Hace unos días estudiantes de la USC participaban en una concentración frente a la Casa da Balconada para protestar contra el incremento de los precios en las cafeterías de la universidad. La movilización fue convocada por Erguer, una asociación de estudiantes que lucha por “una enseñanza pública, democrática y no patriarcal” en Galicia.  

Desde la asociación aseguran que, en los dos últimos años, los precios han subido casi un 25%, algo que ha repercutido en que el precio del menú pase de 6 a 7,5 euros en las 20 cafeterías de la universidad que disponen de él, en Santiago y en Lugo. Un incremente que, desde la USC, ven razonable y en ningún caso abusivo. 

Desde el equipo directivo apelan al sentido común y al realismo, justificando que “no  existen en España menús por 6 euros en ningún otro sitio”. Además, sostienen que “no  existe ningún conflicto” y que “lo que hubo fue una protesta de un grupo minoritario de estudiantes que no está ni avalado por el Consello de estudiantes”. 

¿Por qué han subido los precios?

Iago Fraga, estudiante de Filología y miembro de Erguer, cuenta que esta es la segunda subida consecutiva de precios desde el inicio del año 2022. Primeramente el precio de los menús creció hasta los 6,4 euros, y ahora lo hizo hasta los 7,5. Algo que, explica, se hizo en algún caso de forma irregular: 

“A Xerencia marca os prezos máximos e todas as empresas concesionarias aproveitan a nova marxe. Con todo, algunhas facultades sufriron antes de tempo o aumento: a empresa BEACH SOLPOR, que xestiona tres cafetarías, subiu irregularmente os prezos tres semanas antes de ser aprobado. Isto constitúe unha infracción tipificada como moi  grave e expón a empresa a unha sanción que pode chegar a retirarlles a concesión”. 

Un aumento que Xabier Ferreira, Gerente de la USC, justifica: “Se subieron los precios como consecuencia del incremento del IPC, la inflación, las subidas salariales del  personal de hostelería… cuando visitábamos las cafeterías en las condiciones que había hasta el momento veíamos que muchos abandonaban y que no se conseguían firmar las concesiones porque no eran rentables”. 

Sin embargo, este aumento, de apenas euro y medio, repercute de forma notable en el bolsillo de los estudiantes. Comer dos veces por semana en las cafeterías de la USC supone un coste mensual de 60€, algo casi obligatorio para aquellos que tienen clase de mañana y tarde o que no pueden pasar por casa a mediodía.  

¿Qué soluciones ha propuesto la Universidad de Santiago?

Pese a que desde Erguer aseguran no sentirse escuchados por la gerencia, lo cierto es que estos sí están poniendo en marcha iniciativas para paliar los efectos de las subidas: 

“A las personas con menos recursos les hemos dado 80 comidas gratis, que son los bonos comedor. La Universidad de Santiago se ha gastado en esto 640.000 euros, esto es el triple que la segunda universidad española con esta misma política. Estos bonos atienden sólo a criterios de renta”, explica Xabier.  

Además, la universidad está trabajando en un sistema informático que permita  identificar a los usuarios pertenecientes a la USC en las cafeterías, algo que posibilitaría rebajar los precios para ellos, dando libertad a los hosteleros con los clientes externos  a la universidad: 

Una parte sustancial de los consumidores son personas de fuera de la comunidad  universitaria. Lo que se va es a buscar una solución para que se llegue a la cafetería, se  acredite y los estudiantes tengan un precio más bajo, los profesores un precio contenido pero algo más alto, y la gente de fuera de la universidad un precio libre que determine la cafetería”. 

De esta manera, Xabier Ferreira y su equipo pretenden ofrecer al estudiante y al hostelero un punto medio que satisfaga las necesidades de ambos. 

¿Qué piden los estudiantes?

Pese a estas propuestas, desde Erguer insisten en que no es suficiente, alegando que el objetivo debería ser que las cafeterías sean de dominio público

“A folla de ruta da USC debe ser reabrir as cafetarías que agora están fechadas (Burgo das Nacións, Medicina), revertendo a privatización do servizo, e pouco a pouco ir  reincoporando as demais cafetarías á xestión pública segundo esgoten as concesións. Isto permite operar sen ter que obter unha marxe de lucro e por tanto reducindo os prezos”, explica Iago.  

Para ello, la asociación se apoya en modelos como el de la Universidad de Granada, que a través de la gestión directa garantiza unos precios de 3,5€ por menú, o el de las  universidades de Francia, en cuyos campus opera una empresa de restauración pública que oferta menús 3,3€ para los estudiantes, y a 1€ para los becarios.  

“Entendemos que o problema de fondo é orzamentario e que a USC necesita máis  financiación, pero o que propoñemos á Xerencia é que, no canto de se negaren a dialogar, loiten connosco por unha universidade ben financiada e de orientación social, que é o mellor investimento que pode facer unha sociedade”, sentencian.