Estos días el puerto exterior de A Coruña está siendo testigo excepcional de una gran operación de construcción de cajones de hormigón para su exportación. Hay operaciones singulares, como esta de la que os hablo hoy, que para los que trabajamos en puertos empiezan a ser habituales, pero no por ello dejan de impactarnos cada día.
Me refiero a la llegada del “Kugira”, el cajonero más grande del mundo, propiedad de la empresa Acciona, que desde el pasado mes de octubre de 2021 está en el puerto exterior para la construcción de 6 cajones de hormigón, que una vez finalizados serán exportados rumbo a Filipinas, para uno de sus clientes.
Antes de meternos en “harina”, para los que no estéis familiarizados con este tipo de operaciones, vamos a explicar qué es un cajonero y para qué sirve un “cajón” de hormigón.
Se trata de una técnica bien conocida por las constructoras españolas para la ampliación de puertos y otras infraestructuras, que permite generar línea de muelle/atraque de manera mucho más rápida y sostenible, para lo que se utilizan los buques cajoneros, en este caso, el Kugira.
Para explicar la construcción de un “cajón” de forma sencilla para el público general, podríamos hacer una analogía de su proceso constructivo y extrapolarlo a construir una “gran caja de zapatos” de hormigón armado, con una base (que se ejecuta en primer lugar) y sus 4 lados o paredes verticales. La “gran caja de zapatos” cuenta con varias celdas o huecos en su interior, y está abierta por arriba. Para construir estos cajones se utiliza un buque “cajonero”, que se amarra a muelle, y se va hundiendo en profundidad, a medida que se va avanzando en altura en la ejecución de los cajones.
De esta forma, la ejecución comienza por la base (solera) del cajón. A continuación, mediante el uso de un encofrado deslizante se construyen las paredes del cajón, y a medida que se va hormigonando, el cajón se va sumergiendo en el agua hasta que se culmina su construcción. El cajón puede fondearse en el puerto, en fase de producción y almacenamiento (fondear significa que se ancla, sobre la superficie del agua, en flotación, sin apoyarse en un muelle o infraestructura de atraque), y para los movimientos internos suelen utilizarse remolcadores, que son embarcaciones de gran potencia que permiten poder mover el cajón. El cajón podría ir remolcado hasta su posición definitiva, pero también pueden utilizarse unas plataformas semisumergibles que permiten transportar varios cajones a la vez, y que permiten de esta forma ahorrar costes de transporte.
No es la primera vez que el puerto exterior de A Coruña acoge una operación de este estilo. Son ya varias las operaciones que se han realizado por parte de diferentes empresas constructoras españolas en aguas coruñesas, debido a las magníficas condiciones infraestructurales con las que cuenta el puerto exterior, y que le permiten no sólo ofrecer una línea de atraque abrigada donde poder acoger el cajonero durante un periodo prolongado de tiempo, sino también disponer de espacios de agua abrigados para su posterior fondeo con grandes calados que permiten que estas piezas puedan “almacenarse”, para ser transportadas posteriormente en una plataforma flotante, donde se sujetan convenientemente para poder soportar un viaje a miles de kilómetros.
En este sentido, el puerto exterior de A Coruña también fue testigo de excepción de la construcción de 22 cajones que sirvieron para la construcción del muelle del puerto de Aberdeen, en Escocia, y que fueron exportados en tres embarques diferentes, a razón de 7-8 cajones en cada uno, y en los que se utilizó una plataforma semisumergible para su transporte, como la mencionada anteriormente, y que se visualiza en la siguiente fotografía. En aquella ocasión, el cajonero que realizó la operación era de la empresa constructora Dragados.
Una vez que el cajón se encuentra en la posición donde se va a utilizar, y tras asegurar su correcto posicionamiento, se sumerge mediante la inundación de sus celdas (los agujeritos huecos que tenía en su interior), hasta que el cajón toca el fondo, momento en el que se procede al llenado de las celdas con material granular (arena), y posteriormente, se le suele poner una “tapa”, una losa de hormigón, que “cierra” el cajón (o la “gran caja de zapatos”), y permite que pueda ser transitable en su parte superior.
El cajonero Kugira que está construyendo los cajones que nos ocupan ahora, tiene una altura equivalente a un edificio de 18 plantas (56 metros), y como se mencionaba, permite la fabricación in situ de cajones de hormigón a gran escala.
La construcción de los dos primeros cajones ya ha finalizado, continuando la empresa con la construcción de los cajones que restan.
Los cajones que se están construyendo cuentan con unas dimensiones de 60 metros de longitud (eslora) y 24 metros de ancho (manga), siendo cada pieza de más de 15.000 toneladas de peso. Aunque dicho rápidamente estas cifras puede que no nos digan nada por sí mismas, si analizamos la magnitud de esta operación, podemos darnos cuenta de que se trata de un volumen inmenso, equivalente cada uno de ellos al peso de más de 5.500 vehículos juntos del segmento SUV.
Como se mencionaba anteriormente, para poder acoger estas operaciones, es necesario que los puertos cuenten con aguas muy profundas para que el cajonero pueda sumergirse, según se explicó anteriormente. También es necesario poder disponer de una línea de atraque en la que el cajonero pueda estar durante una estancia prolongada, de varios meses, que dura la operación de fabricación de varios cajones, así como espacio de agua abrigada donde poder ubicar los cajones en fondeo. En este sentido, el puerto exterior de A Coruña cuenta con estas ventajas competitivas tan importantes que lo han hecho ser el enclave elegido por varias constructoras para esta finalidad.
La operación que está teniendo lugar en la actualidad continuará en los próximos meses y dará empleo directo o indirecto a unas 300 personas, y generará un importante consumo de materias primas, tanto de cemento, áridos y armaduras, para su construcción. Una fuente más de riqueza para nuestro entorno.
Por todo ello, creo que la operación de construcción de estos cajones es, sin lugar a dudas, una operación espectacular, y aunque pueda parecer ciencia ficción, no lo es, y considero que son operaciones de las que tenemos que sentirnos orgullosos, no sólo por la tecnología puntera española que se utiliza en su construcción, sino por la capacidad de nuestros puertos para poder acogerlas y servir al mercado internacional, así como por la espectacularidad de las mismas. Un deleite para los ojos de los que disfrutamos con el arte de construir.