La polémica levantada por la emisión del programa de Master Chef Celebrity grabado en A Coruña, me ha traído muy buenos recuerdos y otros no tan buenos. ¿De Master Chef? Puedo decir que cuando se estrenó el programa en España, tuve la suerte de ser seleccionado entre miles de personas para hacer un casting en Madrid.

La mayoría de los que fuimos seleccionados íbamos sin tener ni idea de la dinámica del concurso y pensábamos, ingenuamente, que se trataba de honrar a la gastronomía dando lo mejor de cada uno de nosotros. La sorpresa llegó cuando tuvimos conocimiento que platos con gran creatividad y una ejecución perfecta, quedaron fuera de los seleccionados. Entre los elegidos se encontraban  desafortunadas interpretaciones, similares a  las que vimos el otro día y que no se parecían en nada a las propuestas por el chef coruñés Luís Veira.

De inmediato nos dimos cuenta de que prevalecían las personas más que sus capacidades y los que quedamos fuera, creamos una plataforma on-line a la que llamamos “Master Chafados” y en la que tratamos de darnos consuelo mutuo, intentando subir la autoestima que había quedado tocada por la poca claridad de la convocatoria. Desde entonces, he visto muy pocos programas y únicamente para seguir confirmando que no es un concurso, sino un “reality”, en el que el ayuntamiento de A Coruña ha confiado para promocionar la ciudad y como todos conocemos, “le ha salido el tiro por la culata”.

La experiencia de la primera edición de Master Chef fue, enriquecedora pero no tan buena, como la que viví cuando resulté premiado como mejor bloguero cocinero de España, por mi web www.lacocinaesvida.com por Canal Cocina, en su última edición. Enviaron un equipo de cuatro profesionales para grabar un programa en el que me permitieron total libertad para que mostrara los lugares de A Coruña que más me gustaran o que considerara oportunos. Le informé a la Concejalía de Turismo del Ayuntamiento de A Coruña, por si querían promocionar algún aspecto relacionado con la gastronomía y recibí la callada por respuesta.

Grabamos sin ninguna ayuda, promocionando La Marina, María Pita, Ciudad Vieja, Torre de Hércules, calle de los vinos y nos fuimos a un restaurante poco conocido en ese momento, ya que estaba comenzando y necesitaba un empujón (que por cierto, ahora disfrutan de más días de vacaciones que yo). Lo de después, no tiene precio. Ante la pasividad del ayuntamiento para apoyar una ciudad, mostré el mercado de La Magdalena de Ferrol.

Se crecieron ante las cámaras y tuve que pagar el jurel más caro que nunca, como que si me lo hubieran hecho en el Elkano, restaurante del País Vasco, recientemente galardonado como uno de los mejores asadores del mundo. Al final, me di cuenta de que “como en casa en ningún sitio” y me fui a mi humilde morada de Miño, con la Playa Grande de fondo, donde hice dos recetas populares, una con jurel y otra con marrajo, fáciles, atlánticas, económicas pero resultonas.

Desde este verano, junto con Ana, mi mujer, somos embajadores “Da Cebola Chata de Miño” por tratar con cariño y respeto todo lo que nos rodea y llevamos dentro. Desde aquí mi amor a las “Terras do Mandeo” poco conocidas como reserva de la biosfera por la UNESCO. ¡Ah! Y que viva la patata de Betanzos tanto como la de Coristanco…