El emprendimiento es una montaña rusa, repleto de subidas, bajadas y loopings. Un vaivén de sentimientos más intenso que el mismísimo Dragon Khan…
¿Cuántos de éstos momentos has vivido? Si todos= BINGO!!
Entre todos los “bingueros” y “bingueras” que me dejen sus comentarios en Linkedin o Instagram, sortearé una invitación a un vermú juntos en el que echarnos unas risas compartiendo esas experiencias.
¡Aquí van!
- Quedarse una noche entera sin dormir trabajando.
- Explicar detalladamente tus KPIs (min. 120 minutos) cuando alguien simplemente te pregunta por cortesía “¿Qué tal con/en tu empresa?”
- Cambiar más de 5 veces en un mismo año tu plan de negocio o tus objetivos de venta.
- Pagarle menos a alguien que sabes que merece mucho más porque si no, no dan las cuentas.
- Cobrar menos que cualquiera de tus empleados o tu equipo durante un determinado tiempo.
- Multiplicar “ficticiamente” tu experiencia (aun conociendo el riesgo) ante un cliente por conseguir un contrato.
- Llorar (o no dormir) por tener que despedir o prescindir de un empleado.
- Sonreír a un cliente, al cual no soportas ni de lejos, por mantener activo un contrato.
- Llorar (hacía dentro o hacia afuera) porque tú mejor empleado o tú mejor cliente te han decepcionado.
- Pagar el impuesto de sociedades cuando aún tienes facturas pendientes de cobro de ese ejercicio.
Muchos emprendedores hemos pasado por estos momentos, experiencias y/o sentimientos, otros los están pasando o pasarán. No te preocupes, todos ellos se superan. No te voy a engañar, todos ellos dejan huella pero también todos ayudan a construir y fortalecer tus capacidades emprendedoras. Todos ellos (y muchos más) son parte del camino hacia el éxito.