Escribo estas líneas un sábado de mayo, por la noche, a bordo de un avión A Coruña-Barcelona. Este fin de semana he estado impartiendo clases a los alumnos del MBA de EF Business School y mañana, domingo, tengo vuelo temprano Barcelona-Granada por compromisos de mi actividad profesional principal. Estoy agotado, han sido días intensos, la verdad. De hecho, y siendo sinceros, este año está siendo especialmente agotador. Y, a pesar de estar constantemente en movimiento, con un ritmo de locos, me siento feliz y realizado.
¡Ojo!, que soy consciente de que debo "desacelerar" pronto, ya que ni mi salud física ni la mental son recursos infinitos. Sin embargo, me siento más vivo que nunca. Bueno, igual estoy exagerando, siempre he sido un poco intenso. Más vivo que nunca, puede que no. Pero me siento muy, pero que muy vivo. Y esto me lleva a preguntarme, ¿qué factores diferencian la ansiedad de la motivación? ¿Son las condiciones materiales? ¿El liderazgo? ¿Los recursos disponibles para hacer frente a la adversidad? ¿El sentirse apoyado?
¿Qué es el burnout?
El término burnout hace referencia al agotamiento físico, emocional o mental que resulta en una merma del rendimiento laboral. Fue acuñado en la década de 1970 por el psicólogo Herbert Freudenberger, quien observó a profesionales de la salud que perdían interés y motivación tras períodos prolongados de estrés laboral. Hoy, esta condición afecta a trabajadores de múltiples sectores, sometidos a estrés crónico en sus empleos.
Las bajas temporales por ansiedad o depresión se han duplicado en los últimos siete años
El notable aumento de bajas temporales por ansiedad o depresión, que se han duplicado en los últimos siete años, es un reflejo de un desafío más vasto y profundo en nuestra sociedad. En el mundo de hoy, la incertidumbre económica, las presiones sociales por rendimiento y la omnipresencia de las redes sociales contribuyen significativamente al estrés y la ansiedad. Sin olvidarnos, por supuesto, de las secuelas de la pandemia de COVID-19 que continúan afectando la salud mental de muchos.
Dos tercios de los empleados a tiempo completo han experimentado burnout en algún momento de sus carreras
El 57% de los trabajadores siente la obligación de estar disponible para su empleador las 24 horas del día, los 7 días de la semana, según diversos estudios. Dos tercios de los empleados a tiempo completo han experimentado burnout en algún momento de sus carreras. El 61% de quienes teletrabajan encuentran difícil desconectar. Datos que reflejan un ambiente laboral donde las demandas son cada vez mayores y el equilibrio vida-trabajo parece desvanecerse.
El 61% de quienes teletrabajan encuentran difícil desconectar
Existen dos maneras opuestas para observar esta realidad: ver las bajas por salud mental como una cuestión de improductividad o verlas como una señal de alarma social. Si escogemos la primera manera de mirar, la de la improductividad, la culpa se sitúa sobre el individuo, que debe aprender a ser más resiliente, más duro. Pero, si lo vemos como una señal de alarma social, la solución debería pasar por implementar programas y políticas que fomenten el bienestar en la empresa, por promover un equilibrio saludable entre el trabajo y la vida personal y por fomentar un entorno laboral basado en redes de apoyo.
Un dato: el 70% de quienes se sienten apoyados por sus jefes tienen menos probabilidades de quemarse en el trabajo
El 70% de quienes se sienten apoyados por sus jefes tienen menos probabilidades de quemarse en el trabajo. Durante mis clases de este fin de semana, en un momento dado salieron a debate algunos de estos temas. Parte de los alumnos más senior, algunos mayores que yo, afirmaban que las nuevas generaciones no saben qué es la cultura del esfuerzo. Que se han olvidado de aquello de quien algo quiere algo le cuesta. Por mi parte, compartí que esa reducción es demasiado simplista, y que hay que tener en cuenta lo dificilísimo que es prosperar hoy en día en occidente.
También, en otro momento, un alumno más joven discutía sobre lo que él considera que es el liderazgo. Yo, tratando de hacer tambalear sus convicciones, le decía que diferenciar jefe de líder es puro populismo, que el liderazgo es muy solitario. Él, defendía que el jefe debe dejarse la piel en apoyar a su equipo. Un recién graduado universitario, compaginando su trabajo entre semana con un master ejecutivo los fines de semana. No tenía pinta de ser alguien sin cultura del esfuerzo.
Quizás estoy equivocado. Quizá sea verdad que las nuevas generaciones son de cristal y no saben qué es el trabajo duro. Pero, cuando la generación de sus padres o la de sus hermanos mayores se coge bajas por ansiedad o depresión por estar completamente quemados por el trabajo, no los escucho decir que "es que esos boomers son unos blandos". En opinión de mi alumno, quizás es que a esa persona le faltó apoyo por parte de sus superiores. Un liderazgo demasiado centrado en los números y demasiado poco en las personas. ¿No os hace reflexionar este punto? Porque a mí, sí. Y mucho. Quizás la generación que viene no es que no tenga cultura del esfuerzo, sino que ha comprendido mejor que la anterior lo peligroso de quemarse en el trabajo.