Bordar se ha convertido para muchos en una afición con la que evadir la mente y crear piezas únicas que cogen de la mano la nostalgia y recuerdan a las labores que nuestras madres y abuelas realizaban con cariño y detalle. Pero para la protagonista de nuestra entrevista, la aguja es mucho más. En 2015 comenzó a bordar hasta apasionarse y así conjugó su profesión (fotógrafa) con los hilos.
En Instagram cuenta con una comunidad de más de 30.000 seguidores y sus talleres y cursos online completan sus plazas al poco tiempo de anunciarse. Hoy en Quincemil hablamos con Minia Banet sobre sus creaciones y en especial sobre uno de sus últimos encargos: bordar el cartel de las Fiestas de la Ascensión 2024.
¿Quién está detrás de Studio Variopinto?
Me llamo Minia y soy la persona que está detrás de Variopinto manejando las agujas. Nací en Santiago de Compostela y resido aquí actualmente. Estudié fotografía en Lugo y durante varios años ejercí exclusivamente de fotógrafa realizando reportajes sociales y también fotografía de producto pero era algo que no acababa de apasionarme del todo hasta que en 2015 se cruzó una aguja en mi camino. Siempre me había gustado trabajar con las manos y un día se me ocurrió probar a mezclar las dos técnicas (bordado y fotografía) y ver qué pasaba. El resultado me gustó tanto que ya no pude parar y empecé a bordarlo todo.
Podemos pensar que el bordado es algo que se aprende por contacto con algún familia, como las abuelas ¿Van por ahí los tiros?
La verdad es que en mi caso no fue así (ríe). Mi abuela sí bordaba y mi madre es patronista pero yo nunca demostré demasiado interés en el arte textil. Fue algo que vino de casualidad cuando estaba cansada de pasar muchas horas trabajando en el ordenador, me compré una aguja de ganchillo, luego una de bordado y hasta entonces.
¿Recuerdas cuál fue la primera pieza que vendiste?
Recuerdo que mi primer bordado sobre fotografía fue un bordado sobre el fotograma de la luna en la película E.T. Lo vendí y me dio tanta pena que volví a bordarme otro para mí.
Además de vender tus piezas, impartes clases y talleres ¿Qué tal la experiencia? ¿Y el formato online?
Al principio me costó mucho dar el paso de impartir clases porque no creía que pudiera enseñar. Me atacaba un poco el síndrome del impostor, al haber aprendido de manera autodidacta. En mi primer taller estaba tan nerviosa que creía que me desmayaría en cualquier momento pero el ambiente que se genera en los talleres es tan bonito y tan placentero que acabé disfrutándolo un montón. Además mantengo el contacto con muchas de mis alumnas y algunas son ya amigas. El formato online es un poco menos personal pero te da la oportunidad de poder conocer y compartir el bordado con gente de todo el mundo y eso me encanta.
Cuéntanos un poco más sobre esa forma de dar vida a fotografías antiguas a través de los hilos y del collage.
Pues es una técnica preciosa y las posibilidades son infinitas por lo que es muy difícil aburrirse. Me encanta el cine y por eso más de la mitad de los bordados que hago están relacionados con él. Poder dar vida y color a fotogramas de películas antiguas, cambiar y modernizar el vestuario de algunas actrices o crear un collage inventando un escenario diferente es lo que más disfruto aunque también recibo encargos personalizados con fotografías personales a los que me encanta poder dar una segunda vida a través de los hilos.
Te describes como fotógrafa, bordadora, ganchillera, loca de los gatos y fundadora de Variopinto. ¿Alguna faceta más que estés descubriendo? ¿Con cuál de ellas te identificas más?
Ahora mismo me quedaría con bordadora aunque no reniego de ninguna de las otras. También me encanta la animación stop motion (estudié fotografía pensando en poder dedicarme a ello algún día) y estoy empezando a probar poquito a poco a hacer animaciones bordadas.
Eres la encargada de ilustrar el cartel de las Festas da Ascensión 2024 en Santiago, un orgullo como compostelana, imagino…
Me propusieron hacer el cartel de este año tras ver los bordados que había hecho sobre las fotografías que Ruth Matilda Anderson realizó en Santiago en los años 20. Contacté con el Museo do Pobo Galego para poder acceder al archivo fotográfico de la ciudad y buceando entre todas las fotografías, escogí tres e hice un montaje para convertirla en una sola. A partir de ahí, fui añadiendo los elementos que creía importante reflejar para las Fiestas de la Ascensión.
¿Tienes en mente realizar algún taller en Compostela?
Todavía no tengo fecha cerrada para un taller en Santiago próximamente pero seguramente prepare uno en el mes de junio. El 11 de mayo estaré en A Coruña en la Mercería La Crisálida para impartir uno de bordado sobre fotografía en tela. Todas mis piezas están disponibles en mi tienda online, bajo pedido o físicamente en De Cotío.
Como buena picheleira… ¿Qué es lo que más disfrutas de esta ciudad?
He vivido prácticamente toda la vida aquí y siempre me ha gustado. El ambiente, callejear por la zona vieja o pasear por la Alameda cuando deja de llover.