Profesora de Primaria por la semana y cosplayer los fines de semana. Así se podría resumir la vida de Sarai Ferreira, una joven coruñesa a quien desde muy pequeña le gustó disfrazarse en épocas como Carnavales o Halloween. Ahora, con algunos añitos más, siempre que puede prepara su disfraz para convertirse por unos instantes en un personaje ficticio. Para convertirse en cosplayer.
Así se denominan a aquellas personas que participan de la cultura cosplay, donde sus participantes usan disfraces, accesorios y trajes que representan un personaje ficticio. Este fenómeno social, muy seguido en redes, es uno de los principales atractivos de convenciones como el Expotaku de A Coruña.
Muchos cosplayer viven de ello, pero para Sarai solo es un hobby. Su vida diaria es en el colegio, donde imparte clases a niños de Primaria. Eso sí, en el momento que aparca los libros, coge peluca, lentillas, traje y en cuestión de unos minutos se convierte en su personaje favorito. Su perfil de Instagram está lleno de estos personajes animados a los que ella da vida.
Sus comienzos, con cosas que le hacía la abuela
"Empecé en serio en 2018, antes lo hacía con cosas que me hacía mi abuela, sin pelucas ni lentillas… De repente descubrí una web para comprar online las pelucas y las lentillas y ahí fue cuando la calidad de las fotos y los disfraces empezó a mejorar", explica Sarai sobre sus comienzos en el mundillo cosplay.
¿Qué se necesita para ser un buen cosplayer? Para Sarai lo más importante es tener "ganas" y después, también, "saber escoger bien las pelucas, lentillas y maquillarte bien".
El cosplay le ha permitido viajar en diversas ocasiones a Madrid y a Barcelona para acudir a diferentes eventos, donde, además, ha podido conocer a mucha gente. "Para mí realmente es un hobby", afirma.
Ichigo y Asuka son sus personajes preferidos. Siempre que puede se disfraza de estos dos personajes de anime, tal y como se puede ver en su perfil de Instagram, donde en más de una ocasión sale disfrazada de estos dos personajes.
"Para mí lo más divertido, a parte de sacar fotos, es el tema de ir a los eventos y planificar varios cosplayer en conjunto de una misma serie con mis amigos. También el hecho de que la gente te reconozca, incluso aquella que te encuentras de camino al evento. Te piden fotos y es muy divertido", comenta Sarai, que de media acude al año a unos 6 ó 7 eventos de anime, manga y cosplay.
"Todavía hay que gente que me mira"
En A Coruña, comenta, la cultura del cosplay "todavía sigue llamando la atención". "A mí todavía hay gente que me mira cuando hago una sesión de fotos en un parque o en una playa; pero sí que es cierto que hay gente que sí que identifica que voy de cosplayer", comenta.
"Aunque no identifiquen el personaje, entienden el concepto; que no somos unos locos que nos ha dado por ir a la playa disfrazados porque sí", señala esta cosplayer que en sus ratos libres cambia la faceta de maestra por la de un personaje ficticio.