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Solo el 40% de los alumnos que se presentan al examen práctico de conducir en el centro de examen de A Coruña —incluye también Ferrol son aptos. Es decir, el 60% de los aspirantes a conductor no consiguen la ansiada L a la primera, según los datos ofrecidos por la DGT a 5 de octubre de 2024. 

Los profesionales del sector vinculan las cifras con que A Coruña es "una ciudad complicada y con mucho tránsito" y a que la prueba práctica es un "examen completo" de un nivel "difícil" en el que los alumnos deben demostrar su valía en situaciones muy diferentes: casco urbano, vía interurbana, aparcamientos complejos, etc. 

La presidenta de la Asociación Provincial de Autoescuelas de A Coruña, Silvia Vázquez, explica que por lo general cada prueba dura "unos 25 minutos". Algo menos de media hora en la que el alumno tiene que mantener la calma, aplicar todo lo aprendido y lidiar con la presión y nerviosismo propio de quien está examinándose del carnet de conducir. 

En los últimos cinco años la forma de evaluar los 'aptos' o 'no aptos' ha variado mucho. Ahora la DGT aplica un sistema de clasificación en el que cada fallo, por mínimo que sea, resta. De esta forma, en función de la cantidad y gravedad de los errores que se cometen, el alumno consigue la 'L' o debe volver a probar suerte.

A Coruña, una ciudad llena de obstáculos

Generalmente, los exámenes se suspenden por acumular una falta eliminatoria, dos deficientes o, lo menos común, 10 leves. Pero ¿cómo de grave es cada una de ellas? Para un conductor experimentado no realizar un ceda al paso si la vía está despejada o no parar totalmente en un stop puede ser algo menor. Pero no para los examinadores.

Saltarse un semáforo en rojo, un ceda el paso o un paso de peatones son consideradas faltas eliminatorias. Mientras tanto, no guardar la distancia lateral mínima con el coche de al lado es un error 'deficiente' y no poner un intermitente, una leve. Eso sí, no todos los profesionales del sector están de acuerdo con el método utilizado por la DGT. 

José Ramón Iglesias, responsable de formación de San Martín Autoescuelas, apostaría por "un examen en el que se valore más por aptitudes que por las actitudes" y en el que la capacidad de reacción y otros aspectos psicológicos también se tengan en cuenta. Un modelo, dice, menos encorsetado.

El sistema es igual para todas las ciudades de España. Esto quiere decir que lo que complica la prueba es la ciudad en la que se desarrolla. "En A Coruña es complicado porque tiene un hándicap importante: permite una circulación bastante rápida, así que los alumnos tienen que espabilarse mucho", pone de ejemplo José Ramón.

A la hora de sacarse el carnet es mucho más agradecida una ciudad como Santiago, donde es habitual circular a 20 o 30 kilómetros por hora en casco urbano, que no una como A Coruña, donde las carreteras de doble sentido y de 50 kilómetros por hora son habituales —la Ronda de Nelle o la Ronda de Outeiro son ejemplos de ello—. "Aquí lo normal es ir a 40 kilómetros por hora, en tercera, y muchas veces en el carril izquierdo porque el derecho está lleno de coches en doble fila", dice el responsable de San Martín Autoescuelas.

Puntos calientes: Alfonso Molina, estación de autobuses y A Grela 

En A Coruña las pruebas ya empiezan con mal pie. Silvia Vázquez explica que los puntos de salida de cada examen son de por sí muy complicados. Uno de ellos es la estación de autobuses de la ciudad. "Por la parte de arriba hay muy poca visibilidad. Ahí suspende mucha gente nada más salir porque hay un stop y no se hace correctamente", cuenta la también directora de la autoescuela Ronda. 

Continuando con la lista de lugares con los que tener ojo está el punto de examen de Salvador de Madariaga porque "hay un stop y un carril bici que complican la salida". Y, ya fuera del casco urbano, Alfonso Molina y Agrela son algunas de las zonas más temidas por los alumnos

En la lista tampoco faltan las rotondas. Para Silvia las más catastróficas son las de Matogrande o la Casa del Mar, aunque la del Pavo o Ronda de Nelle tampoco se libran. "Las rotondas están mal señalizadas porque trataron de disfrazarlas de las turbo rotondas inglesas en las que se reserva el carril de la derecha para la salida. Pero para hacerlo bien tienes que tener sitio. Yo creo que aquí debían señalizarse y marcarse como se hizo toda la vida, como el resto de ciudades de España", opina al respecto José Ramón Iglesias. 

Los cedas al paso también suelen jugar una mala pasada a los examinados. "Creen que por dejar pasar ya lo han hecho bien, pero no. El momento en el que el otro conductor tiene que variar su trayectoria o su velocidad ya lo hemos hecho mal", explica la vicepresidenta de la Asociación Provincial. 

Y para los veteranos también hay recomendaciones. "Hay que entender que donde hay línea continua no se puede adelantar. Le pediría a los conductores que no hagan adelantamientos en sitios donde no se puede hacer y, sobre todo, que cuando determinados usuarios estén atrapados en esas condiciones, respeten un poco", apela el profesional José Ramón Iglesias. "Si los que tienen carnet se examinasen no pasaría ninguno, muchos suspenderían", asegura cómico el responsable de formación de San Martín.