A Coruña dispone de numerosas rutas para disfrutar de una jornada en plena naturaleza. Algunas de ellas son muy transitadas y otras, igualmente bonitas, apenas se conocen. Los concellos coruñeses de Abegondo, Bergondo, Betanzos y Carral han unido fuerzas para crear una vía de 32 kilómetros ciclable y peatonal que los comunica. Este proyecto impulsado por la Deputación da Coruña fue inaugurado en febrero, aunque aún es desconocido para muchos.
Esta Senda Ciclable ZEC (Zona de Especial Conservación) se puede recorrer caminando o en bici, rodeando a su vez el embalse de Cecebre, y cuenta con tres tramos. El primero entre Abegondo, Bergondo, Betanzos y Carral y el segundo y tercero por Carral y Abegondo, cubriendo así gran parte del territorio de la Reserva da Biosfera das Mariñas Coruñesas e Terras do Mandeo.
Esta senda también permite acercarse a la zona de Guísamo y tiene la consideración ZEC por su gran interés medioambiental designado por los estados miembros de la Unión Europea. Esta ZEC comprende la extensión de la presa creada en 1976 en las confluencias de los ríos Barcés y Mero para abastecer de agua a la ciudad de A Coruña. El espacio protegido también recorre las zonas pantanosas de las colas de la presa y parte de los cursos fluviales de los dos ríos.
La longitud del circuito ciclable que rodea la presa de Cecebre es de 12,45 kilómetros (más un tramo no señalizado de 4,8) y la longitud respecto al acceso a Carral es de 6,9 kilómetros. Por su parte, la presa ocupa 363 hectáreas y tiene una capacidad de 20 millones de litros de agua y su profundidad máxima es de 15 metros.
Todas estas características hacen que la zona en la que se encuentra esta senda ZEC sea el lugar idóneo para muchas aves acuáticas que se encuentran en migración o pasando el invierno como la garceta grande o el águila pescadora y es frecuente la presencia del pato cristado o el zampullín común. En invierno se contabilizan hasta 900 ejemplares de aves acuáticas.
También existen importantes extensiones de bosques de ribeira formados principalmente por ameneiros, también llamados alisos negros y sauces (conocidos como salgueiros en Galicia) y en las zonas pantanosas crecen plantas acuáticas como juncos o espadañas que sirven de refugio a estas aves. Además, hay muchas especies de invertebrados, anfibios y réptiles que recalan en este lugar.
Reserva de biosfera Mariñas Coruñesas y Terras do Mandeo
Las reservas de la biosfera son territorios cuyo objetivo es armonizar la conservación de la diversidad biológica y cultural y el desarrollo económico y social a través de la relación de las personas con la naturaleza. Se establecen sobre zonas ecológicamente representativas o de valor único, en ambientes terrestres, costeros y marinos, en los cuales la integración de la población humana y sus actividades de conservación son esenciales.
Las reservas son también lugares de experimentación y de estudio de desarrollo sostenible. Deben cumplir tres funciones básicas: conservación de la biodiversidad y de los sistemas que contienen, desarrollo de las poblaciones locales y una función logística de apoyo a la investigación, formación y comunicación. Para cumplir con estas tres funciones, las reservas de la Biosfera deben contar con tres tipos de zonas: una o varias zonas son el núcleo, donde la función principal es la conservación; otras son para amortiguar los efectos de la acción humana sobre el núcleo y áreas de transición, donde se promuevan actividades económicas sostenibles para favorecer el desarrollo socioeconómico de las poblaciones locales.
En varias zonas de la presa hay puntos de observación de aves y las zonas inundadas de las colas de la presa cuentan con un gran valor de conservación. En este sentido, el entorno donde se encuentra la senda forma parte de la Reserva de la Biosfera Mariñas Coruñesas e Terras do Mandeo, que fue aprobada por la Unesco en 2013. Abarca un total de 116.724 hectáreas repartidas en 17 ayuntamientos que incluyen zonas costeras, vales litorales y sierras interiores.
Se extiende desde la costa hasta el límite con la provincia de Lugo, donde enlaza con la Reserva de la Biosfera Terras do Miño. Dentro del territorio se encuentran paisajes naturales protegidos como playas y acantilados, fragas y montes, lagunas y presas o tranquilas rías, pero además existe una gran riqueza patrimonial y cultural, con construcciones romanas, pazos, mosteiros, castros, iglesias o castillos que relatan historias de otros tiempos.
Depuradoras e inspiración del Bosque Animado
Según muestran los diferentes paneles a lo largo de la senda que los visitantes pueden consultar, una fotografía aérea de 1956 muestra el contorno de los terrenos que serían inundados en 1976 para construir la presa de Cecebre y otras infraestructuras modernas como la A-6 y la AP-9 que tuvieron gran impacto en el territorio, así como la red de caminos de esta senda ciclable.
Las aguas del embalse ocuparon terrenos principalmente agrícolas y no afectaron a ninguna población aunque sí que se perdió parte de la famosa fraga de Cecebre en la que el escritor y periodista Wenceslao Fernández Flórez se inspiró para escribir su célebre obra El Bosque Animado.
Otra importante estructura construida para aprovisionar de agua la ciudad de A Coruña, fue la depuradora de aguas de Emalcsa en Cañás (Carral, A Coruña). Esta edificación, de estilo modernista, fue construida en 1908 y ampliada en 1922 con el objetivo de defender a la ciudad de A Coruña y así lo hizo hasta 1940, cuando la elevada demanda de los niveles de agua potable excedió la capacidad de esta depuradora y se construyó la de A Telva, en Cambre. Ahora la depuradora de agua depura el agua del río Barcés para aprovisionar solo a Carral.
Esta depuradora fue vanguardista porque disponía de filtros rápidos de madera según un sistema alemán. Fue la segunda estación depuradora construida en España para dispensar agua filtrada a la población.