¿Cómo serán las bodas de los coruñeses este 2024?
Coctelería molecular, liadores de puros e ilustradores de vestidos en directo, foodtrucks de la Heladería Colón o para tatuadores, el rito de la vela, máquinas de palomitas, la entrada del novio o la novia acompañados de padre y madre o incluso tarros de miel gallega son elementos innovadores de las bodas actuales en la ciudad herculina
24 marzo, 2024 05:00Con el comienzo de la primavera y la futura llegada del verano en unos meses, se esperan semanas en las que se sucedan bodas de todo tipo: en fincas, pazos, en la playa, en el ayuntamiento, en la intimidad de la casa familiar… todo tipo de eventos para novios diversos pero con un denominador común: la necesidad de ayuda para organizar el día más importante de sus vidas. Es aquí el momento en el que entran a escena una de las figuras más determinantes de estos enlaces: las wedding planner.
En A Coruña están a disposición de los futuros marido y mujer empresas y freelance especializados en idear un día para recordar en el que todos los detalles estén cuidados y al gusto de la pareja y nadie mejor que ellos para avanzar las tendencias nupciales de las bodas en la ciudad herculina este 2024.
Varias de estas profesionales coinciden en que las bodas desde hace unos años han dado un paso más allá, sintiéndose ya casi como una verbena gallega, incluso algunas con orquestas para amenizar, además de que en el banquete o la fiesta se potencian tendencias muy de actualidad. Es el caso, este año, del bordado para personalizar las servilletas de los invitados e indicarles sus sitios en el comedor.
Otros elementos más innovadores son la coctelería molecular, liadores de puros e ilustradores de vestidos en directo, foodtrucks de la heladería Colón o para tatuadores, el rito de la vela, máquinas de palomitas, la entrada del novio o la novia acompañados de padre y madre o incluso tarros de miel gallega como obsequio a los invitados en las bodas de gallegos que se celebran fuera de la comunidad.
Asimismo, los tiempos de las bodas han cambiado y ahora se desarrollan con un cóctel largo tras la ceremonia al que le sigue una comida más bien breve que da paso al momento más esperado, la fiesta, que suele alargarse entre cuatro y seis horas.
Volver a los clásicos personalizando elementos
Marta Rivadulla dirige el Sofá Amarillo, una empresa con sede en A Coruña y un equipo de cuatro personas que organiza bodas desde 2011 y que incluso cuenta con una escuela online de novias. La responsable expresa con humor que las bodas siguen ya la teoría de un meme popular en internet en el que se determina que "el bautizo es como la comunión, la comunión como la boda y la boda como la inauguración de los Juegos Olímpicos".
Considera que muchas veces este ansia de renovación en los enlaces "pasa por volver a los clásicos tratando de hacer la mayor personalización posible en todos los elementos", poniendo como ejemplo desde las etiquetas de los botellines de cerveza hasta las servilletas. "Se bordan las iniciales de los invitados en cada una de las mesas para marcar los sitios y ese bordado sigue una tendencia súper de actualidad", explica, sobre lo que matiza que hay muchos de estudios de bordado artesanal que son contratados para bodas, incluso para las descripciones de menú, además de que algunos novios regalan pashminas con las iniciales de cada invitado como regalo.
En las bodas que organizan, tienen en cuenta también la celebración de la hora loca, una tradición latina extendida ahora a España en la que en un momento determinado de la fiesta aparece un equipo de animación con disfraces y chupitos, todo coordinado con la música del dj "para crear un momento de subidón durante la fiesta y barra libre". Unido a esto, concretan desde Sofá Amarillo que las llegadas a los sitios donde se celebra la boda por parte de los novios están muy pensadas, y muchas se realizan en coches especiales.
"Son vehículos no indicados inicialmente para un momento tan ceremonioso, pero que con un punto divertido y decorado se usan para la llegada de la novia y traslado de los novios al sitio del banquete", cuentan. La personalización también está presente en el lugar donde se celebra la boda y cada vez más les solicitan que estos espacios tengan el cartel del bar donde se conoció la pareja, por ejemplo, o en la fiesta que los dj que pinchen sean los mismos que los de su discoteca de referencia a la que fueron a divertirse durante años cada fin de semana.
El look de los novios también es otro elemento sobre el que opinan y aconsejan las wedding planner, y Rivadulla concreta que cada vez más novias optan por utilizar pieza antigua de tela de mantel o cortinas de abuelas para parte de su vestido. "Que las mangas estén hechas con encaje de Camariñas de las cortinas de la casa de la playa", ejemplifica. A esto, se une la tendencia influenciada por Inditex del effortless chic, es decir, "todo perfectamente desaliñado de manera que parezcan detalles colocados al azar pero no siendo así, sino todo súper pulido y pensado", aclaran.
