La irrupción de DeepSeek ha sacudido esta semana el panorama tecnológico. No solo por las consecuencias económicas y bursátiles que ha desatado su modelo de inteligencia artificial (IA), sino también por las implicaciones geopolíticas que supone la competencia china y la filosofía implícita en el desarrollo tecnológico. Plantea además algunos dilemas legales, y riesgos importantes.
¿Qué es DeepSeek?
DeepSeek es una startup china que se dedica al desarrollo de modelos de IA. Fue fundada en mayo de 2023 y pertenece a High Flyer, un fondo de inversión cuantitativa creado por el ingeniero chino Liang Wenfeng.
El día de Navidad de 2024, lanzó al mercado su modelo de razonamiento DeepSeek-v3, que generó grandes expectativas. Apenas un mes después, el 20 de enero de este año, reveló su nuevo modelo DeepSeek-R1, que iguala en capacidad a los modelos más avanzados de OpenIA (como ChatGPT o1) en tareas como programación, razonamiento en lenguaje natural o matemáticas. La calidad y eficiencia de este modelo de DeepSeek han asombrado a expertos y gran público.
Y además ha revolucionado a los mercados porque según afirma el propio equipo de la startup, el coste de desarrollo y entrenamiento de DeepSeek-R1 fueron 5,6 millones de dólares. Una cantidad que representa una ínfima parte de los entre 100 y 1.000 millones que se calculan para el desarrollo de una IA similar en USA. Esta diferencia de costes ha provocado que los mercados se cuestionen el enfoque de gasto de la industria de la IA estadounidense y sus principales actores, que han visto cómo su valoración bursátil sufría.
Esta IA de DeepSeek se basa en código abierto, y la propia startup ha publicado varios papers explicando los métodos de entrenamiento de la misma.
Además, el uso de Deepseek es gratuito para el público, que puede usarlo de dos formas: descargando el modelo en su equipo, o bien online, a través de la web de Deepseek. Por el momento las consultas son ilimitadas y gratuitas, si bien a cambio de darles nuestros datos personales como veremos más adelante.
Implicaciones geopolíticas
La irrupción de DeepSeek ha hecho que Occidente salga necesariamente de su ensimismamiento y vea a China como un auténtico competidor en IA. Con otros métodos y recursos, China ha demostrado que no sólo puede igualar técnicamente a la IA de USA, sino superarla a mucho menor coste. Las consecuencias económicas para USA no se han hecho esperar, con una caída generalizada de los valores de sus grandes tecnológicas.
Pero la forma de hacer de DeepSeek puede ser además una lección para la UE. Con una filosofía de IA marcada por la regulación, la privacidad y un enfoque más sostenible, la posibilidad de alcanzar modelos igual de eficientes que los estadounidenses mediante un desarrollo descentralizado y más sostenible debe ser un aliciente para que la UE no baje los brazos en la carrera de la IA.
Por otro lado, la interacción masiva de ciudadanos occidentales con una IA desarrollada en China, con sus sesgos inherentes, puede tener implicaciones no calculadas sobre la mentalidad de los usuarios.
Diferentes filosofías de desarrollo tecnológico
El ahorro de costes en el desarrollo de la IA de DeepSeek no es una cuestión puramente económica, sino que tiene implicaciones de sostenibilidad: el recorte de costes implica una disminución de gasto energético, y por tanto de consumo de recursos. Es decir, parece posible desarrollar IA sin necesidad de megalómanos centros de datos que consumen el equivalente a una ciudad.
En este ahorro ha resultado vital el software libre: el modelo de IA de DeepSeek se ha construido partiendo de desarrollos en código abierto ya existentes. Se trata de la enésima demostración de que el código abierto contribuye al progreso de todos.
Cuestiones legales: propiedad intelectual y privacidad
Desde el punto de vista del derecho, DeepSeek abre también debates muy interesantes.
En cuanto a propiedad intelectual, OpenAI ha denunciado que DeepSeek podría haber hecho un uso no permitido de modelos propietarios para entrenar a su propia IA, lo que supondría una vulneración de la propiedad intelectual de OpenAI. Así, nos encontramos a OpenAI como el cazador cazado; después de vulnerar la propiedad intelectual de creadores de todo el planeta, ahora ha sufrido directamente de un competidor un ataque a su propia IP. Se trata de un asunto interesante, que está por ver qué recorrido tendrá en función de los recursos que OpenaAI quiera dedicar a su persecución.
Desde el punto de vista de la privacidad, DeepSeek plantea muchas dudas. Su versión online, de momento gratuita y con consultas ilimitadas ha sido utilizada ya por millones de personas; su política de privacidad advierte de la recopilación de datos y el tratamiento de los mismos en China. Se desconoce quiénes son los destinatarios finales de los datos, los usos que se darán a los mismos, o las medidas de seguridad que se aplican.
Estas dudas han motivado que la autoridad italiana de protección de datos (Garante, el equivalente a la AEPD española) remitiese esta semana un requerimiento a DeepSeek sobre estas cuestiones. La startup china ha contestado rápidamente, diciendo que no opera en Italia ni le aplica la legislación europea. Como consecuencia, la autoridad italiana ha prohibido que DeepSeek opere en Italia, al tiempo que anuncia una investigación formal.
Está por ver cómo se materializará esta prohibición, que parece muy difícil en la práctica. En el caso precedente de OpenIA con ChatGPT, fue la propia OpenIA quien dejó de prestar servicio en tanto se “adaptaba” al RGPD. A la vista de la respuesta de DeepSeek a Garante, no parece que ésta vaya a ser su estrategia.
La recopilación de datos personales (no sólo los que proporcionamos mediante los prompts, sino por ejemplo la frecuencia de tecleo) de ciudadanos de todo el mundo, que plantearán a la IA la resolución de todo tipo de preguntas y problemas -laborales, personales, políticos- puede ser un arma poderosísima para China, cuyos usos resultan por el momento impredecibles.