La gente de Galicia se caracteriza por su acento, diferente según se pertenezca a las Rías Altas (A Coruña y Lugo) o Baixas (Ourense y Pontevedra), más "cantarín" en unas zonas que en otras, según comentan los visitantes de fuera de la comunidad. Todo ello con particularidades como el seseo (sobre todo en la provincia coruñesa y Pontevedra) o la gheada (sobre todo en la parte occidental de Lugo y Ourense, entre otros puntos), pero si por algo destacan los gallegos es por su poca claridad a la hora de responder a las preguntas (no a propósito).

No hay estudios al respecto o razones oficiales de por qué ocurre, pero es muy habitual preguntar algo a un gallego y que responda con otra pregunta. Un rasgo característico como esta interrogación retórica no va implícito en el DNI (pero podría) y es que esta manera de conversar se ha vuelto tan arraigada que ya es vox pópuli en toda España.

Algunos interpretan esta manera de actuar como una evasión a dar una respuesta directa a lo que se pregunta pero nada más lejos de la realidad. El gallego no evita la respuesta, sino que como se dice coloquialmente "responde a la gallega".

El arte de la ambigüedad

Si a alguien natural de Galicia le preguntas si irá el sábado a una fiesta, lógicamente según esta manera de proceder puede responder directamente: "¿Y tú?". A esto se pueden añadir otro tipo de contestaciones igualmente ambiguas, como por ejemplo a preguntas como: "¿Lloverá el sábado? Malo será".

Una forma de proceder tan de la tierra como el pulpo, las orquestas, la queimada o la mismísima Rosalía de Castro y esta palabra incluso ha sido recurrente en anuncios que se han acabado viralizando de la marca de supermercados Gadis, cuyo lanzamiento de nuevas campañas siempre es todo un acontecimiento de enaltecimiento de Galicia y de presumir de la propia identidad, además de un éxito asegurado en redes sociales.

Para conocer aún más a los gallegos e intentar comprender su forma de comunicarse, unido a esta tradicional costumbre de contestar mediante preguntas, se debe recordar también que en gallego no existen los tiempos verbales compuestos y que hay palabras que no se usan fuera de España pero que para alguien de la comunidad son un básico: pota (olla), coger en el colo (coger en el regazo), non ten xeito (no tiene sentido) o amodo (con tranquilidad).

Pero sin duda, el culmen de la galleguidad tiene forma, como no podía ser de otra manera, de pregunta. Ese interrogante que hacen los mayores a los jóvenes en los pueblos y aldeas y al que recurre un conocido de familiares para averiguar la identidad de a quien se le pregunta: "E ti de quén ves sendo?".

Una fórmula incluso más efectiva para encontrar a gente que las redes sociales, directa y concisa, y que no queda otra que responder con todo el detalle posible sobre el árbol genealógico de la familia correspondiente.