La crisis del alquiler residencial, con escasez de oferta y precios disparados que reducen de forma alarmante el acceso a la vivienda en el país, tiene el reverso en el auge del arrendamiento de temporada. En el conjunto de España, alquilar un piso de forma permanente se traduce en una caída de su oferta del 33% con respecto a hace cinco años, mientras que el aumento de los alquileres temporales se ha incrementado un 232%.

Los datos los recoge el portal inmobiliario Idealista en un informe que presenta la evolución de estas ofertas en las 52 capitales de provincia españolas en el último lustro, con las estadísticas más recientes del tercer trimestre de 2024. En A Coruña hay ahora un 39% menos de viviendas disponibles para personas o familias que buscan un alquiler permanente, un porcentaje superior a la media del país. Por el contrario, la oferta de arrendamientos de temporada ha crecido un 452%, también más que a escala nacional.

A Coruña es la segunda capital de provincia gallega donde más ha crecido el alquiler de temporada, según el informe de Idealista. La supera Pontevedra con un incremento del 800% en el mismo periodo; en Ourense fue del 200%, pero en Lugo ni aumentó ni disminuyó. La caída del alquiler indefinido fue igual de acusada en Ourense (también del 39%), más leve en Pontevedra (3%), y no se produjo en Lugo, donde la oferta subió un 13%.

La capital española donde la sangría de oferta de alquiler permanente es mayor es Barcelona, con una reducción de pisos disponibles del 75%, seguida por Oviedo, San Sebastián y Las Palmas de Gran Canaria.

Los mayores incrementos de oferta de arrendamiento de temporada se dan en pequeños mercados donde hasta ahora estos aumentos no se producían, con Jaén a la cabeza (2.500%) seguido de Murcia (1.614%), Tarragona (1.080%), Granada (1.039%) y Castellón (1.000%).

Alquiler de temporada y alquiler turístico

¿Qué es un alquiler de temporada? De entrada, no es un arrendamiento de vivienda. Estos recaen sobre viviendas habitables con el fin de satisfacer una necesidad indefinida del inquilino, mientras que los de temporada no persiguen que el inmueble se convierta en un hogar estable para el arrendatario sino en un alojamiento transitorio y temporal.

Además, en los contratos de alquiler de temporada debe aparecer expresamente la voluntad del propietario del piso y del inquilino de que el arrendamiento sea por un tiempo definido y con la explicación de los motivos que lo justifiquen, como una estancia temporal por estudio, por trabajo o por obras en la vivienda residencial.

Pero dentro de los alquileres de temporada se puede dar a alguno la consideración de arrendamiento turístico, excluido del ámbito de aplicación de la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU). El alquiler turístico afecta a una vivienda amueblada y equipada para ser usada de forma inmediata, se publicita y comercializa en canales de oferta turística, tiene un fin lucrativo y está sometido a un régimen y normativa sectorial específicos; además, el dueño del piso de uso turístico ofrece algunos beneficios complementarios propios de establecimientos hoteleros, como limpieza o ropa de cama.

Contra la ley de vivienda

La escasez de vivienda pública y la ley de vivienda aprobada por el Gobierno central son las razones principales que sectores inmobiliarios destacan, con críticas en su juicio, para explicar la caída del alquiler tradicional y el alza del de temporada.

La abogada de la Asociación de Inquilinos de A Coruña, Verónica Urreaga, califica la ley estatal de "chapuza": "Descarga sobre el propietario la responsabilidad que tiene el Estado de dar vivienda a los ciudadanos, sin dar seguridad jurídica en caso de que los inquilinos no paguen. Así es normal que los dueños limiten el tiempo de alquiler o no alquilen sus viviendas o se decidan por arrendamientos por temporada o turísticos".

"El problema lo ha creado el Gobierno", añade. "La única solución es dar ayudas a los inquilinos para pagar alquileres, dar beneficios fiscales a los propietarios y ampliar el parque de vivienda pública, porque de lo que prometió el presidente no ha construido nada".

El vicepresidente de la Asociación de Viviendas Turísticas de Galicia (Aviturga), Rafael Serrano, coincide en señalar que "la política de vivienda del Estado causa inseguridad jurídica". "Los propietarios, con la ley de vivienda, buscan una alternativa para sus pisos, no los alquilan por largo tiempo y se decantan por otras modalidades de alquiler, de temporada o turístico", comenta Serrano, crítico con la “insuficiente” oferta de construcción de vivienda.