de los grandes almacenes, y eso que ella era cajera y dependienta en la planta baja, junto al acceso por Juan Flórez.
"Abríamos a las nueve de la mañana y ya cerrábamos el sábado por la tarde. Los empleados entrábamos por Médico Rodríguez, y en la zona donde yo trabajaba se hacían demostraciones de productos que venía a hacer gente de Madrid", repasa. Mientras Torres trabajó en El Pote los dueños eran dos hijos de Julio Conde, Luis y Andrés Conde Gogorza.
Durante más tiempo fue empleado de El Pote Manuel Sobrino Martínez, de 1964 a 1983. "Era muy ameno trabajar allí, éramos buenos compañeros. Me acuerdo mucho de la gente y de clientes de la zona de Santa Margarita", comenta. En su etapa fue especialista en artículos de deporte, caza y pesca, sección que tenía tres trabajadores.
Con el lejano cierre de El Pote (y de Barros y Maisonfor) terminó también una época en la que el gran comercio empezaba a definir horizontes en la ciudad antes de la llegada de los gigantes del sector. Aquellos negocios permanecen en la memoria colectiva de A Coruña, en el recuerdo de generaciones que de alguna forma tuvieron estos comercios como emblemas o referentes para sus necesidades, gustos y distracciones.