Lidia González practica desde que tiene uso de razón el stooping, un movimiento que busca recuperar muebles abandonados en la calle para darles una segunda oportunidad. Durante su etapa en Madrid aprendió a ver la vida de otra forma y a perder la vergüenza: "Decoré mi casa con muebles de la calle", cuenta esta coruñesa amante de la decoración y de las manualidades.

Explica que a la hora de practicar el stooping todo es "cuestión de perspectiva" y, sobre todo, de "entrenar el ojo". La premisa es sencilla: si ves algo en la calle que ha sido abandonado, pero despierta algo en ti y está en buen estado, ¿por qué no cogerlo? Sobre esto, Lidia defiende que lo más importante es no tener vergüenza, ya que un mueble puede no tener valor para su dueño, pero ser un auténtico tesoro para otra persona.

En A Coruña miles de personas practican este movimiento. La cuenta de Lidia en Instagram @stoopingcoruna tiene cerca de 5.000 seguidores, pero no es la única comunidad dedicada al stooping en la ciudad. En Facebook también existe un grupo muy similar que roza ya los 20.000 participantes llamado Lixo de Luxo. Ambas propuestas trajeron el stooping a A Coruña en 2021 y, dos años después, el número de aficionados no para de crecer.

En la cuenta que gestiona Lidia se pueden encontrar decenas de recopilaciones de reliquias abandonadas en diferentes calles de A Coruña. La escalinata de Santa Lucía, San Andrés, la Avenida del Ferrocarril o la Plaza del Reloj son solo algunas de las ubicaciones en las que ella y sus seguidores han encontrado auténticos tesoros.

Uno de los muebles rehabilitados que Lidia luce en su casa

La sostenibilidad y el cariño por lo antiguo son las bases de esta filosofía: "La mayoría de las joyas que te encuentras vienen de pisos de la abuela. Son muebles que la gente tira porque creen que son viejos, pero que tienen una calidad muy difícil de encontrar hoy en día", apunta Lidia.

Tras el boom de lo vintage y de los productos de segunda mano, hay gente que paga mucho dinero por artículos antiguos, según recuerda la precursora de esta tendencia en A Coruña. Por ello, esta coruñesa anima a todo el mundo aficionado a la antiguo a probar el stooping: "Lo que en un anticuario te cuesta 1.000 euros quizás puedes encontrarlo en un contenedor", cuenta. De hecho, el ahorro es uno de los principales atractivos de esta tendencia: "Hay mucha gente que me escribe y me dice que, si no fuese por la vergüenza, habrían cogido algún mueble de la basura", apunta la administradora de @stoopingcoruna.

En este sentido, Lidia cree que a España todavía le queda mucho por aprender de otras culturas: "Aquí no tenemos tanta conciencia con el reciclaje", resume. En ciudades como Nueva York, movimientos como el stooping son de lo más naturales. Por ello, quiere "visibilizarlo para normalizarlo" porque cree que "es ponerle una palabra nueva a algo que se ha hecho toda la vida".

Consejos para comenzar en el stooping

Iniciar nuevos hábitos no es fácil, por eso Lidia no duda en dar una serie de consejos a los principiantes. Lo más importante para ella es mirar bien la pieza: "Debemos asegurarnos de que no tenga carcoma porque podríamos llevarlo a casa y tener un problema", explica.

¿Cómo podemos comprobarlo? Lo más sencillo es darle la vuelta al mueble y examinar sus patas. Si tiene pequeños agujeros es mejor no cogerlo, pero si la madera está lisa y no tiene ningún orificio: enhorabuena, puede que hayas encontrado un nuevo mueble para tu salón.

Para Lidia el segundo paso es el más complicado: dejar de un lado la vergüenza y animarse a hacerlo. Esta coruñesa recuerda que una vez vio entre unos contenedores una cómoda que le fascinó. Entonces, frenó en seco y obligó a sus amigos a quedarse cerca de los depósitos para asegurarse de que nadie se hacía con su hallazgo mientras que ella iba a buscar su coche. Hoy en día todavía conserva esa cómoda escandinava de los años 20: "Cuando me mudé, me la traje de vuelta para A Coruña", dice orgullosa.

Para Lidia el último paso es el más divertido: sacar la caja de herramientas y ponerse manos a la obra. En la mayoría de ocasiones es necesario lijar, pintar, barnizar o tapizar el mueble para que este vuelva a lucir su máximo potencial: "Si no te gustan las manualidades esto no es para ti", explica divertida.

Intercambios cara a cara

Aunque no es la esencia del movimiento, en los últimos meses se ha iniciado una nueva tendencia entre los 300 participantes del grupo de @stoopingcoruna: quedar en persona para intercambiarse muebles. "Si quieres deshacerte de muebles en buen estado que tienes en casa, también puedes publicarlos en este grupo, pero recuerda que #stooping es un movimiento sin ánimo de lucro y no puedes pedir dinero por ellos", explica Lidia en una de sus publicaciones de Instagram.

Es un procedimiento diferente al habitual, pero cada vez gana más adeptos. En este caso las dudas y la desconfianza sobre la procedencia del mueble desaparecen: "Al final es sacarlo de una casa y llevarlo a otra", resume Lidia.