Estamos en plena semana de Black Friday, una de las más potentes del año para muchos comercios, sobre todo grandes superficies. Destaca pos sus amplios y abundantes descuentos, más grandes de lo habitual el resto del año, lo que incita a los clientes a hacer compras de forma previa y adelantarse a las campañas de Navidad y Reyes Magos.
Se trata de una campaña muy potente para las grandes superficies, multinacionales y marcas grandes que cuentan con unos márgenes de beneficio muy superiores a la media. En el lado opuesto se sitúa el comercio local y de proximidad, que no tiene tanto margen y debe adaptar sus porcentajes de descuento o, directamente, no formar parte del Black Friday, como es el caso de algunos comercios de A Coruña.
Librerías
Se trata de un caso especial, ya que en su producto principal, los libros, no pueden hacer descuentos. La Ley 10/2007, de 22 de junio, de la lectura, del libro y de las bibliotecas creó el marco jurídico de estos productos, permitiendo a las editoriales fijar el precio de venta.
"El precio de venta al público podrá oscilar entre el 95% y el 100% del precio fijo", expone la ley. Esto supone que los comerciantes no pueden variar el PVP salvo ese 5%, que en muchas ocasiones se reservan para socios y campañas de fidelidad. Las únicas excepciones en las que pueden realizar un descuento mayor en el precio de los libros son los festejos relacionados con el ámbito cultural, como el Día del Libro o las ferias locales, donde pueden llegar al 10%.
Es por ello que librerías de A Coruña, como es el caso de Bululú, ubicada en la calle Real, no se suman a esta campaña de Black Friday. Tan solo podrían ofrecer a sus clientes ese 5% de descuento que les permite la ley, cuando, en muchos casos, ya lo ofrecen por hacerse socio de la propia tienda.
Joyerías
El caso de las joyerías es distinto. En su caso, no tienen ningún tipo de restricción legal, sino que el problema que se pueden encontrar son los márgenes de beneficio. Esta situación se da mayormente en la venta de oro, un mineral que lleva en tendencia alcista mucho tiempo, pasando de 68.000 euros el kilo hace unos meses a superar los 80.000 a día de hoy. Esta tendencia alcista hace que no sea rentable para las joyerías realizar descuentos en productos que lleven este material.
En el resto de joyas sí podrían hacerlos, pero no suele ser muy frecuente encontrar carteles de Black Friday en sus escaparates (aunque los hay). Esos pocos existentes, es muy raro que ofrezcan descuentos desproporcionados como hacen las grandes superficies, manteniéndose en torno al 15% como máximo con productos de plata o artesanía.
Moda sostenible
Los negocios en los que es más habitual ver descuentos por el Black Friday son las tiendas de ropa. Sin embargo, hay algunas excepciones que se resisten a participar en esta campaña por distintos motivos.
Uno de estos establecimientos es A&M Rancaño, ubicada en la céntrica calle de Riego de Agua. Esta tienda de ropa no formará parte del Black Friday debido a su filosofía de moda sostenible y circular. Las marcas con las que trabajan están en contra de esta campaña, por lo que la tienda no contará con descuentos especiales durante esta semana.