Ni incivismo turístico ni odio al turismo. La Xunta se posiciona en una posición intemedia respecto a incidentes protagonizados por turistas en Galicia y a la respuesta más crítica por parte de los residentes en la comunidad. El presidente gallego, Alfonso Rueda, rechaza los "comportamientos incívicos" de turistas registrados en puntos como la ciudad de Santiago, pero advierte del riesgo de caer en discursos de "turismofobia". "Cuatro desalmados no representan a las miles de personas que llegan cada día" a la meta del Camino, opinó Rueda hoy en el Monte do Gozo.

El presidente manifestó que, "por supuesto", las actitudes “incívicas” que últimamente se han producido en la ciudad gallega deben ser sancionadas. "No me gusta ver a gente durmiendo en la Praza da Quintana, en Praterías; o comportamientos en la Praza do Obradoiro", dijo Rueda, que aclaró que "la inmensa mayoría" de los turistas y visitantes que llegan a Santiago "saben comportarse". "Finalizan la experiencia única del Camino con total civismo y disfrutando" de Galicia.

Antes de rechazar la turismofobia, Rueda incide en que, a su juicio, Galicia "siempre ha sido una tierra hospitalaria". En esta línea, insistió en que el turismo "interesa muchísimo" a Galicia, por lo que censura "manifestaciones de rechazo a los que vienen de fuera, simplemente, porque son de fuera".

Tasa turística de Santiago

Rueda ha avanzado que "en pocas semanas" la Xunta responderá al Ayuntamiento de Santiago sobre su petición de encuentro para abordar la propuesta de tasa turística diseñada por el gobierno de la capital gallega encabezado por la regidora nacionalista, Goretti Sanmartín.

El presidente ha recordado que la Xunta esperó "casi nueve meses" a que llegase "la propuesta" del Ayuntamiento y que su ejecutivo responderá "mucho antes, con mucha más celeridad y de forma estudiada" a la petición del gobierno compostelano. "Si se cumplen las condiciones que la Xunta estableció para autorizar la creación de esta tasa, la respuesta puede ser afirmativa", avanzó Rueda, aunque advirtió de que si el impuesto se aplica, el gobierno santiagués será "también" el responsable de "solucionar" los problemas que pueda generar.