Representación de 'Hoy tengo algo que hacer' en Pazo da Cultura - Narón
Con Hoy tengo algo que hacer nos disponemos a presentar las peripecias de un héroe moderno que, siguiendo la gran tradición picaresca, parte del hogar con el propósito de comprender que es esto de tener una ocupación, uno algo que hacer que sustenta y organiza cualquier existencia.
Lejos de ser un tema anecdótico o elemental, o precisamente por esto último, se nos antoja cómo algo fecundísimo lo poner atención sobre este fenómeno absolutamente universal, que atraviesa y fundamenta toda psique: la construcción de cualquier personalidad se basa en el tener algo que hacer, el relato de cada cuál respeto al resto se sostiene en el valor y significado que le otorgamos al algo que hacer, y en un nivel aún más básico: el día, la semana, el año, se hacen muy largos, nos piden relleno y estructura y dirección, necesitamos agarrarnos a algo que hacer para dar sentido y sustancia.
En este siglo XXI desvelado, literal, arrasado, sin apenas motivaciones mágicas o simbólicas y con una insaciable tecnología abstracta que no va a parar hasta simplificar la vida y desposeerla de toda voluntad, lo algo que hacer se nos presenta cómo una rudimentaria incógnita, una duda desesperada para devenirlo. Y, al mismo tiempo, conocemos y sufrimos la necesidad de estar ocupados, allí construimos nuestro orgullo y nuestra respuesta al estar en la vida.