Esta semana en el taller de Manolo Cremallera se cosía a destajo para llevar nuevos diseños a la Feria Internacional de Artesanía que se celebra estos días en los Jardines de Méndez Núñez. "Mostrart es la única Feria a la que vamos", dicen en el espacio creativo ubicado en la calle Torreiro.
Desde aquí salen todos los productos que se venden bajo su marca. Bolsos, cinturones, cazadoras, pero también tapizados y una novedosa línea de "ropa de trabajo" que sirve de uniforme a barberos y camareros.
Seis manos y un solo taller, todo hecho en A Coruña
"Un día descubrí la piel, me pareció una materia prima más artesana, más manejable, me gustó más", dice Manolo, que lleva 30 años dedicado al diseño en el mundo de la moda. Un mundo que ha cambiado mucho en los últimos años. "Sobrevivimos entre grandes monstruos, vamos buscando nuestro hueco", explica Manolo.
Marieta estudió Bellas Artes y luego se especializó en estampación en textil en Barcelona y es especialista en color. Desde hace unos años se embarcó en la firma de Manolo Cremallera con el objetivo de emprender el giro a la artesanía sin vuelta atrás.
Néstor Pardo, que además es cantante, descubrió un buen día en el que visitó a su amigo Manolo en el taller un libro de tapas rojas que llamó su atención. Se titulaba "Cómo decorar la piel". Lo leyó y ahora es probablemente uno de los pocos que sabe repujar, golpe a golpe, elaborados arabescos que decoran algunas de las prendas que salen del taller.
Fusión de arte y moda
Es la tendencia que están explorando últimamente en el taller. Mezclan textil con piel y diseños que decoran las prendas. "Todo es un trabajo manual, en el que la creatividad juega un papel fundamental" cuentan. Los clientes llegan y plantean cómo es la prenda que quieren y el equipo de artesanos se pone manos a la obra.
"Este año vamos a seguir explorando la fusión", dice Manolo mientras enseña cazadoras que han pintado artistas gallegos como Javier de la Rosa, Tatiana Medal o Gabi Carrera. "Hay cazadoras que pinta Marieta con motivos más étnicos. Esto es una experimentación continua, lo más característico es que cada una de las prendas es única".
En realidad, la fusión y reciclaje es algo que define la esencia de Manolo Cremallera. El propio local es una muestra. Es versátil porque sus usos son múltiples. Es el taller donde el equipo hecha horas, es también una tienda cuidadosamente decorada, sala de reuniones e incluso es un local donde se organizan pequeños eventos.
El reciclaje, además de impregnar la decoración del local, también es uno de los principios del negocio. "Solo trabajamos piel de animales que se crían con fines comestibles, siempre criados en Galicia. Para nosotros trabajar la piel es reciclar, darle una segunda vida. Quemarla es muy contaminante. Así que darle un uso es una contribución a la sostenibilidad", sostiene Marieta.
Un viaje de regreso a la artesanía
Un poco a contracorriente, la marca Manolo Cremallera hizo un camino en el que pasó de un modelo de negocio más industrial a la artesanía más pura. Cuando Manolo empezó llevaba el negocio de forma diferente: "Tenía tiendas propias, vendía por Europa a otras marcas… Trabajábamos 30 personas, comprábamos las pieles ya tintadas, había que tener prendas de todo tipo, pero cambiamos".
Ahora se han alejado de todo lo que huela a "industrial" o lo de fabricar para terceros. "Estaba un poco dejada la marca de Manolo Cremallera, había que recuperarla, que cuidarla". De hecho, la base es la personalización de las prendas. "Es como mejor trabajamos". A veces de la idea de un cliente les abre una puerta y empiezan a explorar una línea en la que no habían pensado.
"Aún estamos por descubrir", aseguran. Lo cierto es que personajes públicos como Antonio Carmona, cantante del grupo Ketama o la presentadora de televisión Toñi Moreno hicieron su encargo personalizado al taller de A Coruña. Ambos han lucido sus cazadoras con frases especiales, Toñi por ejemplo, hizo un encargo con la letra de una canción de Rosana.
No saben quién les llamará a pedirles el próximo diseño, ni mucho menos cómo será. Lo que sí que tienen claro en Manolo Cremallera es que su nicho está en la artesanía. Ahí es donde se sienten cómodos, trabajando cada pieza desde A Coruña y con sus seis manos. Y de ahí no se quieren mover.