Talento femenino en la construcción gallega
Las mujeres representan un porcentaje muy significativo de la plantilla de Abeconsa. Es el caso de Natalia, Tamara y Rocío, profesionales que trabajan en un sector tradicionalmente masculino, ocupando puestos directivos y de responsabilidad
18 septiembre, 2020 12:46Contenido patrocinado
La mujer gana peso específico en la construcción. A día de hoy resulta cada vez más habitual ver a una mujer a pie de obra, e incluso en empresas del sector; lo cierto es que en las últimas décadas el talento femenino ha ido ganando terreno en un sector tradicionalmente masculino.
Natalia, Tamara y Rocío forman parte de la nueva generación de técnicas formadas en diferentes Escuelas de Ingeniería y Arquitectura, que se han incorporado a la plantilla de Abeconsa.
Se distribuyen por toda la cadena de valor de esta constructora de referencia, aportando todo su conocimiento en un sector tradicionalmente ocupado por hombres y en el que en las últimas décadas el talento femenino tiene más cabida.
Estas tres profesionales, junto a otras compañeras, se han ido sumando gradualmente a esta empresa constructora que a día de hoy cuenta con un porcentaje muy significativo de talento femenino en su plantilla. Cerca de un centenar de personas forman parte de la plantilla, de las que el 30% son mujeres.
El equipo directivo de Abeconsa está formado por 2 directores y 2 directoras. Y los puestos de responsables de cada departamento por 2 hombres y 3 mujeres. En Abeconsa las mujeres están al mando.
Natalia Regueiro, Arquitecta Técnica; Tamara Arranz, Ingeniera de Caminos Canales y Puerto; y Rocío Giménez, Arquitecta Técnica e Ingeniera Técnica de Obras Públicas, desarrollan su trabajo en tres áreas de gran relevancia. Hablamos con ellas sobre sus logros y dificultades en su día a día.
Natalia es actualmente Jefa de Obra de la promoción de Abeconsa en la Rúa Barreira en Perillo. Con más de 10 años de experiencia construyendo viviendas en diferentes ubicaciones de la geografía española, en sus oficinas de obra ha organizado a miles de operarios que han ejecutado centenares de viviendas, procurando que no se escapase el mínimo detalle de cada una de ellas.
– ¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?
Lo que más me gusta es ver crecer la obra, y lo mejor es llegar al final y decir “anda, si se parece a lo que teníamos proyectado!!”, ja, ja, ja Bueno, risas aparte, creo que lo más bonito es ver la evolución de la obra y ver que va creciendo, el contacto con la gente, porque al final de una obra, pasan muchos operarios y empresas por ella y, salvo alguna excepción, creo que nos vamos llevando bien, y al final, entre todos somos capaces de convertir unos planos y un solar vacío en un edificio.
-¿Qué consejo le darías a las jóvenes que se sienten atraídas por la construcción?
Que lo intenten, quizás desde la crisis no es el sector más atractivo. Las cosas cambiaron mucho desde aquellos tiempos de bonanza, pero también se ha actualizado en muchos aspectos y cada vez hay más mujeres que trabajan en el mundo de la construcción, y si te gusta por lo menos intentarlo y quitarte la duda de si es tu futuro o no.
-¿Qué opinan tus hijos de tu trabajo?
Pues sinceramente, no lo sé. Mi hija mayor tiene casi 7 años, y sí me pregunta “¿Mamá estás haciendo una casita o muchas? ¿Para un señor solo o para muchos?”. Creo que le hace gracia, aunque no sé si entiende realmente lo que hago, y mi hijo pequeño cumplirá 3 años en noviembre y no tiene ni idea. Le gusta mucho el coche de Abeconsa, eso sí, ja, ja, ja
-¿Cuáles son las dificultades que te encuentras al gestionar una obra?
Ufff, hay muchas…. Pero por nombrar alguna que afecta a todas las obras:
La ubicación de la obra: Para hacer una obra se necesitan espacios para acopiar material, para la entrada de maquinaria y materiales, esto a veces se complica en función de donde esté situada la obra.
La climatología: Hay muchos trabajos que ven condicionada su ejecución por la lluvia, y en Galicia la lluvia es el pan nuestro de cada día, lo que genera retrasos o dificultades de ejecución.
Los plazos: este es un condicionante en todas las obras, que además cuesta mucho controlar, porque dependemos de muchos factores externos que tenemos que intentar organizar: suministros de materiales en plazo, cantidad y calidad de la mano de obra y la climatología que es incontrolable.
-¿Cómo es el trato directo con el personal de obra? ¿Resulta más difícil por el mero hecho de ser mujer?
