La hija de Rodolfo Ucha Piñeiro, Lucila Ucha, recogió ayer de manos del alcalde de la ciudad, Ángel Mato, el título de hijo adoptivo de Ferrol concedido de manera unánime por el pleno de la corporación municipal a su padre.

El Auditorio acogió el acto oficial, con el que, en palabras de la concejal de Patrimonio Histórico, Eva Martínez Montero, "Ferrol comienza a saldar una deuda" con el que fue el más destacado arquitecto de la ciudad en el siglo XX.

Además de la proyección de un audiovisual sobre la obra de Ucha en el que intervinieron varios de sus descendientes, durante la ceremonia sonaron piezas musicales relacionadas con la vida del arquitecto, especialmente elegidas por la familia, y que interpretaron el pianista Sergio Lorenzo y la mezzosoprano María José Ladra.

"Hoy es un día muy importante para Ferrol", aseguró el regidor al inicio de su intervención en un acto que definió como "un humilde homenaje de una ciudad agradecida, de un Ferrol que no sería el mismo sin el talento y el trabajo de Rodolfo Ucha Piñeiro".

Previamente, Martínez Montero había presentado a Ucha Piñeiro como "no solo arquitecto, sino también una de las figuras más destacadas" de la historia de Ferrol. El barrio de la Magdalena, recordó, "está asociado a dos palabras: Ilustración y Ucha", algo que se debe la que "nadie mejor que él fue quien de engalanar nuestras calles con edificios con elementos ornamentales y exóticos y diseños imposibles sin salir ni un poco de la esencia del conjunto histórico" trazado por los ingenieros del siglo XVIII.

"Agradecimiento enorme" de la familia

"No queremos nada más que expresar el agradecimiento tan enorme que tenemos", dijo Lucila Ucha en nombre de la familia del arquitecto. Se confesó asombrada por las numerosas iniciativas en recuerdo de la figura de su padre promovidas por instituciones, entidades y particulares de la ciudad, algunas de las cuales le están descubriendo, explicó, "nuevos detalles que no conocía de su obra".

Mostraron ese agradecimiento también José María Ucha Dolz de Castellar y Álvaro Ucha Boado, nietos de Rodolfo Ucha, que destacaron el orgullo que supone para ellos la obra y la vida de su abuelo, al igual que lo representa para Ferrol.