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No todo el mundo las tenía consigo cuando Carmen Álvarez, una joven con síndrome de Down de A Coruña, empezó su emprendimiento de bisutería. Carmelamola nació en 2018 en el calor del hogar familiar, en un pequeño cuarto habilitado por Manuel y Ana —padre y madre de Carmen— como taller de artesanía. Día a día y cierre a cierre, Carmen ganó destreza y fue mejorando la confección de sus piezas. Cinco años después, lo que comenzó siendo un pasatiempo y un ejercicio para ganar psicomotricidad se ha convertido en un negocio de éxito. Este jueves, 12 de diciembre, Carmelamola abre su primera tienda en la ciudad.

"Todo empezó para trabajar su autonomía y motricidad", recuerda Ana, su madre. Los comienzos no fueron fáciles. Carmen, que tiene 10 y 12 dioptrías, comenzó manipulando bolas grandes y fáciles de manejar. Sin embargo, poco a poco ganó destreza y empezó a hacer virguerías con las manos. Las combinaciones, eso sí, nunca fueron un problema porque Carmen tiene un gran gusto de la moda y "es muy presumida"

Pendientes, pulseras, llaveros, cuelga gafas y collares son algunos de los artículos que los clientes de Carmelamola podrán encontrar en el puesto 8C del Mercado de San Agustín a partir de mañana, viernes 13 de diciembre. Esta tarde los más curiosos también tendrán la oportunidad de celebrar con Carmen y su familia este nuevo paso en su emprendimiento. A las 19:30 horas darán una gran fiesta de inauguración con DJ incluido. El evento promete ser un éxito, por lo que hasta han pedido permiso al Ayuntamiento para 'tomar' parte de la vía pública. 

Visibiliza sus capacidades y otorga una salida laboral

Pendientes de Carmelamola.

Y es que la apertura de la primera tienda oficial de Carmelamola es algo a celebrar. "El día que le dieron las llaves no te puedes imaginar lo que fue. Para ella eso simboliza que es la dueña, que es su tienda", explica Ana. 

Es innegable que el proyecto de Carmelamola ya era exitoso antes de abrir su primera tienda, pero también es indiscutible que abrir una tienda física da vértigo a cualquier emprendedor. Ahora ella cambiará el taller de su casa — que seguirá frecuentando— por un acogedor local de unos 10 metros cuadrados.

El centro logístico de la empresa seguirá estando en la unidad familiar. Allí Carmen hará los encargos más tediosos y su familia gestionará los pedidos de la web. Además, esta joven joyera se niega a renunciar a una de sus grandes pasiones: acudir a los mercados. El Mercado de la Luz y el Mercado de las Nubes son sus favoritos y esos, sí o sí, serán paradas obligatorias a lo largo del año. 

Carmen Álvarez, artesana de Carmelamola. Cedida

Los primeros meses cualquiera que entre en la tienda se encontrará con las sonrisas inconfundibles de Carmen, Ana y Manuel. Ellos se irán turnando para acompañar a su hija durante los primeros pasos del negocio. Más tarde se plantearán si contratar a una persona que trabaje con ella y sea su apoyo 'natural' en la tienda.

La Navidad será una época inmejorable para visitar el puesto de Carmen. El horario de atención al cliente será de 11:00 a 14:00 horas y de 17:00 a 20:00 horas de martes a viernes. Y el lunes y sábado de 11:00 a 14:00 horas. Aunque en los próximos meses podrían ir amoldando los horarios a las necesidades de Carmen y a las demandas de los clientes. 

Abrir una tienda física "para ella es una motivación tremenda y un refuerzo positivo" porque le ayuda a valorar sus capacidades y su talento. Además, es algo que sus clientas habituales estaban deseando. "Es jugar en otra liga", resume Manuel.