Denodo es una empresa líder en gestión de datos que comenzó su andanza vinculada a la Universidade da Coruña (UDC). La empresa se ha convertido en la principal plataforma de integración, gestión y entrega de datos a nivel mundial, pero lo hace sin abandonar el enfoque local: el Producto se sigue haciendo aquí, así como gran parte de los Servicios Centrales de IT, Operaciones, Finanzas o Recursos Humanos.
Hablamos con el CTO de Denodo, Alberto Pan, que estaba en el equipo de Ángel Viña cuando se creó esta empresa gallega, sobre el presente y el futuro de la gestión de datos. Este es uno de los mayores retos de las firmas, a las que Pan les recomienda construir una arquitectura de datos basada en conceptos como el Data Fabric siempre partiendo de una identificación previa de las decisiones importantes que no se están tomando en base a datos.
¿Cómo ha evolucionado el sector de la gestión de datos en los últimos años?
Creo que la principal tendencia en los últimos años es la "Democratización de los datos" en las grandes organizaciones o, dicho de otro modo, el intento de que todas las personas que tienen que tomar decisiones en una organización tengan a su disposición los datos y herramientas que necesitan para tomar dichas decisiones en base a datos en lugar de en intuiciones.
Esto obliga a cambiar la manera en la que se gestionan los datos tanto a nivel tecnológico como organizativo. En el enfoque tradicional sólo los directivos tenían acceso a datos y normalmente limitados a ciertos propósitos bastante específicos, lo que hacía las cosas mucho más simples.
¿Cuáles son los retos futuros del sector?
A pesar de que se han realizado avances, los objetivos de democratización del dato están lejos de conseguirse: en la mayoría de organizaciones hay aún muchos decisores que no disponen de los datos que precisan, o que no los tienen accesibles de forma que puedan usarlos de manera efectiva. También es complicado garantizar que los datos disponibles siempre se usan de forma adecuada, de acuerdo a las políticas definidas por la organización y respetando regulaciones como GDPR. Así que creo que en los próximos años seguiremos viendo intentos para mejorar el tratamiento de estos problemas.
La inteligencia Artificial es uno de los grandes avances tecnológicos y de los que no se deja de hablar en estos tiempos, ¿Cómo puede ayudar la IA en los procesos de gestión de datos?
Hay dos maneras principales de usar la Inteligencia Artificial en este contexto. En primer lugar, las técnicas de Inteligencia Artificial pueden ayudar a detectar tendencias en los datos y a hacer predicciones sobre aspectos de negocio. Ejemplos clásicos son la predicción de riesgos o la predicción de tendencias de ventas. En este contexto, la Inteligencia Artificial es una herramienta dentro de las disciplinas de Ciencia de Datos y Análisis de Datos.
Por otro lado, las técnicas modernas basadas en LLMs (Large Language Models) como ChatGPT pueden ayudar a usuarios sin conocimientos tecnológicos a hacer por sí mismos tareas para las que normalmente necesitarían un analista de datos que les apoye: por ejemplo en Denodo recientemente hemos integrado GPT para permitir a los usuarios de negocio expresar sus consultas sobre datos en lenguaje natural, sin necesidad de que un analista tenga que traducirla a SQL, el lenguaje usado habitualmente para hacer ‘preguntas’ a una Base de Datos.
La gestión de datos es, en muchas ocasiones, todo un reto para las empresas. ¿Cómo es posible facilitar a estas empresas esta tarea?
Mi recomendación sería huir de las arquitecturas monolíticas tradicionales y estáticas y construir una arquitectura de datos basada en conceptos como el ‘Data Fabric’, que han sido diseñadas para poder exponer datos al negocio de forma rápida y sencilla en los entornos de datos modernos, en los que los datos frecuentemente están distribuidos tanto en la nube como en los Centros de Datos locales. Estas arquitecturas están también diseñadas para asumir el cambio tecnológico y permitir evolucionar con él, a diferencia de las arquitecturas monolíticas que intentan “encarcelar” a los clientes en una solución particular que supuestamente va a resolver todos sus problemas presentes y futuros, y de la que después, cuando inevitablemente la tecnología evoluciona, es muy difícil salir.
¿Cuáles son los primeros pasos que debe dar una empresa para su transformación digital?
Cada empresa es distinta, pero mi recomendación sería seguir un enfoque iterativo y con el foco en resolver problemas reales: empezar identificando puntos donde decisiones importantes no se están tomando en base a datos, analizar las causas y empezar a poner las soluciones tecnológicas que lo permitan; aprender de la experiencia y extender desde ahí a otros puntos de la organización.
