Fueron antiguos molinos que aprovechaban la fuerza del agua para moler el cereal y hoy lucen restaurados reconvertidos en casas rurales, perfectos lugares de cobijo para aquellos viajeros que buscan tranquilidad y contacto directo con la naturaleza. 

Auténticos remansos de paz, próximos a pequeñas aldeas que nos conectan con la tradición rural, te presentamos seis molinos situados en la provincia de A Coruña que por fuera conservan su esencia pero en su interior albergan todas las comodidades necesarias para una escapada rural muy especial.

Muíños de Pontenoval en Ortigueira

Muíños de Pontenoval  (Fuente: Muíños Pontenoval vía Flick)

En Ortigueira, en pleno corazón de las Rías Altas gallegas se encuentran dos de los molinos más bonitos de esta lista: los Muíños de Pontenoval. Se trata de dos antiguos molinos de agua situados junto al río que se han restaurado para acoger grupos de entre dos y diez personas y disponen de un equipamiento completo y de todas las comodidades para una estancia ideal en medio del valle del río Mera, espacio protegido por la Red Europa 2000 de la Unión Europea. 

El Molino de Batán, de 35 metros cuadrados, puede alojar de 2 a 4 personas, mientras que el segundo, el de Molino de Maquía, es mucho más grande y con sus 115 metros acoge de 4 a 6 personas. Ambos tienen baño privado, cocina completa y chimenea, por lo que ofrecen la comodidad de un moderno apartamento en un entorno rústico, donde también hay jardín con sillas y hamacas para tumbarse a escuchar el rumor del río. 

En sus proximidades encontramos localidades de A Mariña tan atractivas como la villa de Ortigueira y Porto de Espasante, además de los Acantilados de Loiba con su famoso banco-mirador. 

Muíño de Pena en O Pino

Muíño de Pena (Fuente: Muíño de Pena)

El entorno fluvial de este bonito molino, con pasarela de madera incluida, es uno de los mayores encantos del Muíño de Pena. Ubicado en la localidad coruñesa de O Pino, próxima a Santiago, la casa dispone de siete habitaciones dobles en las que alojar hasta 17 personas y una amplia zona verde. Una ventaja de este antiguo molino restaurado es que incorpora restaurante donde disfrutar a la carta de desayuno, comida y cena; la decoración está especialmente cuidada en esta zona, donde se conservan las viejas vigas de madera, un antiguo horno de cocer pan y otros detalles, como una chimenea o “lareira” que le dan un aire acogedor y tradicional a la vez. 

Un interesante museo etnográfico, zona lúdica para los huéspedes más pequeños de la casa y una completa oferta de ocio en sus alrededores, que incluye una playa fluvial, la posibilidad de montar a caballo y de acercarse al Camino de Santiago, que pasa por estos lares, son algunas de las muchas razones para escoger el Muíño de Pena como perfecto alojamiento rural. 

Molino de Nicolao en O Mosteiro

Siguiendo en la provincia coruñesa y próximo a la Ría de Ortigueira, en O Mosteiro, encontramos este pequeño molino sabiamente restaurado y en un lugar idílico en medio de la naturaleza. El Molino de Nicolao está rodeado de árboles y vegetación y con todo lo necesario para pasar un fin de semana y en sus proximidades hay restaurantes para quien no guste de cocinar. 

En su perfil de Instagram muestran el laborioso trabajo de reconstrucción del molino donde ver el antes y el después

Molino Catasol en Melide

Admite mascotas, se encuentra cerca del río y permite hacer rutas de senderismo y BTT en sus cercanías. El Molino de Catasol en Melide fue restaurado en 2003 para convertirlo en una peculiar casa rural con mucha historia a sus espaldas. 

Tiene capacidad para acoger a 6 personas, dos baños, chimenea en el salón, cocina completamente equipada y un gran jardín, además de calefacción en todas las estancias, cosa que se agradece en invierno. 

Su entorno tiene un gran encanto y se respira paz en sus alrededores, ya que se encuentra bastante aislado, pero a la vez cerca de Melide, centro geográfico de Galicia e importante zona de paso del Camino Francés a Santiago. 

Molino Verde en Coirós

A 10 minutos de Betanzos, en Coirós, se ubica el Molino Verde, con sus ventanas y puertas pintadas de ese color, que hace que se funda con la naturaleza que lo rodea. También a pie de río como el resto de los molinos de agua, dispone de dormitorios para instalar cómodamente a 11 personas, decorados con el estilo rústico que corresponde a estas construcciones. 

Para los más sibaritas, tiene zona exterior con jacuzzi, mientras que los más deportistas pueden completar alguna de las rutas de senderismo que hay en los alrededores o recorrer el Área natural de Chelo. Otra opción es visitar el bello casco histórico de la ciudad de Betanzos.

Muíños do Mainzoso en Paderne

Muíños do Mainzoso (Fuente: Muíños Mainzoso)

No es un molino como tal, sino las antiguas casas que acompañaban a dos molinos de agua restaurados. Los Muíños do Mainzoso se encuentran no muy lejos del molino anterior de Coirós, en Paderne, en el entorno del coto fluvial de Chelo, una zona próxima a las Fragas do Eume y muy propicia para practicar pesca, senderismo, BTT, piragüismo y disfrutar de la naturaleza. 

Como en las anteriores, estas casas rurales conjugan lo mejor de la tradición con la modernidad, ya que disponen de cocina equipada, baños completos y además una amplia zona para preparar barbacoas. 

Emma Sexto

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