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Hace unos días tuvimos la fortuna de contar con Mónica Chao, presidenta de Women Action Sustainability, en el primer Green Thursday organizado por Quincemil. Su charla fue un enésimo grito de alerta climática. Con datos muy preocupantes, describió los efectos ya palpables del cambio climático y concluyó con una pregunta que resume la paradoja actual: ¿cómo seguimos negando la realidad cuando el planeta nos envía señales tan claras?.

 
Chao comenzó su intervención relatando la anécdota de que el taxista que la trasladó al evento le había confesado que no creía en el cambio climático. A estas alturas, el negacionismo verdaderamente alarmante, en mi opinión, es el de algunos líderes políticos mundiales, que persisten en ignorar la gravedad de la crisis. ¿Se debe a una limitada capacidad de análisis o a intereses económicos que priorizan el corto plazo? La respuesta no cambia el impacto, seguimos perdiendo un tiempo precioso.



Frente al catastrofismo, Chao lanzó un mensaje esperanzador, subrayando que estamos en un momento crítico pero aún reversible. Personalmente, me cuesta cada vez más abrazar ese optimismo, sobre todo al observar los pobres resultados, otra vez más, de la COP 29, finalizada este fin de semana en Bakú (Azerbayán). Por ello fue muy oportuna su exposición sobre la dramática situación de Ecuador y otros países sudamericanos. La sequía que sufren estos territorios nos recuerda que el cambio climático no es un problema futuro; es un problema del presente, y como siempre, golpea con mayor crudeza a los más vulnerables.



En Galicia, aunque los efectos todavía no parezcan extremos, nuestra agricultura, pesca y biodiversidad están en riesgo. Y estos riesgos exigen respuestas urgentes. Desde mi ámbito, quiero destacar la urgente necesidad de descarbonizar nuestra economía mediante una transición energética que reemplace los combustibles fósiles por renovables. En este contexto de alerta climática, es incomprensible que exista cualquier tipo de oposición a desarrollar tecnologías clave para Galicia como son la eólica terrestre, la eólica marina o incluso el biogás, que además de producir energía, permite valorizar residuos. La generación con renovables en Galicia, realizada siempre desde el máximo respeto medioambiental y diálogo social, nos permitirá también adquirir independencia energética de otros países y crear riqueza en el territorio a través de nuestras  empresas y trabajadores.



La charla de Chao fue un recordatorio necesario de que no basta con denunciar; es imprescindible actuar. Como bien señaló, la transformación de nuestros sistemas económicos y sociales debe ser profunda y real. Las personas, y también las empresas, tienen un papel central en este cambio, y coincido plenamente en que la sostenibilidad ya no puede ser un eslogan vacío. Debe ser nuestra hoja de ruta hacia un futuro viable. Porque no hay otro futuro posible.

Oriol Sarmiento 

Gerente del Clúster de Energías Renovables de Galicia.