Y esta frase es la que últimamente leemos y escuchamos en los medios de comunicación sobre deportistas muy jóvenes, promesas con proyección, que sin haber hecho nada a nivel profesional ya son presas de cazatalentos en busca de los nuevos “Messis”, y de paso sacar una buena suma de dinero. Los últimos casos más polémicos son los de Bryan Bugarín en el Celta y Guille Bueno en el Deportivo.
Nadie cuestiona que el deporte, sobre todo el fútbol, se ha convertido en un negocio muy importante. Lo que es más cuestionable son las edades en las que se inicia la captación de los jóvenes talentos, y el coste que ello conlleva. La búsqueda de ese talento ha llevado a mercantilizar el deporte formativo convirtiéndolo en un caladero para representantes ávidos de negocio y para unos jóvenes deseosos de ser los nuevos “Cristianos” del futuro.
Ese negocio comienza cada vez a edades más tempranas, sobre todo en deportes más mediáticos, y se está dejando de lado y olvidando la formación de los menores. Chicos y chicas que, todavía muy jóvenes, abandonan su casa, su familia, su entorno… Todo por alcanzar un sueño. Desconocemos todo el trabajo y sacrificios que hay detrás de cada deportista antes de alcanzar la élite y nos olvidamos de todos aquellos que se iniciaron en cualquier deporte o actividad en edades muy tempranas y se han ido quedado en el camino por esa obsesión de convertirse en deportistas de élite.
Puede que estemos enfocando mal cuáles son los objetivos reales en las etapas de formación en cualquier disciplina deportiva, en la que no solo se aprende a jugar al deporte en cuestión, sino que también se inculcan valores. Valores como el trabajo en equipo, la cooperación, la disciplina, el compromiso, el afán de superación, los logros obtenidos con sacrificio. Y el fruto debería ser siempre el valor del rendimiento y el esfuerzo realizado, por encima del resultado. El que llegue a ser deportista profesional no debería ser el único fin.
Muchos quedan en el camino antes de “ver la pasta”, y un buen ejemplo es este gran reportaje: