Milán, Ginebra y Londres son las tres propuestas perfectas para una escapada en un puente o en un fin de semana. A apenas a dos horas de vuelo, las tres urbes ofrecen cultura, diversión, gastronomía y diversión. Planes necesarios para desconectar un par de días de la rutina.
Milán, mucho más que pasta
Italia siempre es un destino muy apetecible: compartimos culturas similares, el idioma no es un impedimento y son ricos en cultura y gastronomía. A 2 horas de vuelo está Milán, una de las llamadas capitales de la moda, pero esta ciudad ofrece mucho más. Además de sus lugares emblemáticos como el Duomo, La Galería Vittorio Emanuele II (ojo con los carteristas en estos dos) o los barrios de Brera y Navigli (¡muy recomendable perderse en ellos!); lugares como el Parque Sempiome, las Columnas de San Lorenzo , el Castillo Sforzesco o la Basílica de San Ambrosio son dignos de visitar. Como ciudad referente de la moda, el Quadrilatero de Oro es otro de los lugares para ver, donde encontrarás las tiendas más lujosas de grandes firmas de moda. Lo de comprar ya es otra historia.
A la hora de comer, más allá de la pizza o pasta, hay platos milaneses exquisitos como la cotoletta alla milanese (es como una milanesa con doble empanado), el vitello tonnato (carne de vacuno cocinada con salsa de atún), el carpaccio o el risotto a la milanesa.
Pero si hay que centrarse en los platos típicos, el cacio e pepe del “Da felice e Testacio” (¡y su tiramisú!) , la carbonara del “Ristorante da Oscar”, la boloñesa del “Dal Bolognese y la pizza de “La Specialità” no dejarán indiferentes a nadie…
Y atención si vas con niños, porque los planes son abundantes; el Museo de Historia Natural, el Planetario, Leolandia o el Museo Muba cuyo lema es “prohibido no tocar” hará las delicias de los
más pequeños.
Ginebra, estrenando destino
A Coruña estrena destino a Suiza, un país conocido por sus hermosos paisajes alpinos, montañas icónicas como el Matterhorn (que sale retratada en una famosa chocolatina) y actividades como el esquí y el senderismo. También se le conoce por su sistema bancario, su chocolate y sus relojes.
Posee un sistema de trenes que funcionan como un reloj y recorren todo el pequeño país. Es muy recomendable hacer la ruta en sus trenes panorámicos, se puede ver lo básico en dos o tres días.
Ginebra es una ciudad multicultural y cosmopolita y está rodeada por los Alpes. Cuenta con numerosos lugares de interés turístico como la catedral De San Pedro, el Jet d’eau, el reloj floral y el Museo Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja.
Casi obligatorio probar una auténtica raclette, la fondue de quesos, el rösti y, como no, el chocolate (obligatoria la visita guiada por la fábrica de Lindt, con fuentes de chocolate de 9 metros y posibilidad de elaborar tu propio chocolate).
Londres, siempre una buena idea
Siempre apetece ir a Londres, siempre es un buen plan y siempre es apetecible. El clima no es un problema para los gallegos, por razones evidentes, así que otoño también es una buena estación para visitarlo. Los parques de Hyde Park y Regent están más bonitos que nunca durante esta época del año.
Hay muchos lugares para visitar, empezando por el imponente Buckingham Palace, el grandioso Picadilly Circus y el majestuoso Big Ben (con el Parlamento y la Abadía de Westminster colindando).
Londres es para recorrerlo andando (aunque obviamente hay que hacer un viaje en uno de sus míticos autobuses rojos de dos plantas), perderse por sus calles del Soho, de Chinatown, de Covent Garden (obligatorio visitar su gran mercado) y, por supuesto, Candem, donde reside el auténtico Londres, el alternativo, el punk. Y es en este último, Candem Town, donde está uno de sus más famosos mercadillos. Una de las riquezas de Londres son sus mercadillos: Brick Lane, el famosísimo Portobello Road o Borough market son solo algunos.
No se puede ir a Londres y no probar su plato más conocido, fish & chips (pescado frito con patatas fritas). No apto para todos los estómagos, pero obligatorio tomarl; al igual que un auténtico “English Breakfast” (desayuno inglés), una jacked potato (o patatas rellenas), filete Wellington o un apple pie (tarta de manzana).
Los planes sobran en Londres, subirte al London Eye (una noria gigante), ver una función en el Royal Albert Hall, o visitar alguno de sus grandes museos (como el Museo de Historia Natural, la National Gallery o el British Museum) son solo algunos de ellos. Solo hay que encontrar el apropiado y que sea del gusto de todos.