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Conmoción entre los placeros de Santiago de Compostela, que este martes se despertaban con la trágica noticia de la muerte violenta de uno de sus compañeros, Antonio Costa, dueño de la carnicería Chelo & Muñico. A lo largo de la mañana, los locales fueron llenándose de crespones negros mientras los trabajadores asimilaban la noticia. 

Desde la carnicería Pilar González, una de sus responsables se ha mostrado muy conmocionada con la noticia, ya que conocía tanto a Antonio como a su madre -la anterior encargada de la carnicería- desde hace muchos años. "No me lo puedo creer", ha lamentado. La mujer ha asegurado que lo ocurrido "no tuvo nada que ver con la plaza". "Creímos que era un atraco, pero no. Creo que fueron tres chicos que venían un poquito perjudicados y se debieron de meter con él, no te puedo decir mucho", ha asegurado.

"En shock", así se encontraba Edurne Betolaza, de frutas Nano, tras enterarse de la noticia: "Su familia lleva toda la vida en la plaza, son gente muy trabajadora y él ya estaba aquí a las cuatro de la mañana". "Me parece increíble que vengas trabajar y pase esto", ha lamentado.

Muy cerca de Chelo & Muñico se encuentra Yoli Castellanos, de la quesería 'Máis que', quien se ha mostrado afectada por lo sucedido: "Llegué aquí hace nueve años y siempre me tendió la mano, era una persona excelente, con muy buen fondo y muy querida. Es una gran pérdida", ha lamentado. La responsable de la quesería ha recordado que Costa era de los primeros en abrir la plaza. "Llegaba muy temprano, siempre me decía que yo tenía que madrugar más".

"Nunca sentí miedo de que te pudiesen matar en el centro de Santiago"

Varios comerciantes de la plaza han coincidido en los problemas de seguridad y en los incidentes registrados en los últimos tiempos. "Tenemos 360 locales y ocho naves, no es posible que tengamos uno o dos vigilantes, somos muchísimos. Debería estar más reforzada la vigilancia porque hoy fue Antonio pero mañana puede ser cualquiera de nosostros", ha señalado Yoli Castellanos, quien opina que aunque "el daño está hecho, habría que reforzar la seguridad".

Una opinión que comparte Nuria González, trabajadora en la pescadería Mardelia, quien ha explicado que es habitual los intentos de robo tanto en las casetas o incluso en los coches mientras descargan la mercancía. "Hoy fue el y en cuatro días podemos ser uno de nosotros. Nunca sentí miedo de que te pudiesen matar en el centro de Santiago, increíble que vengas trabajar y te lleven por delante", señala la mujer, que reconoce que está en shock porque es una noticia "difícil de asimilar".

Otros comerciantes de la plaza como Patricia Peiteado, de Pilgrim Bag, no comparten esa sensación de inseguridad aunque reconoce que debería haber "cámaras y más vigilantes de seguridad".