Ante la escalada de ataques al patrimonio histórico y comportamientos incívicos en Santiago de Compostela, el Ayuntamiento de la capital gallega ha iniciado una campaña de buenas prácticas para los visitantes.

La iniciativa fue presentada al tejido asociativo de la ciudad esta mañana en el Auditorio de Galicia de la mano de la concejala de Turismo Miriam Louzao. "El objetivo básico es concienciar sobre el carácter patrimonial de nuestra ciudad y sobre la importancia de cuidarla, respetando tanto los espacios y edificios públicos como la propia vida cotidiana y el descanso de los vecinos", explicó la edila.

El Código está dividido en 12 principio básicos: corresponsabilidad, diversidad, autenticidad, singularidad, calidad ambiental, calidad acústica, calidad visual, preferencia peatonal, seguridad, derecho al descanso, tranquilidad y hospitalidad.

Entre las consignas que se recogen se incluyen algunas como no "dejarse llevar por pseudotradiciones" o "prácticas inapropiadas", además de animar a visitar los restaurantes de la ciudad, a depositar la basura en las papeleras, usar los "aseos públicos y gratuitos" o celebrar su llegada "sin exceso de ruido", evitando utilizar los bastones contra el pavimento.

El proyecto llega después de varios momentos tensos con la afluencia de visitantes a la ciudad, en especial con los vecinos del barrio de San Pedro y los del casco histórico. El nuevo gobierno municipal lo ha enmarcado dentro de su prioridad por potenciar un "turismo consciente". El objetivo es mantener a los turistas pero potenciando el turismo de calidad, sostenible y consciente.

Tras la presentación a los agentes sociales, la concejala de Turismo, la gerente de Turismo Santiago, Flavia Ramil, así como la subdelegada del Gobierno en A Coruña, María Rivas, dieron una rueda de prensa para presentar la iniciativa.

Ante los medios de comunicación previamente, la alcaldesa Goretti Sanmartín explicó que junto con la Policía Local están analizando realizar una "intensa campaña" de vigilancia en el casco histórico para así evitar algunos de los comportamientos más polémicos de los visitantes.

Alguno de ellos, como comer o dormir en la calle, Louzao ha admitido que no están expresamente prohibidos en la normativa municipal. "Creo que todos entendemos que una cosa es comer un bocadillo en la calle y otra cocinar en la calle o desplegar un picnic", señaló en declaraciones recogidas por Europa Press. Beber alcohol o los ataques al patrimonio sí que pueden ser sancionados, explicó.

La campaña juega con la idea de la fragilidad de Santiago como patrimonio de la humanidad, usando la estética del envío de paquetes frágiles.

La campaña está basada en el concepto de la fragilidad de Santiago de Compostela como patrimonio de la humanidad y, de hecho, su estética está relacionada con el envío de paquetería frágil. "Este tipo de embalajes son los que se usan para identificar las joyas más delicadas. Por eso representamos a Santiago de Compostela como lo que realmente es: una das joyas más valiosas del mundo occidental, de la que todas las personas tenemos el derecho a gozar, pero también la obligación de cuidar".

Por su parte, María Rivas explicó que la iniciativa "encaja" con el compromiso del Gobierno apra avanzar hacia un turismo responsable. "La hoja de ruta está clara, hay ideas, hay inversión y tiene que haber colaboración entre las administraciones para llevarla a cabo".