Tony y Lauren son una pareja de Inglaterra que decidieron abandonar el mundanal ruido que era su día a día en Londres para dar un giro radical a su vida e instalarse en una pequeña parroquia de Vilalba (Lugo) donde han decidido montar una granja de alpacas.

Él estuvo en la misma empresa casi 25 años como ingeniero de electricidad y ella dirigiendo un equipo de ingenieros de software y residían en el área metropolitana de Londres pero trabajaban en la capital de Inglaterra.

La mudanza a Galicia del matrimonio (llevan 22 años juntos) se debe a que el padre de él es gallego nacido en Bergondo (A Coruña) y llevan años pasando vacaciones en la comunidad. 

Granja de alpacas. CEDIDA

Este inusual proyecto personal con animales atípicos en una comunidad como Galicia abrirá al público a finales de octubre, todo ello en Lanzós, a cinco minutos de Vilalba y a media hora de Lugo, en un terreno de 18.000 metros cuadrados aproximadamente.

El amor por estos animales surgió en 2010 durante una visita a un centro de actividades en la naturaleza en plena campiña inglesa. Tras ese contacto inicial, la pareja volvió a la misma granja dos o tres veces anuales durante varios años y fue en la pandemia cuando decidieron repensar sobre su futuro.

Granja de alpacas.

"Si queríamos cambiar nuestra vida ese era el momento", cuenta Tony, y dicho y hecho. Vendieron su casa de Londres y se instalaron en Galicia en octubre de 2021. Las alpacas las trajeron a finales de junio de 2023 y están ubicadas en un gran espacio dentro de su residencia actual, un extenso terreno con una casa de piedra con cinco habitaciones.

Esta vivienda les conquistó cuando recién llegados de tierras inglesas alquilaron un coche para tratar de encontrar su hogar ideal y reconocen que nada más vieron la vivienda y el terrano tras la cancela que los rodea sabían que aquel era el lugar para comenzar de nuevo.

Granja de alpacas.

Senderismo, terapias y actividades infantiles

Ahora mismo tienen nueve alpacas, cinco hembras y cuatro machos, pero el proyecto de futuro es llegar a tener 40 de estos animales, lo que define Tony como "un sueño cumplido". De cara a la llegada de visitantes en octubre, han organizado la finca con caminos entre los prados para hacer experiencias de senderismo con las alpacas, lo que será el atractivo principal del complejo.

"No son animales peligrosos, no muerden ni hacen daño y a los pocos minutos con un poco de comida o pienso es fácil familiarizarse con ellos, aunque como las personas tienen sus días buenos y malos", matiza Tony, que recuerda que las alpacas pasaron casi un año y medio en confinamiento tras traerlas de Inglaterra y en este tiempo apunta perdieron la costumbre de estar cerca de la gente.

Para paliar esto, antes de empezar a rodar con la granja, están haciendo pruebas con amigos y conocidos para experimentar con las actividades que se llevarán a cabo en los próximos meses y así facilitar que las alpacas se vayan familiarizando con las personas. Sobre su manutención, la pareja concreta que estos animales comen fundamentalmente hierba, algo que complementan con dos tipos de pienso de un veterinario de Bélgica y hierba seca.

Granja de alpacas.

"También ellas comen manzanas y zanahorias, que les encantan, estarían comiéndolas todo el día", dice entre risas Tony, que a su vez pone en valor la lana de las alpacas. "Es algo muy suave, similar a la calidad del cashmere", aclara.

En su complejo, disponen de alpacas blancas, dos marrones y otra café con leche de un tono marrón claro. Los nombres son ingleses, pero se traducen correctamente al castellano: Pétalo, Olaf, Marrón, Monty (nombre de la época victoriana), Charlie (Carlitos), Mermelada, Carlota, Arce y Florín (nombre muy antiguo que significa una cantidad de moneda muy pequeña).

Las alpacas son típicas de países como Chile y Perú y de las nueve que tienen en Lanzós, ocho tienen bisabuelos de Perú, pero todas fueron traídas desde Reino Unido. "Ahora hay alpacas por casi por todo el mundo, en Australia, Estados Unidos... al final hay poca diferencia entre el clima del sur de Inglaterra y de Galicia, ambos son lugares muy verdes y llueve regularmente en los dos, la única diferencia es que en Galicia el calor del verano llega antes y eso nos obligará a trasquilarlas antes", apunta Tony sobre la supervivencia con el clima gallego de estos animales y sus orígenes.

Rincones instagrameables, bodas y fiestas infantiles

En el terreno de la granja, Tony y Lauren han diseñado sitios instagrameables para que se compartan en redes sociales y dependiendo de como vayan las cosas, tienen en mente realizar excursiones para niños con las alpacas, además de mostrarles las posibilidades que ofrece la lana de las alpacas en cuanto a la elaboración de cosas pequeñas con este material.

Otra de las ideas es la cría de alpacas, con la motivación de que sean vendidas el día de mañana y siguiendo una costumbre típica de Estados Unidos, tienen en mente a su vez realizar terapia con alpacas, es decir, que los visitantes se relajen junto a estos animales o incluso llevarlas a centros de mayores.

En los próximos días, en el aparcamiento para clientes de la finca habilitarán un espacio para autocaravanas y hacen un llamamiento a los peregrinos a acercarse a conocerlas porque el terreno está ubicado a pocos kilómetros del recorrido del Camino de Santiago.

Otras de las posibilidades que están valorando llevar a cabo es llevar alpacas a bodas para fotos o que estén en contacto con los invitados viviendo así una experiencia diferente, al igual que en cumpleaños infantiles.

Pretenden trasladar este tipo de eventos fuera de la granja. "Valoraremos lo que hacer según la demanda, no queremos cerrarnos puertas", concluye la pareja con optimismo y ultimando los detalles para su gran puesta de largo el próximo octubre.