Escaparate de Chavs con las promociones del Black Friday.

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El Black Friday en el comercio local de Ferrol : "Es competir contra Goliat"

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Acaba el mes de noviembre y con él llega la semana de los descuentos con el Black Friday. Siete de cada diez españoles, según el Observatorio de Cetelem, aseguran tener previsto lanzarse a las compras de estas ofertas 'flash' y así adelantar algún regalo navideño.

Pocos son ya aquellos que no conocen esta cita de los descuentos, nacida en Estados Unidos y consolidada en España desde los años 2000. Celebrándose el día siguiente de Acción de Gracias, este evento ha llegado a aquí para quedarse. Junto con otras fechas que incentivan el consumo como el Cyber Monday, con sus ofertas online, han transformando el comercio por completo.

El informe de Cetelem señala que los más activos serán los consumidores de entre 25 y 34 años, mientras que el gasto medio previsto rozará los 300 euros, en línea con los datos del año anterior. Los productos más demandados serán ropa y calzado, seguidos de artículos de salud, belleza, electrodomésticos y tecnología.

La forma preferida este 2024 para irse de compras es a través de Internet, con un 52% de las menciones, tres puntos más que en 2023, según el informe. Solamente un 8% declara que comprará sus productos y regalos de la manera de toda la vida, en tienda física; y un 40% lo hará combinando ambas. ¿Qué significa esto para el pequeño comercio? ¿Pueden competir con los descuentos de las grandes cadenas en un mercado cada vez más digitalizado?

"El grande siempre se come al pequeño"

Noviembre suele ser un mes flojo para el comercio, tras la temporada estival y a vísperas de las navidades. Iniciativas como el bono comercio de la Xunta o acciones como el Black Friday sirven para incentivar el consumo. Aun así, los pequeños comercios enfrentan dificultades para competir con los precios de las grandes empresas.

Es el caso de Iago, dueño de la tienda de ropa vintage Chavs, que lleva con descuentos toda la semana y sí que le está funcionando bien. Pese a ello, igualar sus ofertas con las de las multinacionales, dice, le resulta imposible. "Yo no puedo poner los artículos tan baratos, la única forma de competir con ellos es concienciando a la gente de que tiene que apoyar el comercio local, es la única manera", asegura.

Isabel, dueña de la tienda de moda infantil Mia y Lia, considera que este tipo de 'ofertas flash' son contraproducentes para el comercio local y, sobre todo, si se alargan más de un día. "Un descuento del 20% cambia dinero en un negocio, no lo multiplica. Además, si la campaña dura días o semanas, el cliente posterga compras, afectando los ingresos de meses anteriores", comenta. Sostiene, al igual que Iago, que competir es imposible: "es competir contra Goliat, el Black Friday es para los grandes, y el grande siempre se come al pequeño".

Central librera con su 'Booket Friday'.

Central librera con su 'Booket Friday'.

En otros sectores la presión es menor, como puede ser el caso del sector librero, ya que los descuentos están regulados. Gracias a la ley de precio fijo, ninguna entidad puede hacer un descuento de más del 5% en los libros, salvo en excepciones como el Día del Libro o el Día das Letras Galegas, donde este descuento asciende al 10%. Así lo cuenta Alberto, de Central Librera, que agradece estar amparados ante "multinacionales que puedan reventar pequeños comercios. Si fuera un precio libre, acabarían desapareciendo todas y cada una de las librerías del país", sentencia.

El Black Friday pone sobre la mesa un dilema recurrente para los comercios locales: la necesidad de participar para no perder clientes, frente a la imposibilidad de competir en igualdad de condiciones con grandes empresas y plataformas en línea.

Más allá del ahorro o la oportunidad de adelantar regalos navideños, este evento invita también a reflexionar sobre un consumo responsable y de sostenibilidad para los negocios del barrio.