Rosa Corredoira aprendió a coser haciendo bolsos. De aquellas estudiaba diseño de moda en IED, en Madrid, y era más sencillo que hacer ropa, nos asegura apostada en su nueva tienda en la avenida de Arteixo 6, casi llegando a Juan Flórez. Allí donde durante años se copiaban llaves, Castor Polux, su marca de bolsos y accesorios, estrena local con mucha luz, tonos suaves y una pared forrada de espejo. En las estanterías pueblan sus creaciones, esto es, bolsos de piel y líneas sencillas, atemporales y cómodos, de diseño 100% coruñés y fabricación sellada por los artesanos de Ubrique.
“Estaba en Antonio Pernas y hacía textil. Me llamaron de Bimba y Lola para ser la jefa de diseño de bolsos. No tenía ni idea y me lancé”, asegura con la media sonrisa que caracteriza a esta coruñesa. Fueron meses de trabajo intenso, con tres personas a su cargo y un mundo de proveedores extranjeros y viajes por controlar. Lo consiguió y, de paso, se enganchó a esto de los bolsos. Así que cuando se decidió a emprender un negocio propio, algo que siempre tuvo en la cabeza, lo tuvo bastante claro.
“Me decidí por los bolsos porque me encantó trabajar la piel. Una vez que aprendes, es adictivo. Además es más exclusivo que la ropa, porque hay menos gente diseñándolos, y la piel es calidad siempre. Esa calidad a mi me interesa”, señala. Buscando esta calidad y la fabricación artesana, otra de sus pequeñas grandes obsesiones, fijó su punto de producción en Ubrique, un pueblo gaditano de unos 70 km2 y menos de 18.000 habitantes tan famoso por su arte en el trabajo del cuero que firmas de la talla de Chanel o Chloe cuentan con talleres allí.
“Yo fabrico en Ubrique por la calidad y la forma de trabajar. Creo que aún es muy desconocido pero es una de las mejores fábricas de Europa para la piel. Prácticamente todo el pueblo vive de eso”, asegura. El 100% de las creaciones en piel de sus colecciones, ya sean bolsos, carteras o algún que otro llavero, vienen de allá. Tan solo es infiel con dos de sus últimas incorporaciones: las bolsas de lona, que fabrica en un taller aquí en Coruña y, solo en parte, las cestas, una de sus obsesiones a nivel personal, que si bien no vienen de Ubrique si lo hacen desde Cádiz. Llevan algo de piel en asas y detalles, eso si, marca de la casa Castor Polux.
Bolsos por encargo
Rosa no hace grandes producciones. Por el momento no las necesita. Le gusta disponer de mucha libertad para crear, de hecho, no hace colecciones por temporada sino que las numera. Va por la número 15, que llegó en marzo y sus modelos de repetición se combinan con nuevos diseños como el modelo Karen, en forma de cubo o el Edna, un bolso redondo y de gran tamaño realizado en cuero vaqueta, una piel rígida que se usa mucho en cabezadas y sillas de caballos. “Cada temporada hago en esta piel”, dice mientras la toca y nos la acerca. “Me encanta”. En su armario, además de bolsos de otras temporadas, tiene un shopping -que ya es un clásico en el mundo Castor Polux-, el Belén (un bolso tipo sobre) y, de las opciones de lona, el Rita, que es el más plano de las bolsas que plantea en este material para esta temporada.
Y si con todo lo que ves en tienda no tienes suficiente, la diseñadora te da la posibilidad de encargar tu propio bolso. “Si te gusta un modelo pero con otra piel, por ejemplo, y tengo de esa piel, lo hacemos”, nos explica. “Una chica quería la riñonera en plata y la hice. Y ya que estaba, hice algunos pocos más para una edición limitada”. Estas miniproducciones, nos cuenta, constan de menos de 10 ejemplares.
Tierras, metalizados y riñoneras
Por el momento, en edición limitada podrás encontrar las citadas riñoneras -otra de las novedades que, al parecer, son lo más en esta temporada- y también dos opciones del bolso cilíndrico Leda: en plata liso o blanco y con detalles en plata. “Aposté por los metalizados para el verano”, dice sobre su paleta de colores, que se complementa con blanco, coral, caldero (un tipo de naranja) y dos tonos de cuero, uno claro y el oscuro, llamado tabaco, pensado para perdurar más allá de los meses de calor. Como los negros y grises, que tampoco pueden faltar.
Junto con los bolsos, Castor Polux firma también billeteras y carteras -la pequeña es otro de sus hit de ventas- así como algún que otro complemento en cuero. La tienda se complementa con ropa de tres proveedores franceses y otro, de punto, italiano, y sigue las líneas centrales de la marca: sencillez, funcionalidad y que no pase de moda. También, entre perchas y bolsos, se cuelan gafas de sol y varios modelos de sandalias. Para el año que viene, Rosa planea incorporar sus propias sandalias a la marca de Castor Polux.
Conquistar Internet
“En principio Castor Polux estaba pensado para vender fuera. De hecho, empecé vendiendo en ferias en París. Pero empecé en la crisis, en 2011, y por ese motivo tuve que frenar esa idea y centrarme en España. Primero A Coruña, luego España y luego fuera”, nos explica. En Coruña se valora la calidad y hay mucho gusto por la moda, asegura, pero tiene unos límites a los que no quiere restringirse. Por eso, está remodelando su web para relanzar su idea inicial de vender hacia fuera y por Internet.
Con el ojo mirando al futuro, ella sigue diseñando, sentándose a dibujar, pensando en bolsos cómodos que ella llevaría, midiendo volúmenes con su cinta métrica y, cuando no lo acaba de tener claro, creando sencillos patrones. Rosa tiene mucho que contar.