La violencia grupal tiene una raíz en la identidad. Las personas pueden encontrar en el grupo protección. Cuanto más vulnerable se sientan ante el mundo.
El grupo tiene sus propias normas, en el los pensamientos negativos se colectivizan, los valores desaparecen y ya no funciona la persona, sino la masa. El grupo conforma la identidad de pertenencia al mismo tiempo, también pueden excluirte si no haces lo que se te pide.
En la adolescencia, que puede ir hasta los 50 años… en principio vamos a coger la norma que está entre los 12 y 23 años, la construcción de la identidad forma un papel relevante.
No nos podemos olvidar que al cerebro adolescente, se le suma la gran necesidad de diferenciarse del mundo adulto, para ello, contacta con su grupo de iguales, para tener otros criterios de referencia de quienes son y lo que es hacer las cosas bien. Esto muchas veces solo se consigue cayéndose y volviéndose a levantar. Darse la leche no es nada malo, aunque nos moleste, es una necesidad vital.
Para poder hacer las cosas bien, los adolescentes no necesitan moralinas ni sermones interminables, sino comprender las necesidades vitales que hay detrás de cualquier norma, más allá de los códigos. Empatizar con nuestros hijos es lo que va a hacer que produzcamos adultos autónomos con la sensación de competencia, y por supuesto, que ellos puedan empatizar también con el entorno.
Es muy necesario, a través de la educación educar en igualdad, que la familia y colegios se impliquen, responsabilizarnos todos de que la violencia está ahí y debe ser erradicada. La empatía se promueve desde la infancia. Las personas somos responsables de lo que elegimos o no hacer, esto ee muy importante trabajar lo para tener una buena convivencia social.
La educación en igualdad y de respeto, urge sensibilizar a los jóvenes en la diversidad. Desgraciadamente, todavía existen reacciones muy conservadoras que fomentan los discursos colectivos de odio, en las redes podemos verlos cada día.
La violencia hay que condenarla venga de donde venga. No hay justificación alguna. La violencia es el último recurso del incompetente, detrás de la violencia sólo hay limitaciones y frustraciones.