El fine line es un original estilo de tatuar que se caracteriza por trazos muy cuidados y con líneas lo más finas posible, apenas del grosor de un pelo. Las personas que optan por esta opción para decorar su piel eligen sobre todo tatuajes minimalistas para los que los tatuadores tienen que utilizar una aguja de un grosor bastante inferior al habitual que se emplea para los tatuajes tradicionales por lo que la precisión en los trazos y la concentración es clave para obtener un resultado óptimo. A Coruña cuenta con pocos profesionales que practiquen el fine line y dos de estas exclusivas expertas son Carlota Cobas y Laura M.Rivas.
Cobas empezó a tatuar hace cinco años motivada porque desde niña siempre le encantó dibujar, de hecho estudia Bellas Artes y se compró su primer equipo de tatuaje hace un tiempo. Por su parte, Rivas empezó a tatuar hace cuatro años como autónoma y desde hace dos realiza esta tarea de manera profesional y con el respaldo de que siempre se le dio bien el dibujo y la pintura. Ambas tatúan en A Coruña (Rivas incluso tiene su propio estudio) y dentro de estos dos estilos diferentes, las dos tienen un aspecto en común:su fascinación por el fine line y sus ansias de crecer en lo que más les llena diariamente.
"El tatuaje es una manera de reconstruir nuestros cuerpos"
Cobas lleva el mundo de los tatuajes en la sangre y un verano cuando tenía 17 años (ahora tiene 22) compró su primer equipo de tatuaje y empezó a practicar en naranjas, piel de cerdo, en amigos que se ofrecían voluntarios y en su propia piel. La coruñesa cuenta que dedicarse al fine line "no fue una decisión tomada en un inicio", sino que empezó a trabajar y controlar la línea fina porque "es la única que se adaptaba al estilo de dibujo que hace". Además, cuenta que le atraen los tatuajes delicados debido a que "las líneas finas bien hechas son mucho menos agresivas con la piel y curan más rápido".
"Me encanta tatuar y no me imagino dedicándome a otra cosa. Pensar en que gente desconocida quiera llevar mis dibujos consigo para siempre es algo que nunca va a dejar de emocionarme y no puedo estar más agradecida a la gente que decide apostar por mí, ya que sin ellos lo que hago no tendría sentido", asegura. Cobas apunta que "el tatuaje es un sector donde los hombres han tenido mayor presencia y visibilidad durante años" pero admite que esta tendencia "ha ido cambiando y está evolucionando cada vez más", aunque sin embargo considera que "aún queda mucho por avanzar".
"Para mí el tatuaje es una manera de reconstruir nuestros propios cuerpos y hacernos sentir más cómodas habitándolos. Ya sean tatuajes por simple estética o con un gran significado detrás, nos permiten reapropiarnos de ellos y empoderarlos", afirma, a lo que añade que "así el tatuaje adquiere una nueva perspectiva" y convive con su trabajo como artista plástica. En este ámbito cuenta que trata con las teorías queer y transfeministas, "donde el cuerpo se convierte en territorio político y lugar para el activismo".
Actualmente está trabajando como artista freelance y va de invitada a estudios, el último en Oporto hace unas semanas. A su vez, apunta que "aunque en Galicia es menos común, también están creciendo los artistas autodidactas que tatúan sus propias ilustraciones como ocurre en otros lugares más grandes como Madrid o Barcelona" y detalla que la mayor parte de la gente que acude a ella para tatuarse son mujeres y personas del colectivo LGBTIQ+.
En cuanto a los tatuajes que ha hecho a lo largo de su trayectoria, dice que "hace tiempo que dejó de llevar la cuenta" pero el más raro que recuerda haber hecho es un símbolo del Euro en el interior del labio. Al margen de los tatuajes que le piden, se declara una apasionada de la naturaleza y empezó a dibujar plantas para trabajos de la universidad y proyectos personales, un material que trasladó a su cuenta de instagram y que comenzó a interesar cada vez a más gente.
