Calabazas, calaveras, murciélagos y telas de araña. Son muchos los negocios y hogares que, desde hace unos días, decoran sus estancias con adornos de lo más terroríficos. En unos días, el 31 de octubre, se celebrará la festividad más remarcada del otoño y los coruñeses se preparan para disfrutarla al máximo. Eso sí, los preparativos no están exentos de debate: ¿A Coruña es más de Halloween o de Samaín? ¿Cómo celebran esta festividad los coruñeses?

En primer lugar debemos diferenciar el Samaín del Halloween. La primera es una fiesta pagana de origen celta que significa "fin del verano" mientras que la segunda nació en la cultura anglosajona como víspera del Día de Todos los Santos.

Tradicionalmente en Galicia el protagonista era el Samaín. Sin embargo, en las últimas décadas la globalización y la industria del entretenimiento han popularizado el Halloween y ensombrecido la tradición celta.

"Las castañas vienen con mucho verme"

El otoño llega a A Coruña cuando el olor a castañas asadas toma la calle Real y la plaza de Pontevedra. Las largas colas en los pequeños puestos son un sello de la ciudad en los meses de octubre y noviembre. Sin embargo, este año el consumo de castañas ha bajado notoriamente.

Distintos propietarios de fruterías de la ciudad cuentan que "la cosecha de este año es muy mala". Las altas temperaturas del otoño han derivado en una nefasta campaña de la castaña. El fruto viene generalmente con mucho verme y con una textura bastante blanda: "La gente ya probó un poco y, al ver que venían tan mal, evita comprarlas", explica Vanessa desde su frutería en avenida Finisterre.

En Froitería A Laranxa, en San Andrés, optan por hacerse con la mercancía de León y Burgos que, pese a ser más cara, este año tiene más calidad. Una mejora en el sabor que, en cualquier caso, repercute en el precio. Las castañas oscilan entre los 3,80 euros -los frutos más pequeños- y los 5,80 euros el kilo -en el caso de los más grandes-. En este sentido, Vanesa asegura que los precios han subido de forma notoria: "El año pasado la castaña grande te costaba tres euros y ahora pagas eso por la pequeña", cuenta.

En Halloween las fruterías también diversifican su actividad. En octubre las calabazas dejan de ser una simple hortaliza y se convierten en elementos de decoración. Vanesa, por ejemplo, vende calabazas especiales para Samaín. Son de la variedad etample y están acompañadas de marcas para facilitar su talla. A los niños, asegura Vanesa, les encantan: "Muchos padres las compran para actividades del cole o para hacer algún plan diferente en casa".

"Lo anglosajón cada vez tiene más fuerza"

Tienda con productos de Halloween

Las calabazas no es lo único que usan cientos de coruñeses para decorar su casa para el Samaín. Tiger cuenta con tres tiendas en A Coruña y es un local muy frecuentado por los amantes de la decoración. Este año cuentan que la campaña de Halloween comenzó la segunda semana de septiembre y "a los pocos días había productos agotados".

Tazas, timbres terroríficos, esqueletos nauseabundos o telas de araña infinitas son algunos de los elementos de decoración que más éxito han tenido este año. El número de ventas ha sido sorprendente: "Halloween es una locura, después de Navidad es la campaña más grande que tenemos".

Tanto niños como adultos se dejan llevar por la festividad aunque, generalmente, los pequeños son los que más la disfrutan. A esas edades, aseguran las empleadas de Tiger, el termino Halloween va ganando peso en detrimento del Samaín: "Lo anglosajón lleva años pisando fuerte en A Coruña", cuentan.

La tienda Miniso, en Marineda City, abrió sus puertas recientemente. Con todo, durante los últimos días han constatado el interés de los coruñeses por Halloween. Desde la marca aseguran que los kits de maquillaje, los disfraces y los peluches temáticos tienen una "gran acogida" en la ciudad.