Montar una empresa puede ser complicado, pero también gratificante. Así lo resumen grandes empresarias gallegas como Emma Lustres, cofundadora de Vaca Films; Rosa Vázquez, CFO y cofundadora de Codee; Luz Pardo, CEO de Grupo Gestán; y Maite Valiño CEO de Grupo Atlante. Todas ellas participaron en la tarde de ayer en el I Foro de Emprendimiento Femenino de A Coruña, organizado por Quincemil. El evento ha contado con el patrocinio de Vegalsa-Eroski y la Cámara de Comercio de A Coruña, y la colaboración de Fundación Ronsel, Miraveo e IGATA (Instuto Galego do Talento).
Bajo la temática "Techos de cristal rotos durante los últimos años" las ponentes analizaron por pormenorizado en qué punto se encuentran como empresarias y cómo lograron llegar ahí, en una mesa redonda moderada por Cristina Gil Rey, CEO de Milbrait Asesores.
"Soy rara, a mí no me gusta la palabra emprendedora. Me reivindico como empresaria", comenzó Emma Lustres. La cofundadora de la gran compañía audiovisual gallega Vaca Films defendió el papel de las propietarias de una empresa como "generadora de riqueza".
Sus compañeras de ponencia defendieron la misma visión y la importancia de impulsar desde la sociedad a niñas y mujeres a emprender y tomar un papel protagonista en la economía. Los referentes, aseguran, siguen haciendo falta. Lustres, por ejemplo, tuvo su referente en sus abuelos, ambos pequeños empresarios: "Empujar a las mujeres a ser empresarias empieza en casa", aseguró mientras recordaba la frase que su madre le repetía de niña: "Si quieres cazar la luna, lo harás".
Ahora que tiene 50 años está muy cerca de ese satélite, aunque el camino no fue fácil: "Nunca me sentí menos que un hombre, por eso con 28 años monté mi empresa", explicó en la Fundación Paideia. Luz Pardo, CEO de Grupo Gestán, también emprendió muy joven. Con apenas 20 años se lanzó a la aventura y comenzó, dice, como lo hace todos: "siendo autónoma". Recuerda como en aquella época no había baja de maternidad y, aunque se ha evolucionado mucho en los últimos años, está convencida de que es primordial "crear foros internos para mujeres", espacios privados en los que hablar y tratar problemáticas que atraviesan a un mismo género.
Rosa Vázquez, líder de Codee, está segura también de que "la escalera de la igualdad está funcionando", pero que la sociedad española no se puede permitir "desperdiciar el talento femenino". Y es que todavía hay actitudes de las propias mujeres que les frenan a avanzar en el ámbito laboral: "Hay veces que como empresaria luchas contra una mujer que, de por sí, guarda pensamientos machistas", añadió Maite Valiño, CEO de Grupo Atlante.
Emprender, un camino de espinas que vale la pena recorrer
Las cuatro empresarias están seguras de que hay cualidades comunes a buena parte de las mujeres: en las plantillas con un gran porcentaje de empleadas "hay un grado de compromiso muy elevado", resumió Luz Pardo. Un compromiso que ella misma aplicó a lo largo de su carrera en el sector de la gestión medioambiental: "Nunca de dudado de si tomé la decisión correcta. He sufrido, he llorado, pero nunca me he sentido discriminada", expuso durante el I Foro de Emprendimiento Femenino de A Coruña, organizado por Quincemil.
Lustres, Pardo, Vázquez y Valiño son un ejemplo de éxito empresarial. Su receta es arriesgarse, lanzarse al vacío para, con trabajo y dedicación, recoger los frutos del esfuerzo. Eso mismo hizo Maite Valiño. Con 38 años y harta de su puesto de empleo, decidió coger el toro por los cuernos y emprender. Su objetivo nunca fue tener una empresa con una facturación millonaria, aunque lo ha conseguido: "A mí el emprendimiento me llegó con 38 años por desesperación, por mi salud mental. Mi objetivo era garantizarme la vida durante 7 años. Y me salió bien", ejemplificó la propietaria de Grupo Atlante durante la mesa redonda.
