Todo fue fruto de la inspiración. Hace 8 años Pancho, junto con un socio, abría las puertas de un estudio de tatuajes en la Avenida Finisterre. Sin embargo, tiempo después de emprender esta aventura empresarial, se vio sucumbido por el yoga. Comenzó a practicar esta disciplina y desde entonces no ha parado. El yoga fue una auténtica inspiración para él y por eso apostó por abrir su propio centro de yoga.
Pancho cambió la aguja de los tatuajes por la esterilla de yoga. Tras un primer acercamiento muy fructífero, apostó por formarse en esta disciplina que le hizo cambiar radicalmente de vida.
"Con el Yoga me di cuenta que conseguía desconectar del trabajo. Cada vez me fue gustando más y más el yoga y me formé", comenta este emprendedor que, lejos de rendirse ante las dificultades ocasionadas por el coronavirus, apostó por ampliar sus instalaciones para dotar de una mayor seguridad a sus alumnos.
La sala donde imparte sus clases ha crecido de tamaño, al pasar de 50 a 90 metros cuadrados; además de mejorar su sistema de ventilación, iluminación y calefacción. "Hemos puesto suelo radiante y abierto una claraboya para tener más luz", dice.
Además, también ha añadido una zona de vestuarios. Todo para mejorar la experiencia de sus alumnos que, tras seguir las clases online durante el confinamiento, ahora regresan al aula.
Además de disponer de todas las medidas sanitarias establecidas por las autoridades, como es el uso de mascarilla y la disposición de geles hidroalcohólicos, Pancho ha querido ampliar el espacio. "Hemos adaptado la sala a las circunstancias actuales".
Además, aunque su apuesta fuerte son las clases presenciales, a aquellos que por diferentes circunstancias no puedan acudir al centro les facilita seguir la clase online desde casa.
Unas disciplina que cambió su vida personal y profesional
Inspira, como proyecto, nació hace algo más de dos años aunque la idea ya le rondaba en la cabeza a Pancho desde el momento en que descubrió el mundo del yoga. Un mundo completamente desconocido hasta que, por casualidades de la vida, cedieron una gran sala que tenían en el estudio de tatuajes a una profesora de yoga para que pudiese impartir allí sus clases. Y allí, en una de esas clases, fue donde Pancho descubrió el yoga. ¿Quién le iba a decir que años más tarde se dedicaría profesionalmente a ello?
"La meditación me cambió la forma de ver la vida. Fue una revelación", confiesa Pancho, que no tardó en empezar a formarse en esta disciplina deportiva. Pronto el alumno sobrepasó al maestro. Empezó a impartir clases mientras seguía con el negocio de los tatuajes, un proyecto que cerró hace ahora algo más de dos años.
BowSpring
Aunque el yoga es la disciplina por excelencia, en Inspira también tienen cabida otras prácticas y servicios, siempre orientados a mejorar la salud de las personas.
Inspira es el primer centro de Galicia en impartir la práctica del BowSpring, que, según nos explica Pancho, se trata de un tipo de yoga "más dinámico" en el que se trabaja el tejido fascial. Además de clases, también imparten formación.
Junto con el yoga, hay profesionales colaboradores que imparten clases de pilates y otros que se dedican a la atención de la salud: tiene expertos en acupuntura, fisioterapia o quiromasaje.
"Nosotros damos las pautas y acompañamos a las personas a mejorar su salud a través de la combinación de diferentes técnicas", comenta Pancho, quien aconseja probar a hacer yoga: "Te ayuda a liberar sufrimiento y a estar más a gusto con uno mismo". Tomamos nota.