Denodo comenzó como un proyecto vinculado a la UDC y logró crecer de una manera vertiginosa, llegando a trasladar su sede a Silicon Valley en 2006. ¿Cómo es posible ser líderes mundiales sin abandonar el arraigo local?
En la UDC hay una fantástica Facultad de Informática que es una gran cantera de talento. Así que para nosotros fue un paso muy natural mantener el grueso del desarrollo de producto aquí. Denodo tiene ahora más de 25 oficinas en 20 países, pero el Producto se sigue haciendo aquí, así como gran parte de los Servicios Centrales de IT, Operaciones, Finanzas o Recursos Humanos.
¿Cuáles son los planes futuros de Denodo?
Queremos seguir creciendo. Tenemos en la actualidad más de 1.000 clientes en todo el mundo, incluyendo grandes organizaciones como JP Morgan, Visa, Intel, Time Warner o Volkswagen por citar algunos. Pero pensamos que la empresa tiene todavía mucho potencial de crecimiento. Ahora estamos bastante ilusionados con el lanzamiento de nuestra nueva oferta SaaS, con la que esperamos llegar también a empresas más pequeñas que nuestro perfil de cliente habitual.
Centenares de personas trabajan en Denodo, una empresa que apuesta por el talento local. Un talento que emigra por falta de oportunidades aquí. ¿Cómo se puede retener?
Creo que la clave es ser capaces de construir empresas internacionalizadas que venden en todo el mundo y, por tanto, pueden ofrecer mejores condiciones y más oportunidades de desarrollo profesional. Por ejemplo, en Denodo a menudo ofrecemos la posibilidad de pasar un tiempo en nuestras oficinas en otras localizaciones como Palo Alto, New York o Londres, para vivir la experiencia de vivir y trabajar en estas ciudades, pero manteniendo el vínculo y la posibilidad de volver a las oficinas de Galicia.
¿Qué supone para Denodo la apertura de esta oficina en A Coruña, su lugar de nacimiento?
Tenemos ya más de 180 personas trabajando en la oficina de A Coruña, de un total de unas 800 a nivel mundial y por eso necesitábamos unas nuevas oficinas que nos permitiesen estar más cómodos y seguir creciendo. Ojalá esta tendencia de crecimiento tanto en A Coruña como el resto de oficinas continúe el mayor tiempo posible.
¿Qué papel juega Galicia en el sector tecnológico?
Galicia, al igual que el resto de España, tiene muy buena formación y mucho talento, pero el ecosistema tecnológico es bastante limitado. Por ejemplo, en el mundo del software, aunque hay muy buenas empresas en el sector de consultoría, hay muy pocas empresas que creen producto tecnológico propio, seguramente en parte porque se requieren fuertes inversiones iniciales que es difícil conseguir desde aquí, y en parte por falta de cierta cultura de innovación. Aún así hay ejemplos muy meritorios que creo que progresivamente harán que más empresas y más inversores lo intenten.
La Aesia, la Ciudad de la TIC, son muchos los proyectos que están recayendo en la ciudad ¿Tiene posibilidades A Coruña de convertirse en un hub tecnológico?
Sí, ambas son estupendas iniciativas que pueden crear cierto ‘efecto llamada’. Ojalá sea así.
Voces expertas del sector señalan que es necesario avances en el ámbito legislativo ¿Avanza más rápido la tecnología que las leyes? ¿Qué es lo que deberían hacer las Administraciones ante esta evolución constante de la tecnología?
En el ámbito de gestión de datos, creo que las administraciones han reaccionado razonablemente rápido con regulaciones como GDPR. Sin embargo, está claro que las nuevas tecnologías de Inteligencia Artificial plantean nuevos retos que seguramente aún no entendemos del todo. Organismos como la Aesia tendrán mucho que aportar en ese campo y las administraciones deben escucharlas.
¿Cuál es el mayor aprendizaje de estos años en los que vio como Denodo se convertía en lo que es hoy en día?
Quizás al principio teníamos un poco mitificados a los grandes productos software norteamericanos. Y ojo, es verdad que sus fabricantes hacen muy bien ciertas cosas con las que aquí no siempre se tiene experiencia, como las pruebas o el soporte, pero con el tiempo ves que no hay magia: con la metodología y el foco adecuados, hoy se puede alcanzar ese nivel desde cualquier parte del mundo.