Los aficionados a las carreras populares llevamos más de un año sin objetivos, sin competiciones que nos guíen y nos motiven en nuestro plan del día a día. Mientras no llegan, recorremos una y otra vez el paseo, ese lugar por el que hemos trotado en innumerables ocasiones, y que además es el escenario por el que normalmente discurren las carreras de nuestra ciudad. No en vano es un entorno único para practicar deporte y un privilegio para los corredores coruñeses. Sin embargo, últimamente no nos ha quedado más remedio que escaparnos como renegados a las cuestas del Portiño, tratando de encontrar nuestro pequeño lugar de intimidad en el que respirar sin ser vistos.
Las corredoras y corredores populares coruñeses somos un estrato especial de la población, con la suerte de que nuestra afición nos ha ayudado a sobrevivir a este año tan complejo. A nuestra innata capacidad para la resistencia se suman factores singulares en estos tiempos de pandemia. Haber entrenado en condiciones adversas, con lluvia, frio, sol o viento, por el paseo o por la Torre, y acostumbrarnos a compartir el espacio con la eclosión de ciclistas, patinetes o niños correteando, buscando ese espacio al aire libre en el que nos permitían a todos evadirnos, mientras esquivábamos a perros o saludábamos a conocidos, son circunstancias que nos han hecho resilientes.
Al final siempre podemos con las adversidades y corremos como nos mandan: solos, en grupo, son mascarilla, sin ella, por nuevos carriles, por caminos o ya incluso por las rutas que nos ha hecho nuestro Concello para correr.
Mientras tratamos de entrenar sorteando todos los obstáculos que nos ha impuesto la pandemia, esperamos que de una vez por todas se nos conceda la oportunidad de salir a la calle a medirnos de verdad en una carrera y lucir todo el entrenamiento acumulado durante este tiempo. Los que somos diésel, extrañamos esa carrera eterna repitiendo vueltas por la ciudad y que se celebraba por estas fechas, la maratón de A Coruña, que constituía una de las pruebas más especiales del norte de España.
Si todavía no eres runner, ponte en manos de profesionales, cálzate unas zapatillas adecuadas y ¡a correr!
Y si te ha entrado el apetito runner, pero primero quieres ir calentando, te recomiendo unas películas que te motivarán, recordándote que nunca es tarde para comenzar a calzarse unas zapatillas.