Emprender no es fácil (te lo digo yo, que aún tengo cicatrices).
Las primeras etapas de un negocio suelen tener en el activo una sola línea (Tú) y, cuando la financiación escasea, que es la mayoría de las veces, lo único que te queda son tu cerebro (1), tus manos (2) y tu tiempo (24h/día).
En la mayoría de ocasiones, una empresa comienza sin equipo ni recursos, sólo con una buena idea y con un emprendedor que vende, produce, factura y a la vez arregla la impresora, cambia las bombillas y barre el suelo, siendo un híbrido de la capacidad de planificación estratégica de un director, la destreza de un operario y la energía de un becario…todo a la vez y a todas horas para intentar que suene una melodía a partir de una idea de negocio mas o menos afinada.
Si has decidido crear tu propia empresa… ¡Enhorabuena! has llegado al Operación Triunfo acelerado (y con prácticas diarias) que te convertirá en emprendedor orquesta. Aquí aprenderás (no te queda otra para sobrevivir) a tocar el tambor (conseguir financiación) mientras caminas, tocar la armónica (vender) cada vez que respiras a la par que chocas los platillos fuerte para llamar la atención (marketing)… y todo ello, seguramente sin partitura (plan de negocio).
Tú mismo lo conectas todo y tendrás que transformar el ruido en melodía equilibrando el sonido de cada uno de los instrumentos según avanzas.
Puede que tropieces y te caigas (miles de veces) pero lo que es seguro, es que aprenderás a identificar las notas esenciales de cada instrumento y cómo se complementan entre ellos. …Y oye… ¿Quién sabe si el éxito del verano lo compones tú?
De tu oído dependerá lo rápido que puedas componer un estribillo lo suficientemente pegadizo para permitirte atraer a inversores u otros músicos para incorporar a tu grupo… ¿Quién sabe si la melodía es tan buena que en breve consigues formar tu propia banda con profesionales de cada instrumento y de hombre orquesta pasas a dirigir la orquesta sinfónica?
A partir de ese momento, deberás transformarte en algo que a veces es incluso más difícil que emprender, liderar. Serás el director de la orquesta y deberás marcar con la varita de tu visión los acordes de cada instrumento haciendo que todos suenen armónicamente, cada uno en un tono y volumen único y cambiante que os acerque al objetivo común, los aplausos de tus clientes.
¡Que suene la música!