En el interior de la provincia de A Coruña, en el concello de Mesía, se encuentra ubicada la Casa Grande de Xanceda, una granja ecológica donde sus vacas viven libres y felices pastando por sus más de 200 hectáreas de prados libres de pesticidas, herbicidas y fertilizantes químicos. Esta empresa es un todo un ejemplo de compromiso con el medio ambiente, los animales y el rural gallego. Estos son los tres pilares sobre los que sustenta Xanceda, y que proyecta al publico a través de sus acciones de comunicación y marketing.

Su tono positivo y su cercanía le han hecho ganarse la confianza de muchos de los hogares de España, donde hoy saborean los productos de esta granja ecológica gallega donde el bienestar animal es una de las claves de su buen hacer.

Para conocer más sobre esta granja y sobre su modo de trabajar, charlamos con la responsable de Comunicación y Marketing de Casa Grande de Xanceda, Jessica Rey, quien esta semana ha participado en el primer encuentro del ciclo de charlas COMversacións, organizado por la Cátedra Vegalsa-Eroski de la Universidad de A Coruña de Compromiso Social, Comunicación y Reputación Corporativa.

¿Sobre qué valores sustenta Casa Grande de Xanceda su acción de comunicación y marketing?

Se sustenta sobre los mismos sobre los que trabaja, que es compromiso con el Medio Ambiente a través de la certificación ecológica y de la conservación de los ecosistemas que tenemos en las 200 hectáreas que conservamos libres de pesticidas, herbicidas y fertilizantes químicos. Se sustenta también en el compromiso del bienestar animal, que empieza por el bienestar de nuestras vacas, que son las reinas de nuestra granja, pero que continúa por el resto de animales de nuestra granja y de fuera. Por ello, hacemos una gran labor para concienciar contra el abandono y el maltrato de los animales. Y por ´´ultimo, en el compromiso rural: estamos asentados en el interior de la provincia de A Coruña, en el concello de Mesía, donde hay más vacas que personas y el compromiso debe estar en el rural.

La sostenibilidad es otro de los pilares fundamentales de Casa Grande de Xanceda. ¿Cómo incorporáis este compromiso en vuestros productos?

Lo incorporamos desde el origen, la materia prima, y lo hacemos obteniendo esa leche ecológica de vacas que viven felices, libres, en un ecosistema reforzado por un plan de biodiversidad en el que contamos ya con más de 50 casas nido para dar cobijo a diferentes especies y que así el ecosistema esté enriquecido y evitar primas. Además, en la elaboración, no utilizamos ningún ingrediente que no sea natural, que no tenga el certificado ecológico. También en el envase, utilizando cada vez un mayor porcentaje de plástico reciclado en envases de muy fácil reciclado; y en el caso de los yogures, con un diseño pensado para separar y reciclar.

Y todo ello os ha ayudado a ganaros la confianza del público.

Si Casa Grande de Xanceda se está haciendo un hueco en los hogares de toda España es porque conseguimos que la gente confíe en el proyecto. Confianza que ya se puede ver en el propio packaging, donde contamos la historia de nuestra granja, hasta las redes sociales, que no es más que un retrato diario de nuestra granja, y también lo pueden ver en persona acudiendo a una visita guiada a Casa Grande de Xanceda. Nos esforzamos muchísimo en contar que somos una granja, que somos reales, y que Casa Grande de Xanceda no es un proyecto de marketing, sino que existe, es un proyecto real. Y lo hacemos de una manera sencilla porque no somos una gran empresa con un gran presupuesto de marketing.

Sin embargo, habéis llevado a cabo una iniciativa muy exitosa, el paso de vacas. ¿Cómo se gestó esta iniciativa?

(Risas) El famoso paso de vacas se gestó con mucha creatividad y no con mucho presupuesto. Estábamos buscando una idea rompedora para reivindicar el rural y esta surgió a raíz de hacer un marketing en la calle. Y allí, en la calle, uno de los elementos que nos llamó la atención fue el paso de cebra. Inmediatamente hicimos la conexión con los animales: el paso de cebra está bien pero estaría mucho mejor el paso de vacas en Galicia, porque cebras no hay ninguna y vacas hay casi un millón. Es una representación lo suficientemente importante para que en las ciudades, en lugar de pasos de cebra, tengamos pasos de vacas. Y así las rayas de la cebra que se sustituyesen por las manchas de la vacas lecheras que se pueden ver en cualquier esquina del paisaje gallego.

Precisamente hablando de las vacas, ¿cómo es su cuidado en Casa Grande Xanceda?

Nuestras vacas salen a pastar todos los días en las 200 hectáreas que tenemos libres de pesticidas, herbicidas y fertilizantes químicos. Viven libres y felices. Vienen a la granja dos veces al día, al ordeño de la mañana y al de la tarde, para después regresar al campo. Si el tiempo no lo permite, tenemos preparadas unas enormes camas de paja donde duermen cómodamente y calentitas.

Vuestra comunicación resulta muy positiva, ¿Resulta algo más difícil comunicar en positivo en estos tiempos de pandemia?

Todos los contextos tienen su dificultad, pero nos gusta centrarnos en los positivo y transmitir con un toque de humor, siempre intentando sacar una sonrisa. Por ejemplo, en plena pandemia, plantamos un maizal con un sistema de agricultura de precisión, el cual nos permitió escribir un mensaje en el maizal; así que hicimos un laberinto en el medio del maizal para que nuestros visitantes se perdiesen en el laberinto, que además llevaba un mensaje: Covid piérdete.

@xanceda

Las mujeres rurales pisamos fuerte 💜 #8m #xanceda #women #mujeresrurales #rural

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Esta semana se ha celebrado el 8M, el Día de la Mujer. ¿Crees que la lucha por la igualdad avanza a un menor ritmo en el rural?

Es el doble de difícil. Tenemos todas las dificultades ante la igualdad que cualquier mujer en un ámbito urbano, más todas las dificultades que hay en el rural. Nuestras opciones para guarderías, centros de mayores o temas de cuidados son muy limitados y esto hace que las mujeres, que habitualmente cargan con las tareas del hogar, no tengan muchas opciones. Y es que siguen siendo las mujeres las que mayoritariamente renuncien a su carrera profesional para dedicarse a los cuidados para los que no hay suficientes servicios en el rural.