El pazo de Aián, en Sigrás (Cambre) es la nueva tarjeta en el monopoly inmobiliario de Marta Ortega, una propiedad construida en el siglo XVIII (aunque la vivienda principal es del siglo XVI) y que consta de 3 edificaciones y una capilla. En resumen, 16.000 metros cuadrados, estanque incluido, rodeados por un muro de piedra que protege entre sus paredes, no solo un pedacito de nuestra historia, sino también de los cambios sociales e incluso empresariales de nuestra sociedad y de cómo eran nuestros millonarios desde el siglo pasado hasta la actualidad.
A principios del siglo XX, Herminia Borrell Feijoo, hija de una familia de empresarios de Camariñas que hicieron fortuna con el negocio del azúcar en Cuba, fue enviada por sus padres a estudiar a Londres. Allí, conoció a Nubar Gulbenkian, hijo de un petrolero y coleccionista de arte armenio que nunca aprobó el matrimonio de su heredero con la gallega. Aún así, Herminia y Nibar vivieron durante más de 5 años de fiesta en fiesta, primero en el Hotel Ritz en donde residieron por un año y después en su mansión de Park Lane. Años locos hasta que a finales de los años 20 y con sólo 30 años, Herminia solicitó el divorcio harta de las múltiples infidelidades de su marido y de la oposición continua de su familia política. Recogió sus joyas, a su perro y su cuantiosa pensión y puso rumbo a su Galicia natal donde adquirió el pazo de Aián, convirtiéndolo en epicentro de la jet set coruñesa. Grandes eventos, obras de arte y una inmensa colección de encajes y figuras de Sargadelos para una mujer rica, bella y famosa pero, sobre todo, moderna.
Fue la primera mujer española en tener carnet de conducir, además de una de las primeras en divorciarse, innovadora y atrevida de los pies a la cabeza, vestía pantalones (lo cual no era demasiado habitual en la época), se refrescaba en la playa de Riazor con traje de baño sin falda (menos habitual aún), montaba en moto y acumulaba 2 barcos atracados en el Real Club Náutico. Tan conocida era, que hasta llegó a ser nombrada Presidenta de Honor del Deportivo de la Coruña.
Desgraciadamente, Herminia falleció en 1971, malviviendo en un coche víctima de la locura, entre suciedad y delirios.
La capilla del Pazo de Aián albergó en 1916 la boda de Pedro Barrié de la Maza (futuro conde de Fenosa) con su primera mujer, Amalia Torres Sanjurjo, cuya familia (los señores de Torres Taboada) era la propietaria del inmueble. Tras fallecer Amalia, el pazo fue heredado por su sobrina Amalia Fariña Torres, casada con el general Juan Castañón Mena, militar y arquitecto responsable, entre otros de la construcción urbanística de Villanueva de la Cañada junto a Alfonso Fungairiño Nebot (el abuelo materno de Ana Torroja).
El general Castañón, copropietario del Pazo, ocupó diversos puestos de responsabilidad durante el régimen, llegando a ser ministro del Ejército durante el mandato dictador y sonando como posible sucesor de Franco tras el asesinato de Carrero Blanco en un atentado.
Amalia, su mujer era por si fuera poco también descendiente de la la saga de banqueros Dalmau, fundadores de la Casa de banca Dalmau, antecesora del Banco Pastor. Tras el fallecimiento de sus progenitores, el pazo fue heredado por su hija, Amalia Castañón Fariña, que ha sido la que finalmente se lo vendió a Marta Ortega el verano pasado.
Durante los años que estuvo a la venta, el inmueble fue una de las propiedades mas caras de la provincia de A Coruña, con un precio de 5 millones de euros aunque parece ser que al final Marta pagó “únicamente” 3 millones por él.
Y así llegamos al presente, a otra mujer que rompe muchos estereotipos, que es atrevida y tiene el carisma necesario para ponerse al frente de otro imperio empresarial. Ese pazo ya lo ha visto antes.
Dicen que las casas conservan parte del espíritu de sus propietarios, retazos no sólo de su estilo sino de su esencia que refleja las transformaciones de nuestra sociedad a lo largo de la historia. Quizás fue el espíritu innovador y cosmopolita del fantasma de Herminia o el olfato para los negocios de los Dalmau el que ha guiado a Marta hasta su nueva residencia.