Finsa, la empresa maderera de Santiago de Compostela, se encuentra en estos momentos negociando un ERTE discontinuo que afectaría a los centros de Santiago, Padrón, Ourense y Rábade.

La pérdida de actividad estaba calculada entre un 20 y 30 % según hizo llegar Finsa a la parte social y se mantendría hasta bien entrado el año que viene. Por ello, la firma propuso hace una semana la duración del ERTE hasta el 31 de marzo de 2023 como respuesta a la caída de pedidos e ingresos, pero sin embargo, en las últimas negociaciones han rebajado la fecha límite hasta finales de este año.

El proceso afectaría a trabajadores de la sede central en Santiago, tanto de otros centros como Padrón, Ourense o Rábade. La mesa de negociación se constituyó el día 8 de septiembre y desde entonces han mantenido varias reuniones empresas y parte social, la última de ellas el pasado jueves.

Los sindicatos argumentan que en la situación de inflación, junto con el encarecimiento de las hipotecas, los trabajadores están perdiendo poder adquisitivo. Ahora mismo las negociaciones se concentran sobre todo en los complementos, después de que la empresa accediese a la complementación del 90 % del salario por día de inactividad, además de comprometerse a cubrir vacaciones y pagas de jubilación.

Este sería el segundo expediente de regulación temporal de empleo de la empresa este año, que ya en marzo tuvo que aplicar a uno a más de 1.000 trabajadores de los mismo centros por la falta de materia prima derivada de la crisis de la guerra de Ucrania y los paros de transporte.