La aparición de una lata de patatas fritas de la empresa coruñesa Bonilla a la Vista en la película coreana Parásitos permitió conocer el furor que hay en el país asiático por este producto tan conocido por los coruñeses. Diego García, director de Marketing de la compañía, explica a este diario digital la razón de esta relación de admiración de los surcoreanos por nuestras queridas patatas.
El frame del packaging de Bonilla que apareció en la obra ganadora del Oscar a la mejor película de 2019 no fue ni fruto de la casualidad ni de una acción publicitaria. El éxito se explica porque la marca gallega ha conseguido cautivar al país surcoreano desde su entrada en 2016. Así, la lata de Bonilla volvió a aparecer en un videoclip del grupo TXT, que tiene millones de visualizaciones, y, más recientemente, en el el perfil de Instagram BigHit_ent, dedicado a la actualidad musical del KPop, con uno de los miembros de la BTS.
Por qué las patatas fritas de Bonilla a la Vista son tan conocidas en Corea del Sur
El director de Marketing cuenta que ninguna de estas acciones ha sido pagada ni responde a una acción de product placement: "No nos lo podríamos permitir", cuenta. La explicación que da la compañía sobre este tipo de apariciones es que sus productos se han convertido en "un objeto de deseo" en el país asiático.
La historia de amor entre las patatas fritas de Bonilla a la Vista y Corea del Sur reside en Farm Factory. Esta compañía, originaria de Seúl y que está especializada en distribuir productos españoles por su país, eligió las patatas fritas coruñesas entre otras opciones españolas por su producción artesanal, la calidad de sus ingredientes y su sabor. Sin embargo, Diego García confiesa que la estética de la lata fue un motivo de peso en la decisión de Farm Factory y, sobre todo, el motivo que explica el éxito entre los surcoreanos.
"Sinceramente, además del sabor tan característico y corte de la patata, la razón del éxito es el envase, la lata", explica el director de Marketing. "Hemos visto fotos de gente que los usa de bolso e incluso nos han llamado marcas de moda porque lo quieren convertir en un complemento", añade.
A pesar de este éxito tan chic, César Bonilla, el hijo del fundador de la compañía, sigue centrado a sus casi 90 años en la calidad. Diego García relata que sigue probando todas las patatas que van a Corea del Sur y si no le gustan, no las envía. No obstante, la compañía, a raíz del próximo 90 aniversario del César de la compañía, lanzará una campaña a través de redes sociales para promocionar la marca en nuevos productos de merchandising, como son las tazas, camisetas o unas latas con un nuevo logo.
La conclusión a este furor de los surcoreanos por las patatas fritas Bonilla es que este país supone el 15% de la producción. Así, durante 2021, la compañía produjo 9,4 toneladas de patas fritas al mes para Corea del Sur, donde la lata de 500 gramos se vende a 30 euros al cambio, sobre todo, porque solo se vende en tiendas gourmet y especializadas. Además, este éxito está permitiendo a la empresa gallega crecer en nuevos mercados, como es el australiano.