El 19 de noviembre se celebra el Día de la Mujer Emprendedora. Según el último informe GEM España 2022-2023 sobre el emprendimiento innovador, la actividad emprendedora española cuenta ahora con mayor participación de mujeres.
Un ejemplo de ello lo encontramos en Adalab, una escuela pionera en la enseñanza de tecnología para mujeres en España. Nació en 2016 de la mano de Inés Vázquez y Rosario Ortiz, y desde entonces más de 750 alumnas han pasado por sus aulas.
Con una industria, la tecnológica, en pleno proceso de expansión con alta demanda de perfiles tecnológicos y baja presencia de mujeres trabajando en el sector, ambas fundadoras entendieron que era necesario crear una escuela que atrajese a las mujeres a este sector lleno de oportunidades. Adalab ofrece formación a aquellas que quieren dar un giro de 180º a su carrera y lanzarse al mundo digital a través de cursos intensivos de ‘Programación Web’ y ‘Data Analytics’.
Hablamos con Inés Vázquez, una de las cabezas del proyecto, para conocer cómo surgió y para entender qué papel ocupa actualmente la mujer en el sector tecnológico.
¿Cómo nace Adalab?
Rosario y yo estudiamos empresariales y empezamos a trabajar en el sector privado. En un momento dado, decidimos que queríamos tener un mayor impacto social y empezamos a trabajar en cooperación internacional. Allí tuvimos la oportunidad de desarrollar proyectos de formación e inserción laboral. En 2015 decidí que quería volver a España y montar algo combinando la empresa y la labor social. En esa época aún había poco empleo por culpa de la crisis, ósea que me centré en potenciar la búsqueda de empleo. Investigando llegamos al sector tecnológico, que en ese momento se decía que tenía un 0% de desempleo. Decidimos ser un puente entre personas en búsqueda de empleo y empresas.
¿En qué momento os disteis cuenta de que era necesario un proyecto como el vuestro, centrado en las mujeres?
Fue cuando, ya dentro de la investigación en el sector tecnológico, descubrimos que la presencia de mujeres era muy escasa, no llegaba al 20%. Nos pareció alarmante que, mientras se hablaba de que la tecnología era el futuro, las mujeres estuviéramos fuera del sector. Montamos entonces Adalab, una escuela centrada en perfiles tecnológicos altamente demandados, pero exclusiva para mujeres que buscan reinventarse.
¿Qué diferencia hay entre vuestra escuela y cualquier otra que no está destinada a mujeres?
Más allá de ser una escuela exclusiva para mujeres, nos centramos en perfiles altamente demandados. Construimos el temario conjuntamente con las empresas, formando a nuestras alumnas específicamente en aquello que se busca. Además, damos mucha importancia a la formación de comunidad. Con nuestra metodología las alumnas están constantemente trabajando en equipo, esto hace que forjen relaciones muy cercanas entre ellas. Esto es muy importante porque la mayoría de ellas no han estudiado tecnología nunca y estar todo el día programando es difícil. Esta sensación de comunidad hace que salgan adelante. También nos preocupamos por dar visibilidad a mujeres con perfiles muy diversos que han conseguido empezar una carrera en el mundo de la tecnología, así es como atraemos al resto.
Destinada a mujeres, fundada por mujeres, y con prácticamente todo el profesorado formado por mujeres, ¿por qué habéis decidido que sea así?
Nosotras queremos romper la brecha de género en tecnología, por eso nos hemos centrado en formar a mujeres. Ahora mismo hay más de un 60% del profesorado que son mujeres porque es algo que trabajamos. Nos cuesta porque hay poca presencia de mujeres dentro de las TIC, pero nos parece importante mandar, desde un inicio, un mensaje a las alumnas de “ya tienes docentes que son mujeres y que pueden ser tus referentes”.
De mujeres para mujeres, ¿entre nosotras nos entendemos mejor?
En contextos en los que eres minoría es importante colaborar y apoyarte en personas que estén en la misma situación que tú, porque experimentarán situaciones parecidas a la tuya. Por eso, en contextos en los que las mujeres están en minoría, sí creo que es importante que las mujeres nos aliemos.
750 mujeres han pasado ya por vuestra escuela, ¿cuáles son las motivaciones que las mueven?
Una alumna típica de Adalab tiene unos 30 años, estudios universitarios, aunque la mayoría sin relación con la tecnología, y lleva años intentando buscar un trabajo de calidad sin conseguirlo. La mayoría tienen carreras con poca salida profesional, y ven en la tecnología una puerta hacia una proyección laboral.
Sois dos co-fundadoras, ¿poner en marcha un proyecto tan grande como este siendo dos mujeres es más difícil?
Creo que nosotras, como mujeres, estamos expuestas a las mismas barreras a las que están expuestas en el resto de ámbitos laborales. Sin embargo, hemos sido bastante privilegiadas porque, al dedicarnos a algo tan específico, hemos acabado atrayendo a personas y empresas que comparten nuestros valores. Tenemos un ecosistema, que no es la realidad, que nos ha cuidado mucho.
¿Qué papel tiene ahora la mujer en el sector tecnológico?
Ahora mismo ya hay un 20% de mujeres que están contribuyendo al sector y hay referentes históricos como Ada Lovelace, que inventó el primer algoritmo de la historia capaz de ser leído por una máquina, o más actuales como Susan Wojcicki, CEO de YouTube, que están contribuyendo a la tecnología. Pero, en general, nuestro papel es más de usuario final, que de creador.
¿Cuál es el papel que aspiráis a que tengan las mujeres desde vuestra escuela?
Nosotras creemos que la tecnología está cambiando nuestro día a día y que es importante que las mujeres también definamos qué forma queremos que tenga esa tecnología y qué usos queremos darle. Para eso necesitamos que cada vez haya más mujeres trabajando en el diseño de la tecnología.
En los últimos años estamos experimentando un aumento de la presencia de las mujeres en muchos ámbitos, ¿crees que esto se está viendo también en las TIC?
Ahí están las estadísticas. Sí que es verdad que se está viendo un aumento del porcentaje de mujeres, pero este es muy lento, no es que las mujeres estemos entrando masivamente a estudiar ingenierías. Todavía hacen falta muchas medidas por parte de los gobiernos y de las empresas para que cada vez haya más mujeres.
Las carreras más estudiadas por mujeres son Infantil, Trabajo Social y Enfermería, grados muy orientados al cuidado y el servicio. Mientras que las carreras menos estudiadas son la asociadas al deporte, Informática y las ingenierías. ¿Qué sigue fallando?
Nos guste más o menos, los roles de género siguen teniendo un peso muy importante en nuestra sociedad. A la mujer típicamente se le asigna el rol de cuidadora, y esto es algo que vemos desde pequeñas. Otra cosa importante son los referentes. Suelen decir que cuando escoges carrera te basas en referentes cercanos o referentes inspiracionales. Es poco habitual que las mujeres tengan referentes cercanas se dediquen a las TIC y, en los referentes inspiraciones pasa lo mismo, los gurús de las TIC suelen ser hombres. Esto hace que no veamos estamos carreras como una opción para nosotras.
¿Hay un hueco real para las mujeres en las TIC?
Después de todos estos años trabajando en Adalab no es que lo crea, es que lo sé. La prueba de ello son las más de 750 mujeres que se han formado con nosotras, de las que el 90% están trabajando, y las conversaciones con las empresas, que cada día nos dicen que quieren tener más mujeres en sus equipos, y hacer equipos más diversos.