He de decir que no sé si he tenido mucha suerte o quizás me paso desapercibido, pero en los años que llevo trabajando no tengo el recuerdo de sentirme inferior por el hecho de ser mujer. La verdad es que, en general, creo que me llevo bien con los compañeros, las subcontratas y los operarios de obra. Creo que hay un respeto mutuo.
Rocío es Directora de Producción de la empresa. A pesar de su juventud -pertenece a la popular generación Milennial-, es responsable de la organización de la división más numerosa de la empresa. Se encarga de que cerca de un centenar de personas trabajen al unísono y en sintonía cada día en las diferentes obras que esta constructora está ejecutando en Galicia, Castilla y Madrid.
– ¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?
Me atrevería a decir que para cualquier profesional de la construcción lo más gratificante es ver el proyecto finalizado. El resultado del trabajo y esfuerzo de todo el equipo, desde el estudio inicial del proyecto hasta la entrega al cliente. Desde mi puesto, además, tengo la suerte de seguir todo el proceso desde cerca en contacto directo con los compañeros de todos los departamentos.
-¿Qué consejo le darías a las jóvenes que se sienten atraídas por la construcción?
Que persigan lo que realmente les gusta, sin dejarse influir por la idea de que se trata de un mundo sólo de hombres. Es verdad que es un sector muy masculinizado y que sobre todo cuando empiezas a trabajar, se pueden dar situaciones en las que no te tomen en serio por el hecho de ser mujer y joven, pero lo cierto es que cada vez se va avanzando más en ese sentido. Tengo muchas compañeras que trabajan como responsables en nuestras obras, y sus experiencias son muy positivas.
-¿Qué opinan tus hijos de tu trabajo?
Tengo una hija de 3 añitos que cada vez que ve una obra busca el logo de Abeconsa y cuando lo ve me dice con una sonrisa orgullosa: "Mira mami, tu trabajo". Eso me da energía para seguir compaginando la vida familiar con el trabajo, que hoy en día es más complicado que nunca.
-¿Resulta difícil hacer un seguimiento global de tantas obras y personas? Para ti, ¿qué es lo más complicado?
Sí, resulta difícil. Sin duda es el mayor reto de mi puesto. Haces una planificación para los próximos meses, y en un abrir y cerrar de ojos todo cambia, obras que se caen, otras nuevas que aparecen. Es en ese momento cuando la reorganización de los recursos se convierte en tan complicada como prioritaria. Es un gran esfuerzo, sobre todo cuando trabajas en una empresa en la que la estabilidad de la plantilla es fundamental.
– ¿Cómo se consigue mejorar la calidad y los resultados después de cada obra?
Cada obra es única, no se trata de un proceso demasiado industrializado, y en cada una surge algún problema diferente que tenemos que solucionar a contrarreloj. Creo que la clave es ser humildes y aprender de los errores, analizar cada obra a su finalización y tratar de mejorar día a día.
Tamara es Directora Técnica de Abeconsa. Lleva trabajando 15 años en la empresa como responsable del estudio, optimización de los proyectos que se construyen y redactando el guión de las piezas que componen el gran puzzle de cada obra.
– ¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?
Estar en contacto con muchos proyectos diferentes, de todo tipo de obras, que hace que todos los días aprenda algo nuevo. En cuanto a formar parte de la dirección, poder participar en la mejora continua de la empresa.
–¿Qué consejo le darías a las jóvenes que se sienten atraídas por la construcción?
Que no pierdan nunca la confianza en sí mismas y en sus capacidades y potencial.
–¿Qué opinan tus hijos de tu trabajo?
Lo mismo que del trabajo de su padre. Todo depende de cómo lo transmites en casa. A mis hijos les encanta la construcción. No es de extrañar cuando es lo que posibilita la transformación del espacio que tienen alrededor.
–¿Han aumentado las exigencias de las licitaciones en los últimos años? ¿Y en qué medida o cómo?
En los 14 años que llevo trabajando en esto el aumento de la exigencia es enorme. En las licitaciones públicas, las documentaciones técnicas tienen que ser completamente específicas y con una exigencia a nivel de planos y de apoyo gráfico enormes. En las obras privadas el aumento de la exigencia está fundamentalmente en los contratos. Cada vez con más frecuencia se incluyen cláusulas claramente abusivas para las constructoras.
– ¿Está reñido el diseño con la optimización de los proyectos?
No necesariamente. Existen soluciones muy ingeniosas que no están reñidas con la optimización económica. Lo importante es tener claro que diseño y constructibilidad tienen que ir de la mano, y que el coste de ejecución no puede ser una variable que aparezca solo al final. Tiene que conocerse y controlarse desde el principio del proyecto.