La empresa coruñesa por excelencia, célebre por sus exquisitas patatas fritas y churros, Bonilla a la Vista, está este viernes de luto debido al fallecimiento de su máximo responsable, César Bonilla, a los 91 años. Era el alma del negocio y su vitalidad era notable, llegando incluso a compartir con clientes y ciudadanos de a pie un especial 90 cumpleaños en el 2021 en el emblemático local de Bonilla de la calle Galera, fundado en 1958.
Quienes le conocieron, destacan de él su cercanía, sencillez y energía y el origen de la empresa se debe a que el padre de César fue marino en un barco de guerra, aunque en 1932, Salvador Bonilla, montó su puesto de churros y patatas fritas con el que recorrió la geografía gallega. Unos sencillos inicios que décadas después han derivado en la internacionalización de la marca y el triunfo de los productos a nivel mundial.
El fallecido contó en su 90 aniversario que seguía vinculado a la empresa a pesar de su avanzada edad y reveló que seguía levantándose temprano a diario poniendo en valor "el hacer de la empresa una familia".
En varias ocasiones, contó sobre los orígenes del nombre de la empresa que su padre cuando llegaba tarde a su trabajo en el mar alquilaba una barca e iba remando y como a un barco de guerra no se puede acercar de cualquier manera, decía con humor que su padre gritaba "Cabo Bonilla a la vista" para que supieran que se trataba de él.
Comunicado
Desde Bonilla a la Vista se ha emitido un comunicado confirmando la triste noticia. "Con todo el pesar y el dolor, la familia Bonilla a la Vista comunica el fallecimiento de nuestro capitán, César Bonilla. Su incansable trabajo y dedicación hicieron posible que el nombre de Bonilla a la Vista suene hoy a lo largo y ancho del mundo, sin perder jamás sus raíces gallegas", reza el texto.
"La familia de César, y la enorme familia que formamos esta empresa, agradecemos las muestras de afecto recibidas, y el cariño de todos los que nos han acompañado desde hace más de 90 años. Hasta siempre, Don César", concluyen.
Historia de un icono coruñés con Solete Repsol
Bonilla a la vista nació en Ferrol en 1932 como un puesto de churros y patatas fritas, con el que la familia Bonilla recorrió toda Galicia hasta que se trasladó en el año 1949 a A Coruña, donde abrirían su primera churrería en la calle Orzán (a día de hoy tienen otros locales en Juan Flórez o la calle Galera).
Es toda una tradición de un buen coruñés que se precie acercarse a alguno de sus locales para disfrutar de un rico chocolate con churros, que ahora también preparan para llevar a casa o que se pueden pedir a domicilio a través de las aplicaciones de reparto a domicilio. Otro producto que destaca especialmente son las patatas e incluso sus latas causan furor en Corea del Sur.
La marca ha recibido numerosos reconocimientos como un Solete Repsol u otro de mano del Instituto Internacional del Sabor, que premió a las patatas de la marca como uno de los mejores productos gastronómicos del mundo.