En la última década, Valiño ha tenido momentos bajos, no lo oculta: "Momentos de llorar, querer tirar la toalla y arrepentirme he tenido muchísimos". "¿Por qué?", preguntó al público: en España falta cultura de emprendimiento. "En España casi todo es pyme porque no tenemos ni idea de cómo hacer crecer la empresa", explicó ante un auditorio a rebosar. Habla desde la experiencia: "Mi gran reto como empresaria fue gestionar la empresa".
Las barreras que encontraron mujeres como Rosa Vázquez, CFO y cofundadora de Codee, fueron innumerables. Por ello, esta empresaria anima a las nuevas generaciones a "aprovechar todas las oportunidades", por ejemplo, las líneas específicas de financiación para emprendimiento femenino. Eso sí, avisa de que el dinero de poco sirve sin esfuerzo: "Yo voy a trabajar lo mismo para un proyecto pequeño que para uno grande", ejemplificó.
A Vázquez lo que le ha movido siempre es la ambición. "De vez en cuando vienen las dudas, pero al final das una visual de lo aprendido, las oportunidades que ha generado y lo que has crecido como persona y no lo dudas. Lo volverías a hacer", aseguró en la mesa redonda "Techos de cristal rotos durante los últimos años".
Conciliación y salarios, la importancia de cuidar a las empleadas
Como empresarias, todas ellas dirigen a un gran número de trabajadoras. Aseguran de ser conscientes del talento, por ello también hacen hincapié en la necesidad de valorarlo y premiarlo: "El dinero no da la felicidad, pero ayuda a comprarla", resumía en una frase Emma Lustres. Y es que si algo repiten estas mujeres es la enorme "responsabilidad" que tienen entre sus manos.
Fomentar el crecimiento laboral en las plantillas es algo fundamental para que una empresa vaya bien, defienden las ponentes. Aseguran que es fundamental hacerlo tanto desde el punto de vista humano, con la conciliación, como desde el punto de vista económico, con unos salarios dignos. "Pagar el dinero es aplaudir el talento", sumó a la conversación Rosa Vázquez.
Rosa Vázquez, por ejemplo, renunció a un trabajo después de ver como trataban a una compañera que había pedido la baja de maternidad. No niega que esas experiencias personales le han calado como mujer y han marcado su forma de dirigir los equipos de Codee: "Yo a mi hija le di el pecho en la oficina. Al principio lo veía como algo natural, pero con perspectiva cambias de opinión", recordó. La conciliación, asegura, es clave.
Luz Pardo también incide en esta idea y en que, mayoritariamente, son las mujeres las que piden las excedencias por maternidad: "En muchos casos se renuncia a ascensos por responsabilidad, malentendida, con la familia". En el plano de la contratación, Maite Valiño ejerce, por ejemplo, la "discriminación positiva" en los procesos de selección de su empresa: ante la duda de contratar a un hombre o a una mujer, eligen a la mujer.
El reto de ser mentoras
Las participantes en la mesa de I Foro de Emprendimiento Femenino de A Coruña también abordaron la importancia de ser referentes y compartir sus conocimientos con las generaciones venideras. Rosa Vázquez asegura que "me gusta devolver a la sociedad lo que me ha dado", por ello participa en proyectos de mentorización gratuita ligados a la Xunta de Galicia. Ella misma, asegura, sigue formándose y tejiendo redes cada día con otros compañeros empresarios gracias a pltaformas como Startup Galicia.
Luz Pardo es clara cuando dice: "Yo me apunta a un bombardeo". De forma puntual participa en programas de emprendimiento, da charlas en institutos y, en general, se presta a cualquier proposición que se le haga. "Las empresas tratamos de aportar a la sociedad", defendió.
Maite Valiño también forma parte de diferentes organizaciones encargadas de invertir en proyectos de emprendimiento femenino. Adopta invertir startups femeninas a través de asociaciones empresariales americanas que tienen como objetivo ayudar a los emprendedores a multiplicar su facturación de 1 millón de euros al año hasta los 10.
Por último, Emma Lustres tutela proyectos como 20.000 especies de abejas, premiada en los Premios Goyas a la mejor Dirección Novel y al mejor Guion Original. Colabora, además, con el Gobierno gallego en programas de mentoría, ya que entre cámaras es "donde le gusta estar".