Cada vez están más de moda. Las casas prefabricadas ganan adeptos, sobre todo en zonas como Madrid y Cataluña, aunque Galicia tampoco se queda atrás. Y si no, no hace falta más que decir que la empresa pionera en esta revolucionaria manera de construcción está en Galicia, concretamente en la localidad coruñesesa de Carballo.
Cube es pionera en realizar casas unifamiliares modulares. ¿Modulares?, te preguntarás. Más abajo te explicamos de qué se trata, pero antes adentremos un poco más en esta empresa coruñesa.
Casas Cube cuenta con unas instalaciones de fabricación en Carballo que en su total suman más de 100.000 metros cuadrados, de donde mensualmente salen 8 casas perfectamente terminadas y listas para colocar en parcela.
Además de su fabrica, Cube cuenta con tres puntos de venta: en Madrid, Barcelona y A Coruña. En este último, ubicado en la plaza exterior del Centro Comercial Marineda City, nos recibe la directora comercial de Cube, Silvia Sánchez, quien no duda en decirnos dónde radica el éxito de Cube. Ella lo tiene claro: "el éxito de Cube radicó en acercar el producto al cliente, es decir poner las viviendas en sitios que fuesen muy visibles". Esta compañía ha escogido los centros comerciales para ubicar sus casas pilotos. Desde luego, ¡no hay un lugar con mayor visibilidad!
Cube es el resultado de la apuesta por la innovación de una empresa que llevaba años dedicándose al tema a la obra civil de hormigón y acero. "Veíamos que había que evolucionar un poco el sector de la construcción y apostamos por este tipo de edificación", comenta Sánchez, que dice que en este sector, a diferencia de la automoción, "el I+D brilla por su ausencia". Por ello, Cube apostó por "evolucionar y buscar productos que ofrezcan mayores garantías y más eficientes.".
"No es lo mismo parar una calle un día para ubicar unos módulos en una parcela que tener una obra con hormigoneras y camiones durante meses o años", nos compara la responsable comercial de esta empresa que, pese a nacer en Galicia, el 80% de su cuota de mercado ya se encuentra en Madrid y Barcelona.
Cube nació en el año 2013 y muy radicado en Galicia, donde la gente suele heredar parcelas y se "hipoteca" en una vivienda de uno 100 metros cuadrados. Sin embargo, seis años después, la presencia de Cube es mucho mayor en Cataluña y Madrid, donde se adquieren casas modelo premium, que alcanza precios de entre 150.000 y 200.000 euros.
Mientras en Galicia el modelo líder es la vivienda de planta baja de 100 metros cuadrados, en las grandes ciudades ganas la casas de dos pisos, según nos cuenta Silvia.
¿De qué material están hechas estas viviendas?
Cómo su propio nombre indica, estas casas están compuestas de módulos, que se ensamblan en parcela y que dan como resultado una vivienda de altas calidades.
"Si te compras un prefabricado estás comprando una vivienda mucho más eficiente que un sistema tradicional. Es una evolución de la construcción tradicional". Así de contundente se muestra Sánchez a la hora de hablar de las casas modulares.
La estructura es de acero, la envolvente (lo que hace de muro) se compone de panel sándwich de un espesor de 80 cm "que es muy parecido a lo que se utiliza en las cámaras frigoríficas de los barcos", explica Silvia. Y hacia la cara interior, lo que es la pared, se compone de lana de roca, pladur y poliestireno.
Con este tipo de materiales, ¿qué tipo de mantenimiento requieren estas casas modulares? Una pregunta que se hacen muchos clientes cuando se acercan hasta la casa piloto de Cube, y a la que Silvia nos responde rápidamente.
"El mantenimiento es fundamental en todo y la diferencia es que si en una vivienda tradicional hay que cambiar las tejas a los 40 años, en la casa modular tendrás que cambiar el panel de cubierta. El mantenimiento del día a día es el mismo que el de una vivienda tradicional", ha asegurado Sánchez.
¿Cuáles son las ventajas de las viviendas modulares?
La eficiencia energética, el tiempo de ejecución y la calidad son algunas de las características más distinguidas de este tipo de viviendas.
Los materiales técnicos y el aislamiento hacen de las casas prefabricadas Cube la mejor opción en cuanto a eficiencia energética.
A diferencia del prefabricado de hormigón o madera, las casas modulares Cube tienen una mayor versatilidad. Son innumerables las configuraciones, tanto en distribuciones interiores como en acabados exteriores. Las posibilidades son infinitas, permitiendo incluso la reubicación del edificio.
Además las casas son 100% personalizables. Aunque Cube dispone de una serie de modelos estándar, el cliente puede diseñar su casa a su gusto. Y no solo eso, sino que además Cube entrega las viviendas en un tiempo récord. El tiempo medio habitual es, según no comenta Silvia, "cuatro o cinco meses en fábrica y después dos meses de remates" en parcela. Pasado ese tiempo, la vivienda ya estará lista para entrar a vivir.
¿Y el precio? No hay una gran diferencia respecto a la vivienda tradicional. "El que busca prefabricado por ser más barato no está en el buen camino", señala Silvia Sánchez, que nos compara el precio del ladrillo con el del panel para poder entenderlo.
"Un metro cuadrado de ladrillo vale sobre 2 euros y un metro cuadrado de panel vale sobre 35 euros. En realidad es un producto más caro pero para insertarlo en el mercado va con un margen muy pequeño", explica. Para poder hacernos una idea, el precio de las viviendas modulares ronda los 1.000 euros metro cuadrado ya instalada.
Cube, que lleva "con cuidado" lo de ser líder en España ante la exigencias que acarrea ostentar este título, tiene previsto seguir creciendo en los próximos años y afrontar nuevos retos.
"El reto más próximo es empezar a montar edificios grandes en altura", nos confiesa Silvia, que dice que este tipo de construcciones ya se están realizando en ciudades como Shanghai, donde ya se están levantando edificios en cuatro días. En España, sin embargo, todavía nos queda mucho. Pero ahí está Cube, liderando el I+D de la construcción en España.
"La base del proyecto es hacer vivienda muy eficiente y a un precio que sea muy cercano al cliente, y así seguiremos", concluye Sánchez.