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A Coruña está repleta de peluquerías. A esa conclusión llegó Jorn Lucas, un periodista holandés afincado en Galicia durante una entrevista con Quincemil. "En cualquier calle ves cuatro o cinco peluquerías ¡Es impresionante!", decía. Y lo cierto es que sus declaraciones no están desencaminadas. España y concretamente A Coruña tienen una gran densidad de salones de belleza en comparación con vecinos del norte como Inglaterra, Suiza o Países Bajos. Los motivos no están claros, pero algunos profesionales apuntan a que en el noroeste "somos muy coquetos"

En la provincia hay 3.113 peluquerías, según los datos de la consellería de Facenda. Es decir, A Coruña aúna el 42% de salones de belleza de la comunidad. El epicentro de la actividad está en la urbe herculina, que cuenta con unos 700 negocios en los límites municipales. En el área metropolitana hay otras 500.

En A Coruña hay una peluquería por cada 353 personas. Es un dato impresionante teniendo en cuenta las cifras que baraja la Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética (Stanpa): el ratio de España está en un salón por cada 950 habitantes y en Europa por cada 1.500. 

"Aquí monta la peluquería cualquiera. En el resto de Europa tienes que tener una titulación para ello"

Jesús Saiz, presidente de la Federación de Empresarios de Asociaciones de Peluquería y Estética de Galicia (Fepega)

El presidente de la Federación de Empresarios de Asociaciones de Peluquería y Estética de Galicia (Fepega), Jesús Saiz, asegura que el sector en España "va en paralelo" y que a nivel autonómico tanto A Coruña como Vigo cuentan con un gran número de salones. Una de las claves para el propietario de Jesús Dos Peluquería es la falta de fiscalización que hay en España. "Aquí monta la peluquería cualquiera. En el resto de Europa tienes que tener una titulación para ello", dice. 

Profesionales como Asunción Catoira, presidenta de la Asociación de Estilistas Coruñeses y propietaria de Aquarel Peluquería (Estrada de Mesoiro, 35, 15190 A Coruña), también ligan el éxito de las peluquerías a que en la ciudad hay una "alta demanda de servicios de estética". Hablando en plata, dice, "somos muy coquetos".

Asunción Catoira, presidenta de la Asociación de Estilistas Coruñeses. Cedida

La clientela de los salones es muy variada. Jóvenes, adultos y ancianos; los profesionales del sector peinan y estilizan a todo tipo de personas. Los más jóvenes se decantan por los peinados atrevidos y tratan siempre de ir a la última moda. Los más mayores, sin embargo, suelen apostar por la sobriedad y los clásicos. "Ahora mismo hay una tendencia muy marcada a la salud capilar en A Coruña", añade Asunción Catoira.

La gente sigue yendo a la peluquería. Eso sí, son pocos los que mantienen su rutina semanal. "No se pierden clientes, pero sí servicios", resume el presidente de Fepega. Explica que la clientela ahora prima trabajos más puntuales como coloraciones y mechas: "Ya no es como cuando yo era joven que el lavado y el peinado se hacía una o dos veces a la semana. Ya no se tiene esa asiduidad", detalla.

De la época dorada del sector al "sangrado" del 2012

Los años dorados de los centros de estética fueron las décadas de los 90 y de los 2000. "Fueron los mejores años. La demanda era constante y estaba menos afectada por la competencia, digitalización y saturación del mercado", asegura. El punto de inflexión fue en el 2012 cuando comenzó el "sangrado" del sector. "Hasta ese momento las peluquerías eran un lugar de socialización". 

Bajo el gobierno de Mariano Rajoy el sector pasó del 8% de IVA (tipo reducido) al 21% (tipo general). La subida se produjo en plena crisis económica y supuso un duro golpe para el sector. Las consecuencias todavía se notan hoy en día. "Fue una puñalada trapera", dice con rencor Jesús Saiz. 

Jesús Saiz, presidente de la Fepega. Cedida

Sin embargo, 'las desgracias nunca vienen solas'. La crisis económica, sumada al incremento del IVA, dejó convaleciente a un sector que, como tantos otros, en 2020 enfrentó una nueva lucha: la pandemia. Durante el covid vencieron el pulso a la administración y lograron ser considerados servicio 'esencial'. No obstante, hubo mucha clientela —sobre todo tercera edad y personas enfermas— que evitó los salones durante mucho tiempo como medida de prevención contra el virus. 

En la actualidad para Asunción "la situación del sector es buena" gracias a la "capacidad de resiliencia" y "creatividad" de los expertos en cuidado capilar. Han logrado recomponerse y, aunque hay dificultades, la profesión sigue dando de comer a miles de familias. 

"La situación del sector es buena gracias a nuestra capacidad de resiliencia y creatividad"

Asunción Catoira, presidenta de la Asociación de Estilistas Coruñeses

Desde la Federación gallega no son tan optimistas. "Llegar a fin de mes no es fácil", reconocen. "El 60% de los profesionales malviven, el 20% van tirando y el otro 20% tienen una buena situación", valora Jesús Saiz. Para él hay hándicaps difíciles de sortear, especialmente si se trata de una pequeña empresa. La inflación, la subida generalizada de precios y la competencia desleal conforman la espada de Damocles de los peluqueros. "Lo peor es que no puedes repercutirlo en el cliente, si lo haces no estás en el mercado", explica. 

Stampa calcula que en España hay 1,5 empleados por salón de belleza. Los datos de la Xunta confirman los cálculos: en Galicia hay más de 12.000 profesionales trabajando en el sector. Esto significa que miles de familias penden del peine y del secador, un sector que en un lapso de 20 años pasó de vivir una época dorada a un momento en el objetivo es sobrevivir. "Antes vivíamos del pelo, ahora por los pelos", sentencia Jesús Saiz.