"Estudiar Bellas Artes mientras aprendía a tatuar ha hecho que mi trabajo siempre conviva. Tatuar mis plantas en personas fue una motivación para utilizar el cuerpo como soporte también en mis obras, ya sea por estética o porque haya un discurso artístico detrás que lo justifique, para mí las formas y líneas orgánicas de plantas o animales conviven de una manera armónica con nuestros cuerpos, creando una especie de simbiosis entre piel y tatuaje", detalla.
Asimismo, Cobas reconoce que "ha conseguido vivir del tatuaje" pero sus metas se centrar ahora en viajar y trabajar al lado de artistas a los que admira y que son referentes para ella, a parte de que no deja atrás su sueño de montar algún día su propio estudio y "ayudar a revitalizar la escena artística coruñesa". Sobre la aceptación social de esta forma de arte o expresión corporal, la tatuadora concreta que "la mayoría de los jóvenes a día de hoy tienen algún tatuaje y llegará un momento en que esté 100% normalizado", sobre lo que hace hincapié en que "hasta el estilo de tatuaje carcelario ha sido una tendencia en los últimos años" y comenta que el handpoke (tatuaje sin máquina) "es cada vez es más demandado".
"El tatuaje es una expresión completa de lo que es el arte"
Laura M.Rivas trabaja a diario en su estudio de la coruñesa plaza de Lugo, Syra Tattoo Studio y la media de edad de su carte de clientes se sitúa entre 20 y 40 años. La coruñesa considera que "el mundo del tatuaje hoy en día está muy extendido en la sociedad y cada vez está más aceptado, aunque aún tiene mucho camino que recorrer, sobre todo a nivel profesional".
Para ella, el tatuaje es "una expresión completa de lo que es el arte llevado al extremo, ya que todas las técnicas y visiones artísticas se representan en el cuerpo humano, que ya de por si es un lienzo bastante complejo". "Los tatuajes creo que aportan distinción, ya que todos vivimos en una sociedad lineal, de mismas costumbres, moda y aficiones y la expresión del arte corporal rompe esa línea, aportando así ese elemento distintivo al resto", concreta.
Gran parte de la técnica de la que hace gala en su propio negocio la aprendió en un estudio que tuvo con un socio durante dos años y rememora que desde que empezó en el mundillo podrá haber hecho 700 tatuajes aproximadamente "de todos los tamaños y estilos diversos, desde minimalistas hasta estilos geométricos detallados y más complejos". El estilo predominante en sus creaciones es el fine line, que tiene una gran carga visual, y dibuja muy a menudo técnicas florales o de elementos de la naturaleza. "Es una técnica se presta mucho para mezclar con otras ya que se pueden crear diseños muy complejos y detallados, con un toque muy fino y sencillo", analiza.
La tatuadora define esta técnica como "adictiva" al tener que controlar controlar trazos tan finos y delicados, una labor que reconoce que "es algo más compleja de lo que parece a primera vista". "Se trata de una técnica en la que tienes que estar muy concentrado a los movimientos del cliente y con la que puedes crear diseños muy delicados y complejos a la vez", dice, a lo que añade que ella tienes varios tatuajes "todos con significado porque representan a personas o momentos especiales que han marcado etapas de su vida".
Su intención es dedicarse al mundo del tatuaje durante muchos años porque es algo que "le apasiona porque cada día aprende nuevas técnicas y está en constante evolución" y sobre la concepción negativa que una parte de la sociedad tiene sobre estos dibujos en la piel, la profesional matiza que quizás los más reticentes "sean la gente más mayor". "Con todos los avances y técnicas nuevas el tatuaje es una forma de expresión que en ocasiones marca estereotipos pero que siempre será el medio distintivo de una sociedad lineal. Este es un mundo complejo y gratificante y la técnica del fine line ya existe desde hace años pero en A Coruña no se estila tanto y para mí es una de las más bonitas porque con el paso del tiempo sigue siendo delicada y visualmente atractiva", reconoce.
Para la coruñesa tatuar se resume en "dar un poco de ella misma a sus clientes" y agradece mucho que le confíen su piel "para llevar un arte que será para toda la vida", concluye emocionada.