El comercio de proximidad gallego vive estos días entre el azul y el negro.
Siendo noviembre uno de los meses tradicionalmente más difícil para las ventas en el sector, en los últimos años se ve animado por campañas promocionales orientadas a incentivar las compras por parte de los consumidores, atraerlo a nuestros establecimientos y hacer del acto de compra una experiencia agradable y satisfactoria que invite a comprar y a regresar.
El comercio minorista está atravesando momentos muy complicados. Cuando aún nos estábamos recuperando de las consecuencias de los cierres, restricciones, etc, de la pandemia, consiguiendo retomar los hábitos de compra y también reactivando el consumo presencial entre nuestros clientes; empezó la guerra de Ucrania y a partir de ahí la situación económica mundial que todos conocemos y sufrimos. Inflación, subida de gastos fijos, retracción del consumo, y lo que está por venir.
Ante esta circunstancia, desde la Federación Galega de Comercio estamos realizando una fuerte apuesta por la dinamización e incentivación del consumo, a través de campañas orientadas a potenciar las compras en nuestro sector, atraer al cliente a nuestros locales y premiar su fidelidad. Campañas como Días Azuis do Comercio Galego, que finaliza esta semana; o Mercar no teu comercio ten premio, que terminamos la próxima; o los Bonos Activa Comercio, con los que los consumidores obtienen descuentos en sus compras, son un buen ejemplo de iniciativas que están haciendo más azul, alegre, atrayente, este otoño tan negro para el comercio.
Desde hace unos años, el Black Friday, o más bien ya Black Week y casi Black Month, se ha convertido en una de las campañas más relevantes también para el sector. De hecho, esta necesidad de mover el consumo la ha ido alargando en el tiempo. Para el comercio siempre ha sido una iniciativa que genera sentimientos contradictorios, ya que vender continuamente con descuentos merma nuestra rentabilidad, los márgenes son cada vez más reducidos y se acostumbra al consumidor a comprar siempre con descuentos, que es algo contra lo que queremos luchar.
Igualmente, pese a la reticencia inicial, hemos tenido que sumarnos a la iniciativa para no perder ese nicho de venta y muchos comerciantes hacemos algún tipo de descuento, aunque la tendencia es seguir una política comercial comedida, sin descuentos importantes, y limitados a ciertos productos.
Ante la merma de la capacidad de compra, el gasto de los consumidores se está dirigiendo principalmente a sectores de primera necesidad, como la alimentación, y no tanto a otros, como la moda. A pesar de eso, desde el comercio mantenemos un moderado optimismo de cara a las navidades, esperanzados en que el espíritu festivo y la necesidad de recuperar el estado de ánimo previo a la pandemia, activen el gasto y las compras y sean una blanca y buena Navidad para todos.