El antiguo edificio okupado en la Avenida de Oza de A Coruña será rehabilitado antes de 2025. El propietario del número 41 consiguió el pasado mes de agosto la licencia municipal necesaria para realizar obras en el edificio y, en cuestión de semanas, se ha puesto manos a la obra. 

El bloque cuenta con cinco viviendas y un gran bajo comercial. Los pisos se remodelarán completamente, ya que el edificio "está muy afeado" después de ser okupado durante algo más de dos años. Pese a todo, el propietario del bloque asegura que la estructura "está bastante bien", por lo que espera que la rehabilitación no tome más de un año.

"En 2025 espero tenerlo acabado, a qué altura del año ya no lo sé", explica Francisco Javier García a Quincemil. No obstante, la falta de mano de obra y de proveedores podrían ralentizar el proyecto, según explica. 

La promotora encargada de realizar las obras es Myrco Noroeste, empresa que a su vez está fundada por el propietario del inmueble. Durante los próximos meses avanzarán en la rehabilitación de las cinco viviendas, la reforma de la fachada y la instalación de un ascensor. 

Las viviendas se venderán a particulares por un precio que se tasará una vez terminen las obras. El objetivo de Francisco Javier García es que todas ellas se destinen a viviendas de uso residencial que ayuden a dar vida al barrio. En el último año, asegura, la zona ha mejorado notablemente y los problemas han disminuido. De hecho, ya hay interesados en adquirir alguno de los pisos a reformar.

El pasado okupa del inmueble

La vida en la avenida de Oza es muy diferente a la que de hace un año, cuando el número 41 estaba okupado. De los cinco pisos, cuatro llegaron a estar tomados o en muy malas condiciones. La única inquilina residía en la tercera planta, pero en junio de 2023 abandonó el edificio junto a los okupas.
 
En aquel tiempo, la estampa vecinal contrarrestaba enormemente con la del bajo del edificio, que durante 75 años acogió Casa Saqués. El local llegó a ser toda una insignia de la ciudad gracias a sus cocidos y a sus empanadas. Sin embargo, en enero de 2024 el restaurante cerró por jubilación. Todavía hoy se puede ver en la entrada del local un enorme cartel que pone: "Queremos agradeceros estos 75 años en los que nos habéis apoyado amigos, clientes y proveedores. Muchas gracias por todos los momentos que hemos vivido juntos".
 
A lo largo del 2023 se produjeron numerosos incidentes en el edificio: un incendio accidental en el segundo piso —que afectó a dos habitaciones de dicha planta— y la caída de cristales en mal estado a la vía pública a causa del fuego originado en enero. Además, la Policía tenía constancia de que en el bloque se realizaban operaciones de compra-venta de estupefacientes.
 
Y es que tras tres años de pesadilla, el dueño del número 41 de la Avenida de Oza ve luz al final del camino. Si las previsiones se cumplen, en 2025 el edificio podría volver a albergar vida. Eso sí, esta vez de manera legal.