En la ceremonia en sí, ellas han presenciado diferentes ritos como el del fuego o del agua, pero consideran que el más utilizado es el de la vela, que se combina con música de manera que aquellas parejas que se casan por lo civil hacen de la ceremonia algo bonito alejado de un simple trámite. A su vez, esta costumbre consiste en que "los novios comparten una vela y hacen una lectura laica". Ya en el momento de la fiesta, apuntan que no faltan los glitter bar que llenan a todos los invitados de brillo o el beauty corner para que sobre todo las mujeres puedan retocarse.
Sobre las atracciones y entretenimientos para el momento más festivo de la boda, reconocen que pusieron el primer toro mecánico en una celebración de este tipo en 2016 y fue algo criticado, pero que es algo que cada vez se ve más. "Los novios quieren que en el momento de las fiestas pasen muchas cosas a la vez y que haya risas, siguiendo la tradición gallega de las verbenas de los pueblos. Nos han pedido incluso futbolines o mesas de billar", dice Rivadulla.
Los neones con una frase bonita sobre el photocall para invitados subrayan que "han pasado algo de moda" y que ahora ese elemento luminoso se vive en la parte de discoteca y fiesta a base de pajitas fluorescentes o tubos de espuma. "Lo relacionamos totalmente con las orquestas y toda esa sensación de que la importancia principal en las bodas pasó de las cigalas a ahora la fiesta y las copas", aseguran. Paralelamente, otra costumbre en auge es la de habilitar espacios chill out en determinados espacios del lugar donde se celebra la boda para que los invitados más mayores puedan tomar sus consumiciones tranquilamente alejados del bullicio del baile.
En Sofá Amarillo este 2024 les queda mucho trabajo por delante y generalmente trabajan entre 15 y 20 bodas anualmente. Tal es la solicitud de sus servicios, que ya están cerrando contratos para 2025 y, aunque la agenda aún no está abierta, han recibido también solicitudes para bodas que tendrán lugar en 2026. Entre los sitios de A Coruña que consideran más adecuados para las bodas y que destacan de la totalidad en los que han trabajado en la ciudad son: el Pazo de Xaz, la Finca Montesqueiro, el Pazo de Sergude, el Pazo de Vilaboa, el Pazo de Villardefrancos, el Pazo de Cela, la Rectoral de Cines o el Pazo de Santa Cruz de Mondoi.
Menos tiempo en el banquete y más en la pista de baile
María Formoso es la directora de Marilé Eventos, que cuenta con un equipo de cuatro personas y la sede en A Coruña. Empezaron en 2004 en el mundo de las bodas como empresa dedicada a la organización de enlaces y fueron pioneras como oficiantes de bodas civiles. La fundadora, ya retirada, es la tía y madrina de la actual directora, lo que convierte a la empresa en un negocio familiar.
Cuentan que cada vez más se hacen sorpresas o regalos personalizados para los invitados, aunque advierten que "el típico frasco de licor café o crema de orujo cada vez se estila menos". Recientemente han trabajado con la denominada coctelería molecular, en una apuesta de una pareja en su boda por la cocina alternativa e innovadora. Definen este tipo de bebidas como esferas comestibles con sabor Mojito o Gin tonic, entre otros.
Coinciden con sus compañeras de sector de Sofá Amarillo en que cada vez más "una boda se convierte en una especie de verbena con orquesta o músicos en directo, toro mecánico y máquina de palomitas, a lo que se añaden también juegos como entretenimiento". Concretan que en las bodas más coruñesas no faltan la Heladería Colón o la Pulpeira de Melide porque "la tierra tira y el producto es bueno y si es algo que en tu día a día te gusta por qué no incluirlo en un día tan especial".
Sobre el desarrollo del día de la boda, argumentan que "se están cambiando las tornas, pasando menos tiempo en la mesa durante el banquete y más en los pinchos y la pista de baile". En la entrada en la ceremonia, cuentan que parejas con las que han trabajado los novios han decidido dejar atrás los convencionalismos y entrar con padre y madre en cada brazo o incluso con amigos.
A la salida del altar, la marcha nupcial cada vez se escucha menos, según trasladan desde Marilé Eventos, que cuentan que los novios optan por música que les guste y que escuchen normalmente o que signifique algo para ellos porque sonaba cuando se conocieron en su primer baile juntos.
La empresa organiza numerosas bodas internacionales en las que aseguran que "interesa mucho hacer un guiño a la tierra", como por ejemplo regalando a los invitados tarros de miel de Galicia. "Cada vez más se hacen detalles con productos artesanos, elaborados a mano y hechos con mimo especialmente para la ocasión", revelan. A su vez, atienden entre 30 y 50 bodas al año y en muchas de ellas la diversión va un paso más allá con juegos preparados ara los invitados.
Entre los más populares destacan que cada mesa prepare una coreografía y por turnos al azar salgan a representarla, que lo novios se pongan sentados espalda con espalda con un zapato en la mano y contesten a preguntas sobre su relación alzando la mano correspondiente o que los invitados de una mesa se desplacen por todas las demás de manera que el fotógrafo consiga en un tiempo determinado fotografiarles con la totalidad de los invitados.