Julia siempre fue una enamorada de Barcelona. Esta catalana de 28 años no tenía ni una pega con su vida ahí: una relación familiar muy buena, amigos de toda la vida y el trabajo de sus sueños dentro del mundo de la comunicación. Solamente le frenaba una inquietud: la de nunca haber vivido fuera de la capital catalana.
Así fue cuando decidió irse a "Australia a romper con todo". Al principio no fue fácil: "Esta noticia costó muchísimo en mi casa. En mi familia somos un equipo -algo muy bueno- pero, en parte, sentía que no podía abandonar a mis padres".
Pese al miedo, empezó su nueva vida en Australia, en donde afirma haber vivido el mejor año de su vida. Le permitió viajar por el mundo, enamorarse de la naturaleza, del surf y conocer al que luego sería su pareja, el ferrolano Antón, gracias al cual está comenzando su nueva vida en Ferrol.
Ambos querían regresar a España para poder desarrollar sus carreras profesionales en el país y no estar tan lejos de sus seres queridos. Lo que no tenían claro era si hacerlo en Cataluña o Galicia.
"No teníamos ni idea de qué íbamos a hacer ni si quiera cuando estábamos en el vuelo de vuelta, pero pasé el verano en Galicia y eso hizo mucho", comenta Julia.
"En Galicia siento la misma conexión que tenía con Australia"
La joven catalana vio claro en cuanto visitó Barcelona que la ciudad ya no le representaba en este momento de su vida. "Volví a casa este verano y todo eran semáforos, contaminación, la Costa Brava masificada... aquí no he encontrado eso", comenta.
En Galicia confirma que siente la misma conexión que con Australia gracias a la naturaleza, las playas, el surf y la adrenalina que supone empezar de cero y conocer gente nueva.
Así es que a la catalana le sorprende la imagen que le vendieron de Ferrol antes de mudarse. "Yo venía con la predisposición de vivir en la 'ciudad fantasma' por lo que me habían contado, y es todo lo contrario", comenta.
'Feo, aburrido y siempre con mal tiempo' eran los comentarios más repetidos, algo con lo que Julia discrepa. "No he tenido ni un día para aburrirme, no paro de conocer gente, de ir a surfear... la verdad es que no puedo pedir mucho más", admite.
Destaca también que esa concepción de la ciudad viene, en muchas ocasiones, por parte de los propios ferrolanos. "Parece que os habéis creído esa percepción de que es la ciudad más fea de España, que es aburrida… y no es así. Es calidad de vida, todo suma en Galicia", confirma.
Un nuevo proyecto en Ferrol: Tía Carmiña
Apenas un mes en la ciudad naval y la catalana no solamente ha encontrado trabajo, sino que está emprendiendo su propio negocio junto a Inés Santiago, su cuñada y amiga. Así, compaginando su puesto en marketing para Ópticas Noroeste, nació en octubre su nueva agencia de comunicación: Tía Carmiña.
Julia señala que es un gran cambio desarrollar el sector del marketing en una ciudad pequeña, acostumbrada al ritmo de Barcelona, pero es un aspecto que ve como algo positivo. "En Barcelona está todo hecho, aquí tenemos muchísima más libertad y todo el mundo nos ha abierto las puertas de su negocio", comenta.
A pesar de llevar poco tiempo con el proyecto, no han parado de tener reuniones y notan en los negocios locales sus ganas de innovar: "Están muy abiertos a escuchar propuestas y confían en nosotras, nos hace mucha ilusión".
La propuesta de ambas socias se puede resumir en su eslogan, 'te cuida como una madre, pero te consiente como tu tía más cool', queriendo representar una imagen joven y dinámica, aunque siempre conservando la esencia del negocio con el que colaboran.
"Si a mí me dijeran hace un año que iba a ir a Australia y luego me iba a quedar en Galicia con ganas de un futuro allí, me hubiese parecido imposible"
En cuestión de 12 meses Julia ha dejado de ser una joven urbanita de Barcelona, a vivir en Australia y finalmente encontrar un nuevo propósito en Ferrol.
La catalana reconoce que todavía no ha asimilado lo mucho que le ha cambiado la vida en cosa de un año, demostrando así cómo a veces los cambios inesperados pueden llevar a las experiencias más gratificantes, y cómo romper con lo establecido puede abrir puertas hacia nuevas oportunidades.
"A partir de ahora estoy abierta a todo lo que pueda pasar. Yo era la persona más de Barcelona que conozco, y ahora estoy aquí y prefiero irme un sábado a surfear y a salir de fiesta por la calle Magdalena… todo pasa por algo", concluye.